jueves, 21 de marzo de 2024

Nanotecnología: reflexiones éticas relacionadas con su investigación y uso

Actualmente, la nanotecnología es un área emergente del conocimiento de carácter interdisciplinario. Abarca diversas aplicaciones que incluyen la biomédica, alimentos, energía, armamentista e industrial. A pesar del potencial de sus aplicaciones, en este momento surge la necesidad de considerar éticamente los beneficios y riesgos que representa el uso y desarrollo de la nanotecnología para los ecosistemas natural, económico y social.


Desde el punto de vista de la tradición científica, se pueden señalar eventos memorables que han formado parte de la estructura social que reúne a los científicos en las mismas metas. En 1959 Richard Feynman otorgó a la comunidad científica un discurso denominado "Plenty of Room at the Bottom" (Hay mucho lugar en el fondo). Este documento se convirtió en un pronóstico educado de las posibilidades científicas en el estudio de la nanoescala y de alguna manera resumía con gran elocuencia el camino por el que se desenvolverían los científicos en las siguientes décadas. No obstante, a pesar de lo valioso del discurso, omitió mencionar las implicaciones éticas de dicha tecnología.

Actualmente, la nanotecnología abarca uso de materiales y dispositivos en la industria médica, electrónica y diversas cuestiones industriales. Es descripta como un área emergente e interdisciplinaria de investigación con importantes aplicaciones comerciales que involucra a las nanociencias, que serán una tecnología dominante de investigación en las economías del nuevo mundo.

Tiene un carácter interdisciplinario abarcando áreas del conocimiento como física, química, biomédica y ciencia de los materiales. Se ha considerado que tendrá importantes contribuciones para la solución de los retos actuales de protección ambiental, salud y limitaciones de recursos y energía. Como disciplina abarca también el estudio y generación de nanodispositivos para diagnóstico, seguridad y aplicaciones militares. Ha sido también descripta como una tecnología emergente que opera con objetos (átomos y moléculas) enfocados en una escala de aproximadamente 100 nanómetros y aún más pequeños.

La nanotecnología en estos momentos es más que una historia de ciencia ficción. Muchos investigadores la consideran la última caja de juguetes de la naturaleza, que incluye átomos y moléculas, y en la cual las posibilidades de crear cosas nuevas son ilimitadas.

De esta manera, estas dimensiones imposibles de ver con el ojo del ser humano, se convierten en objeto de esperanza y sueño para quienes requieren de un avance tecnológico para -por ejemplo- tratar una enfermedad incurable, pero también son un motivo de preocupación para la comunidad científica, ante la imposibilidad de tener una certeza de las repercusiones de todo el uso de esta tecnología a corto y largo plazo.

Aunque muchas de las preocupaciones éticas con respecto a la nanotecnología están basadas en ideas erróneas, para el imaginario público no existe una diferencia entre lo que es científicamente posible y lo que abraza a la fantasía.

Desafortunadamente, las implicaciones de la tecnología comúnmente han sido dejadas de lado por el discurso ético y científico. Los investigadores, provistos de una libertad de investigación y con el afán de descubrir y aprender de la naturaleza, emprenden una carrera por sumergirse en el mundo nanométrico, con la finalidad de entender cómo se relacionan partículas y moléculas para crear y configurar la realidad.

En este contexto, a pesar de las argumentaciones con respecto los riesgos de una ciencia sin límites, para los teóricos habitualmente la tecnología se ha considerado moralmente neutral, y solo su uso o finalidad han sido materia de una evaluación moral.

No obstante, las implicaciones bioéticas de la investigación en nanotecnología, se deben convertir en objeto de reflexión de comités científicos en sus diferentes niveles. Es decir, es necesario considerar éticamente los beneficios y riesgos que representa el uso y desarrollo de la nanotecnología para la vida social, económica, cultural y aún más complejo, para la vida misma.

La bioética relacionada con la nanotecnología


La dimensión bioética no ha estado alejada totalmente de los espacios científicos. No obstante, ha sido colocada en el ámbito de la investigación médica debido principalmente a las terribles experiencias documentadas.

Para ser específicos, recientemente, las principales preocupaciones en el uso de la nanotecnología se centran en la posibilidad de que sea utilizada por los gobiernos para atentar contra la privacidad, así como la seguridad de la vida humana y animal.

Al respecto, no hay claridad si esta obligación debe recaer en la política pública o en la ética de científicos y fabricantes. A lo anterior se agrega la ignorancia de los encargados de legislar en la materia, no solo en los países en desarrollo, sino aún en los más desarrollados, quienes toman decisiones sin tener pleno conocimiento de las mismas.

