martes, 21 de mayo de 2024

La vida de Brian: la visionaria y censurada película que se adapta a cualquier época

En su momento, recibió algunas de las que se encuentran entre las peores críticas de la historia del cine, y hoy día es una película "de culto". Estábamos en 1979, ¿qué pasó desde entonces?


Una de las escenas finales del polémico film.

Los Monty Python, legendario colectivo de humor inglés, llevan 45 años aguantando polémicas absurdas sobre su obra maestra del humor, el film "La vida de Brian" (1979) y la tendencia, lejos de disminuir, parece ir en aumento. Hace unos días se rumoreaba que John Cleese, miembro del grupo cómico, planeaba eliminar una escena de la próxima versión teatral de la mítica película debido a "las nuevas sensibilidades", pero el actor lo ha desmentido rotundamente.

Cleese afirma que se "informó erróneamente" de que planeaba cortar la escena para su adaptación teatral de la película de sátira religiosa. Por el contrario, dijo que "no tiene intención" de eliminarla.

¿De qué se trata la película?

El protagonista, Brian Cohen, nace en el portal de un establo, a unos pasos del lugar de nacimiento de Jesús, lo que en un principio confunde a los tres Reyes Magos, que venían a adorar al "rey de los judíos". Estos ofrecieron los tres regalos (oro, incienso y mirra) a la madre de Brian, Mandy; poco después de salir del portal de Belén, se dan cuenta de su error y regresan a quitárselos de las manos.

Brian crece siendo un joven idealista que se resiste a la ocupación romana de Judea, incluso después de saber que su padre fue un centurión romano llamado Traviesus Maximus, que violó a su madre. Sus desventuras comienzan cuando es confundido como "el nuevo Mesías" y su fama y popularidad van en aumento, y a pesar de sus esfuerzos por negarlo, cada intento suyo por demostrar que se trata de una persona común no hace más que aumentar su popularidad.

Pongamos el contexto: año 1979, década clave para una transición mundial donde muchos países estaban bajo yugos de dictaduras y la libertad de expresión empezaba a asomar la cabeza. Diez años antes, en Estados Unidos, había tenido lugar la gran desgracia del bar Stonewall, en Estados Unidos, donde cientos de homosexuales y transexuales se enfrentaron a la policía por el derecho de poder, simplemente, existir, culminando con la triste muerte de muchos de ellos en ese enfrentamiento. Ese hecho dio lugar al nacimiento del Día del Orgullos LGTBIQ+, que hoy día se celebra como un canto de libertad.

Con las libertades asomando, los siempre ácidos cómicos ingleses Monty Python, integrados, entre otros, por John Cleese, Terry Jones, Michael Palin, Eric Idle, el fallecido Graham Chapman y el director (de esta cinta y de muchos otros clásicos) Terry Jones, aprovecharon el momento para llevar mucho más allá el humor ácido que les caracterizaba en sus espectáculos y series.

Ya tenían libertad de expresión y decidieron utilizarla, pero todos sabemos que cuanto más libres somos más puede chocar nuestra libertad con la de los demás, a veces de manera justificada, pero muchas parece que no. No hace falta decir que esta película, en la época en la que estamos, nunca podría haber sido estrenada.

La vida de Brian no se avergüenza, dispara a diestra y siniestra contra todo lo que le parece oportuno, desmedido o ridículo, bajo la premisa de que si te pica, te la aguantas. Parece más una crítica contra la religión y a la derecha conservadora fanática -y ésa es la premisa-, pero en el trascurso del film, las bofetadas se reparten a todo el mundo.


Afiche de "La vida de Brian", diseñado por Terry Gilliam, ilustrador y animador de los Monty Python.


Los revuelos en el estreno

Obviamente, en su estreno hubo revolución. Las personas más religiosas la consideraron una ofensa y en muchos lugares se lanzaron a la calle en señal de protesta por blasfemar su religión. El mismo John Cleese bromeó sarcásticamente diciendo que era la primera vez en 2000 años que se había conseguido congregar a tantos religiosos.

