martes, 12 de marzo de 2024

Doppelgänger: ¿existe realmente nuestro "doble"?

La palabra doppelgänger está rodeada por distintas connotaciones, cada vez más interesantes y misteriosas.


Preguntarse si existe alguien igual a nosotros en el mundo es un cuestionamiento relativamente común. El nombre que se le suele otorgar a esta "réplica" nuestra es doppelgänger, una palabra alemana que básicamente significa "doble andante". De hecho, en el mundo del cine, el término hace referencia al doble de acción que sustituye al actor en escenas de riesgo.

Ahora, el concepto doppelgänger no siempre tuvo una connotación exclusivamente curiosa o positiva. Es decir, ahora hace referencia a alguien parecido físicamente, pero con quien uno no está necesariamente relacionado; sin embargo, por mucho tiempo la palabra hizo referencia a otras ideas más oscuras. Por ejemplo, de acuerdo con el diccionario y la publicación online de la Enciclopedia Británica, hace mucho tiempo encontrarse con tu doble representaba un augurio de muerte.

"Doppelgänger, en el folclore alemán es tanto un espectro como la aparición de una persona viva. El concepto de la existencia de un doble espiritual, una réplica exacta pero generalmente invisible de cada hombre, pájaro o bestia, es una creencia antigua y extendida", señala ese definición.


Doppelgänger, obra de Sebastian Bieniek, 2018. (Foto: Wikimedia Commons).

El concepto ahora cobró un sentido científico. Una publicación de Cell Reports, realizada a partir de algoritmos de reconocimiento facial, demostró que es posible encontrar a tu doppelgänger. El estudio señaló que -para la ciencia- efectivamente existen algunas personas físicamente parecidas entre sí que no necesariamente guardan algún tipo de relación genética.

La historia detrás de los misteriosos dobles

No está del todo claro el momento en el que se originó el concepto doppelgänger. Ahora bien, se popularizó a finales del siglo XVIII y durante el XIX. Esto gracias a la literatura, pues la idea de un doble idéntico se convirtió en un recurso común en la literatura de misterio y terror. Muchos autores acudieron a dicho recurso para así generar una atmósfera tenebrosa y sobre todo desconcertante.

Por ejemplo, el escritor ruso Fiódor Dostoyeveski en su novela "El doble", de 1846, lo utilizó. En ella Golyadkin, un empleado pobre, cae en la locura por problemas económicos y románticos. Consecuentemente, se encuentra con otra versión de si mismo que consiguió todo aquello que él nunca pudo.

Una historia anterior y bien conocida de un doppelgänger aparece en la novela "Los elixires del diablo", dos volúmenes que datan de 1815-1816, del escritor alemán de cuentos fantásticos E.T.A. Hoffmann.

Mucho más adelante en el tiempo, el portugués José Saramago recrearía la idea para su novela existencialista "El hombre duplicado" (2002), llevada al cine en 2013 por el canadiense Denis Villeneuve bajo el nombre de Enemy.

La idea de un doppelgänger genera un aura enigmática imposible de resolver. Finalmente, aunque la posibilidad de que exista un doble idéntico a nosotros sea real, encontrarlo es prácticamente imposible. Fantasmagóricos o no reales o no, los doppelgängers permanecerán -por ahora- envueltos en una condición inexplicable que sigue cautivando a los fanáticos del misterio.