Cuando los granos de arena se deslizan por las laderas, pueden generar vibraciones que producen un sonido musical o un estruendo. Esto se conoce como las dunas de arenas cantantes.
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Las «voces» de entonces ahora han sido interpretadas como silbidos, chirridos, retumbes de la tierra, estruendos o el resoplido de un avión de hélice. En los casos más poéticos, visitantes del desierto han escuchado el sonido triste de un violonchelo producido por el deslizamiento de las arenas. Lo cierto es que las dunas cantan y muchas veces lo hacen en diferentes tonos.
Este peculiar fenómeno se produce cuando la arena se desliza por la superficie de las dunas debido a la acción del viento o cuando las personas las ponen en movimiento. Las partículas de arena, al rodar cuesta abajo, generan una vibración que produce un sonido estruendoso y distintivo. Este fenómeno no ocurre en todas las dunas; depende de la composición y tamaño de los granos de arena.
La eventual avalancha de arena es la responsable del resonante rugido o de las suaves notas musicales. Para que se produzca el canto, la arena debe estar lo suficientemente seca, y es la colisión de los granos, el aire y la perturbación provocada por el viento o la actividad humana lo que da lugar a este fenómeno singular.
El sonido resultante puede variar desde un suave murmullo hasta un tono más agudo y estridente. A medida que el viento acaricia las crestas de las dunas, las partículas de arena chocan y se deslizan, creando una sinfonía única en medio del desierto. Este misterioso concierto de la naturaleza ha cautivado a científicos y visitantes por igual, ofreciendo una experiencia auditiva única en armonía con la majestuosidad de las dunas.