En casos previos, como los efectos de los asbestos sobre la salud, o la situación de los organismos genéticamente modificados en Europa, han significado un rechazo público a la tecnología.

Sin lugar a dudas, los preceptos enunciados en Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO (2005), referente a los 15 principios de la bioética, indican que prevalece la obligatoriedad de ser un aspecto fundamental en la evaluación de las implicaciones de avance de la nanotecnología. En este sentido, debe destacarse que, independientemente de la novedad que presenten este tipo de investigaciones, el respeto a la dignidad humana y los derechos humanos, los beneficios y efectos nocivos, el respeto a la autonomía y la responsabilidad individual, el consentimiento informado, respeto a la vulnerabilidad humana, la privacidad y confidencialidad, igualdad, justicia y equidad, no discriminación, respecto a la diversidad cultural, solidaridad, responsabilidad social y salud, aprovechamiento compartido de los beneficios, protección de las generaciones futuras y protección del medio ambiente, siguen siendo una prioridad.


Principales campos de investigación y desarrollo de la nanotecnología.

La nanotecnología como aspiración para lograr justicia social

La justicia es un concepto requerido para mantener el orden social y evitar la desintegración de las comunidades, atendiendo sus necesidades primordiales como, por ejemplo, el derecho a los cuidados de la salud.

La antes mencionada Declaración Universal, en sus artículos 4 y 15, enuncia la necesidad de que los beneficios de la investigación científica sean compartidos con la sociedad de todos los países, enfatizando en que las aplicaciones también se den en los países en desarrollo. Para la UNESCO "la justicia social está basada en la igualdad de derechos para todos los pueblos y el acceso a los beneficios del progreso social y económico para todos, sin discriminación".  En este sentido, resulta entonces imprescindible abordar cuál ha sido el papel de la nanotecnología en promover estos anhelados beneficios entre las naciones.

Desde el punto de vista de investigación, hay esfuerzos dispares entre los países. Así por ejemplo en 2005, se habían reportado en Estados Unidos 4605 investigadores por millón de habitantes y 244 patentes, mientras que en México esas cifras eran de 268 investigadores y sólo una patente, o en India 119 investigadores y también una patente. Desde el punto de vista regional, es importante mencionar que se considera que en América Latina, son Brasil, México y Argentina los países que más han impulsado el desarrollo de las nanotecnologías en este continente, con contribuciones en infraestructura y artículos científicos.

No obstante, en países como Brasil, la nanotecnología ha sido promovida por élites científicas como medio de progreso, eficiencia y competitividad, pero las comunidades pobres no aprecian sus beneficios, y los críticos argumentan que solo ha contribuido a incrementar las desigualdades económicas y sociales en el país.

Desde la perspectiva de su relevancia social, es vital continuar con la discusión de las razones sobre por qué el marco jurídico de la nanotecnología no ha alcanzado un acuerdo en la regulación de su uso.

Algunos aspectos éticos han incluido las oportunidades en medio ambiente y salud y el riesgo potencial de las nanopartículas, así como en la privacidad y control de amenazas surgidas por el uso de nanodispositivos, las posibilidades de tratamiento de enfermedades humanas, las consecuencias éticas en aspectos de equidad, justicia global, distribución de beneficios y riesgos, incluyendo aspectos éticos con respecto a pacientes y propiedad de derechos.

Dentro de los esfuerzos previos, destaca la declaración firmada por más de cien organismos, denominada Principios para la Supervisión de las Nanotecnologías y Nanomateriales, en donde se profundiza en la necesidad de aplicar la duda razonable en productos o procesos que puedan suponer un riesgo para la salud.

Aunque es importante este esfuerzo, desafortunadamente se enfoca en los riesgos e impactos de la nanotecnología, pero no establece ninguna declaración pertinente con respecto a la distribución de los beneficios de aplicación de la misma. Es decir, no se pueden negar los beneficios que pueden traer a la humanidad las diferentes aplicaciones nanotecnológicas, por lo que no se debe satanizar su uso, pero también es importante abordar ciertas cuestiones que pueden afectar derechos fundamentales o bien poner en riesgo la vida en general.

Por otro lado, puede resultar sorprendente desde el punto de vista del principio de justicia que la investigación sin precedentes en lo nano, puede llegar a niveles de manipulación de átomos en un microscopio de efecto túnel, pero sigan sin solución enfermedades antiguas en los países pobres. La justicia global requiere que la investigación en nanotecnología impacte al ingreso y salud, no solo de los países ricos, sino también del denominado Tercer Mundo, en donde todavía 2,3 millones de personas mueren anualmente por enfermedades prevenibles con vacunación.

