La exposición prolongada al sol puede afectar seriamente la salud de la piel, los ojos y hasta al sistema inmunológico (Foto: Getty Images).
El Ínidice UV es una invención que puede salvar vidas y protegernos a todos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Nació hace tres décadas de una necesidad imperiosa: comunicar a la gente de forma clara los riesgos para la salud de la radiación ultravioleta y la exposición al sol.
Muchos países incluyen en sus informes del tiempo, especialmente en meses de verano, este índice expresado en números y colores. El primer índice, creado por investigadores canadienses, fue publicado el 27 de mayo de 1992.
Los colores vinieron después, cuando el índice fue adoptado y estandarizado por la OMS y la Organización Meteorológica Mundial en 1995. Tom McElroy, físico de la atmósfera y profesor de la Universidad de York en Toronto (Canadá), junto a James Kerr y David Wardle fueron los creadores del índice UV.
El índice fue creado para aumentar la conciencia a nivel del público de los peligros de la exposición excesiva al sol, como el cáncer de piel y los daños a los ojos. Con el aumento en los casos de cáncer de piel y la incertidumbre sobre vínculos entre radiación y cambio climático, comprender el índice UV es más importante que nunca.
Explicando el Índice UV
Describe los niveles de radiación ultravioleta que llegan a la superficie terrestre en un lugar y tiempo determinado. La escala va de 1 (riesgo bajo) a 11 o más (riesgo extremo).
Para llegar a estos números, los científicos cuantifican la radiación solar y la multiplican por su impacto en los seres humanos a través de medidas, por ejemplo, como la radiación necesaria para causar enrojecimiento de la piel. De esa forma obtienen lo que se llama "dosis efectiva", un valor que luego es dividido por un número arbitrario para lograr la escala numérica.
Es una escala abierta, no existe un máximo. El número más alto que se ha registrado con datos fiables, es de 20 para un día despejado. Fue en el Llano de Chajnantor en Chile, en el desierto de Atacama, a unos 5600 metros sobre el nivel del mar.
La OMS confirmó en un encuentro en Alemania en 2011 que un índice UV superior a 3 indica niveles en los que podría producirse una exposición solar dañina y quemaduras solares y, por lo tanto, es el umbral para promover mensajes preventivos.
En la imagen que sigue, encontramos tanto la escala numérica como el código de colores que fue aplicado a posteriori, y que aún hoy está vigente.

(Ilustración: Organización Mundial de la Salud).
Qué es la radiación UV y qué tipos hay
La radiación ultravioleta es una parte de la radiación solar. Es apenas un 7% del total pero es muy importante porque es la parte más energética del Sol que nos llega. La región UV del espectro solar abarca las longitudes de onda de 100 a 400 nanómetros o nm y se divide en tres bandas: UVA (315-400 nm), UVB (280 315 nm) y UVC (100 280 nm).
La radiación UVC es muy energética pero no llega a la superficie terrestre porque la absorbe el oxígeno.
La UVB está atenuada por la capa de ozono estratosférico (que absorbe la radiación) pero una parte llega y es la que afecta más a los seres vivos.
Por último, la radiación UVA, es la menos energética pero tiene importantes implicaciones. Sobre todo el envejecimiento de la piel está más relacionado con la A que con la B.
Es necesario que sepamos que las camas solares no llegan a imitar al sol y emiten más UVA de la que el Sol realmente emite.
Qué factores influyen en la radiación UV
• Los niveles de ozono: el ozono es un gas formado por tres átomos de oxígeno (O3). La capa de ozono, que absorbe gran parte de la radiación ultravioleta, se encuentra en la estratósfera a una altura aproximada de entre 18 y 28 km. Este ozono "bueno" suele distinguirse del "malo" y perjudicial para la salud, el que se forma en la capa inferior de la atmósfera o tropósfera por acción de la radiación sobre la contaminación emitida por los autos, la industria y otras fuentes.
• La altura del sol: cuanto más alto esté el sol en el cielo, más intensa es la radiación UV.
• La latitud: cuanto más cerca del ecuador, más intensa es la radiación UV.
• La nubosidad: la intensidad de la radiación UV es máxima cundo no hay nubes, pero la OMS advierte que la mayor parte de la radiación puede atravesar nubes poco densas.
• La altitud: a mayor altitud la atmósfera es más delgada y absorbe una menor proporción de radiación UV.
• La reflexión del suelo: la nieve puede reflejar hasta un 80% de la radiación UV, la arena seca de la playa cerca de un 15% y la espuma del agua en el mar alrededor de un 25%.
• La contaminación ambiental: las partículas en suspensión también absorben la radiación UV. De hecho, en algunas ciudades donde se está reduciendo la contaminación, se han detectado aumentos en la radiación UV porque el aire está más limpio.
(Fuente: BBC Mundo)