En 1977, entre "Wish You Were Here" (1974) y "The Wall" (1979), el grupo británico ofreció un ensayo sociopolítico a partir de la "Rebelión en la granja" de George Orwell.
La tapa de la nueva edición de "Animals" muestra la central eléctrica Battersea, la misma de la tapa original, pero fotografiada hoy.
Hay que ponerse en contexto, primero, con respecto a las tecnologías aplicadas al sonido que avanzan a velocidad de la luz, mientras los viejos y queridos setenta siguen viajando en el túnel del tiempo. El Dolby Atmos resulta de las más disfrutables entre esas tecnologías, porque permite algo que ojalá hubiese tenido Pink Floyd en su época dorada: la inmersión total del que escucha lo que está sonando. Total, y no parcial, o no lo suficientemente avanzada, como era en épocas de las invenciones sonoras "casi artesanales" que por caso incluyeron en su obra "The Dark Side of the Moon" (1973).
Y entonces, inmersivo implica envolvente, algo que la banda londinense persiguió durante su larga vida, atenta al desarrollo de la ciencia y la técnica aplicadas al sonido.
Sin ir más lejos, el sistema holofónico que el fisiólogo argentino Hugo Zuccarelli les proporcionó para su álbum "The Final Cut" (1983), acaba de dar un paso póstumo: Warner Music acaba de lanzar, para regocijo del orbe floydiano, "Animals 2018 Remix", una réplica de la legendaria y maravillosa décima obra de los Floyd, precisamente arropada en el sonido Dolby Atmos.
La nueva edición del disco incluye, además, mezclas en estéreo de alta resolución y Dolby 5.1, sistema que debutó con el film "Apocalypse Now", de Francis Ford Coppola.
Preparémonos entonces a volver sobre gemas que el genio de Roger Waters creó tomando como inspiración la rebelión en la granja orwelliana, para colar su "fábula socioanimal" en la crisis social y económica que vivía la Inglaterra de entonces. Perlas sónicas que ayer brillaron en bandejas giradiscos de vinilo, y hoy mutan en Blu-Ray y plataformas digitales.
Cubierta original del álbum.
De frente, y de atrás, desde la derecha y la izquierda, de arriba hacia abajo -porque la envoltura sonora del Atmos, a diferencia de la tridimensional holofonía, es de 360 grados- se podrán escuchar entonces, con profundidad y lujo al detalle, las dos partes del bello melanco-folk ("Pigs on the Wing"). También "Dogs", única pieza en la que mete mano compositora el guitarrista David Gilmour (las demás, e incluso ésta pero compartida, pertenecen a Waters), y se resuelve en 17 minutos, a partir de una música descomunal, de guitarras lacerantes, estructuras enredadas, alucinadas, y giros mágicos dados por el Minimoog de Rick Wright. Bocado sonoro exquisito para probarlo con el sonido Atmos.
La reedición también posibilita volver sobre la naturalmente inmersiva "Pigs (Three Different Ones)" y sobre la climática, liberadora y vertiginosa "Sheep", el gran momento del baterista Nick Mason.
No es la primera reedición de Animals: tuvo una primera en 1985, cuando se imponía el CD como soporte masivo. Nueve años después, volvió remasterizado en el mismo formato. Y en 1997 -a veinte años del original-, fue el momento de un vinilo remasterizado digitalmente. La flamante edición en CD, vinilo y digital es por tanto la cuarta, y viene acompañada por una nueva tapa -que suma a la del icónico chancho volante una imagen actual de la central eléctrica de Battersea-, más un digipack con un folleto de 16 páginas, una pegatina / sticker, una postal, ilustraciones desplegables, y un libro de 32 páginas. Todo un lujo para quien pueda invertir en los (aproximadamente) 80.000 pesos argentinos (o más) que cuesta.
(Fuente: Página 12)