El riesgo de la nanotecnología visto desde las políticas públicas

La ciencia de la nanoescala tiene asociada incertidumbre debido a la posible evolución y potencial de novedosas propiedades de nanomateriales, que desde el punto de vista de las políticas públicas deben incluir nuevos modos de participación en la toma de decisiones, junto con enfoques para la administración del riesgo.

Este enfoque debe visualizar el concepto de autonomía, los usos militares de estos materiales y los peligros a la salud. Desafortunadamente, gran parte de las decisiones de los gobiernos son desarrolladas bajo un esquema de ignorancia de los peligros y bondades de este tipo de tecnología.

Desde el año 2000, en Estados Unidos se ha elaborado un marco regulatorio que contempla los riesgos de la nanotecnología, tanto en la industria como en las universidades, debido a que la consideran estratégica para la competitividad industrial. Desde el punto de vista de la regulación y estandarización de productos nanotecnológicos, es importante señalar que ya está contemplada por organizaciones como la ISO, la IEC y el CEN. A pesar de no ser mecanismos oficiales, sino de competitividad, regulaciones como el ISO, han llenado el vacío oficial regulatorio en naciones latinoamericanas como México.

En Reino Unido, se han realizado aportaciones relevantes en la materia. El instrumento denominado Reporte Voluntario de Materiales Ingenieriles a Nanoescala, tiene como meta estimular el interés tanto de importadores como de quienes los fabrican, para entregar datos relacionados con su toxicidad y ecotoxicidad.

Por otro lado, en lo que respecta a la investigación en nanotecnología, es importante mencionar que los gastos de gobiernos como Estados Unidos, Israel y China, se han enfocado fuertemente en el desarrollo de industria militar.

Otro aspecto que debe considerarse es que las nanotecnologías en escala industrial consumen miles de toneladas de metros cúbicos de recursos, por lo que debe regularse el consumo desde el punto de vista de la sustentabilidad, así como en la abundancia de basura no reutilizable que pueden generar. Uno de los peligros es la disposición final de los productos cuando culmine su tiempo de vida, generando un alto impacto ambiental. Por ejemplo, en Ghana se han realizado tiraderos de basura digital con un alto impacto a la salud y el medio ambiente.

Finalmente, hay que destacar que uno de los más grandes efectos de la nanotecnología toma lugar en los campos de la biología, la biotecnología y la nanomedicina, por lo que son de relevancia las cuestiones básicas de derechos humanos, en donde también hay riesgos inherentes a evaluar.

Algunas conclusiones

La necesidad de una evaluación bioética de las tecnologías emergentes requiere considerar distintos enfoques. Uno de los que se podría utilizar sería el basado en lo que Hans Jonas ha llamado "la heurística del miedo". De acuerdo con Jonas, en la Edad de la Tecnología, el abanico de consecuencias de las acciones humanas son más amplias que los tradicionales enfoques éticos propuestos.

Por otro lado, Jürgen Habermas se enfoca en la responsabilidad colectiva como imperativo para el análisis de tecnologías emergentes. En este sentido, se destaca su idea de no poder decidir por otros y por ende minimizar el riesgo posible, pero maximizando la libertad de investigación y experimentación. Esto contrasta con otras posturas de investigadores que, aunque ponen de relevancia el principio de precaución considerando el deber moral de asignar riesgos al uso de la nanotecnología versus la libertad personal de utilizar recursos económicos para el desarrollo de dispositivos o nanomateriales para tratamientos avanzados de enfermedades.

Como se puede ver, no hay un enfoque en el análisis local de pequeñas investigaciones al interior de los laboratorios de las empresas y universidades, sino de las publicaciones y los riesgos reportados por las mismas.

Es por este motivo que, a falta de criterios desarrollados propiamente para el análisis ético de esta tecnología, se debe reconocer que los principios de la bioética deben ser utilizados para la reflexión y discusión de los nuevos dilemas surgidos a partir de este tipo de investigaciones.

Dadas las bondades y peligros implicados en el uso de nanotecnología, los investigadores tienen el deber moral de influir para que el marco normativo nacional e internacional no limite el desarrollo del avance científico. Sin embargo, también deben asegurarse que dicho progreso no atente contra la seguridad de los seres humanos y del planeta en general.

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