Pero eso fue lo de menos, porque esas protestas no afectaban económicamente al grupo cómico, todo lo contrario, aumentaba su fama. Una visión muy 2020 que ellos ya tenían en los 80: el clásico que hablen bien o mal, pero que hablen. En países como Noruega o Irlanda, entre muchos otros, el film estuvo sin estrenarse entre un año y más de diez por vulnerar honores.

Hoy día sigue siendo un clásico de culto que la gente que pasa de los 35 recuerda con cariño y las nuevas generaciones se ríen descubriéndola. Entonces… ¿dónde está la polémica ahora si se supone que hay más libertad aún que antes? Pues precisamente en eso.

La problemática actual


La noticia saltaba hace tan solo unos días: los actores que preparan la obra de teatro de La vida de Brian bajo el sello de los Monty Python que quedan, pidieron eliminar una escena del guión por herir sensibilidades. ¿Es una escena en contra de la religión? No. ¿Es una escena en contra de la burla de la gente que tiene defectos en el habla por la famosa secuencia de un Poncio Pilatos a quien le patinan las erres? Tampoco… Es una escena donde un personaje llamado Stan quiere que a partir de ese momento se le llame Loretta.


La polémica escena en cuestión: a la izquierda, Stan (o Loretta).

Un grupo revolucionario que habla sobre los derechos que quiere conquistar, habla todo el rato en masculino y uno de ellos corrige diciendo la terminación femenina, para incluir a las mujeres oprimidas. Hasta aquí todo bien, incluso tiene razón si hablamos de esa época en la que se estrenó: las mujeres tenían otro rol muy discriminado. Incluso, se podría aplaudir hoy día. Cabe decir que uno de los revolucionarios era una mujer pero, aun así, la crítica funciona.

El problema viene cuando la conversación continúa y ese personaje confiesa que quiere que se tengan en cuenta a las mujeres porque quiere ser mujer y quiere que se le reconozcan sus derechos como mujer y sus derechos para tener hijos. Y entonces tiene lugar un debate que nos sonará muy de actualidad a pesar de ser un film del 1979. Frases como "no puedo parir pero quiero defender mi derecho a parir" y "es un símbolo de lucha contra la opresión" serían aplaudidas por ciertos sectores, pero la respuesta que le da otro personaje es: "Es un símbolo de lucha contra la realidad".

Quejarse ahora de lo que pasó hace mucho tiempo

No basta con quejarse de lo que se diga ahora, que, se esté de acuerdo o no, tiene su sentido, sino que también hay que revolucionar el pasado.

Hasta el mismo John Cleese ha declarado que esta escena es, de toda la película, la que más problemas le está trayendo actualmente. Antes de dicho "speech", vemos a la madre de Brian interpretada por Terry Jones, pero ahí nadie dice nada, una lapidación llevada a cabo por mujeres que se tienen que disfrazar de hombres, pero nadie dice nada, y el típico ataque contra un judío por tener la nariz grande, pero ahí tampoco nadie dice nada.

Lo cierto es que, hasta lo que hoy sabemos, la escena de Loretta no va a desaparecer en la versión teatral. "Hace unos días hablé ante una audiencia fuera de Londres. Les dije que estaba adaptando La vida de Brian para que pudiéramos hacerlo como un espectáculo teatral. Dije que habíamos tenido una lectura de mesa del último borrador en Nueva York hace un año y que todos los actores me habían aconsejado encarecidamente que cortara la escena de Loretta. Por supuesto, no tengo ninguna intención de hacerlo", contó .

Suceda lo que suceda y más allá de polémicas, La vida de Brian seguirá siendo un clásico de la comedia inglesa y una de las más inteligentes y desopilantes de la historia del cine.

(Fuente: El País)