lunes, 27 de mayo de 2024

Un recorrido por la historia del mate, la bebida argentina por excelencia

Quien dice "mate" dice "Argentina". Declarada infusión nacional, se transformó en una tradición que perdura a través del tiemp, tal es así que se ha convertido en una bebida ritual ¿Cuál es su historia?


Compañero sin igual, para compartir en rondas interminables con amigos o, también, gran compañero de soledades. Lo cierto es que, en todos los hogares del país, el mate siempre está presente.

En Argentina, el mate es sinónimo de compañía, encuentro y compartir. identidad nacional, pero también es un ritual de la vida cotidiana de millones de personas. La "ronda del mate" es un rito social significativo para nuestra cultura.

Hoy se consumen, promedio, 100 litros de mate al año por argentino/a. Según un informe del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), la yerba mate está presente en más del 90% de los hogares. Su producción genera un gran impacto en la economía nacional. Cada habitante, por año, consume alrededor de 6,4 kg de yerba. Además, actualmente nuestro país es el principal productor y exportador mundial de yerba mate.

Valeria Trapaga, la primera sommelier de mate del país, dijo en una charla: "Frente al mate somos todos iguales". A continuación, la charla disertación completa de trapaga en un evento TEDx.


Para nosotros, el mate es la infusión que se prepara con sus hojas molidas. Pero también llamamos así al recipiente donde se lo toma. La yerba mate, cuya denominación científica es Ilex Paraguariensis, es un árbol nativo de la selva paranaense.

Descubrir los orígenes de este cultivo y su tradición como infusión implica remontarnos a la cultura precolombina. La historia del mate argentino empieza con los pueblos guaraníes.Antes de la conquista y colonización, fueron ellos quienes utilizaban las hojas del árbol como bebida y objeto de culto, pero también como moneda de cambio para practicar el trueque con otros pueblos.

En la lengua originaria guaraní, la planta se llamaba "Caá", que significa "hierba", "planta" y "selva". La ingestión de hojas de caá producía una sutil sensación de bienestar y armonía. "Póra" (nombre de una leyenda paraguaya) se traduce como "fantasma", por lo que el nombre significaría "fantasma de la yerba mate" o "espíritu de la yerba mate".

Por eso, para el guaraní, la yerba no era sólo un alimento estimulante, sino también una medicina, un bien ritual y un medio de adivinación. "Para ellos, fue un regalo de los dioses", menciona Pau Navajas en su libro "Caá Porã. El espíritu de la yerba mate".

Con la conquista y la colonización, los españoles tomaron contacto con el mate y sus virtudes, y así fue  que difundieron su consumo por el entonces Virreinato del Río de la Plata.

El mate antes y durante la Conquista

Los españoles vieron que los guaraníes llevaban, junto a sus armas, una bolsita de cuero con hojas trituradas y tostadas:  eran hojas de yerba mate que mascaban o colocaban en una calabaza y tomaban la infusión usando los dientes como filtro o una caña ahuecada.

Con el tiempo, fueron los jesuitas quienes introdujeron el cultivo en las reducciones o misiones jesuíticas guaraníes. Ellos lo preparaban en taza, en la misma forma que el té. De esta manera, contribuyeron a su difusión y comercialización y la yerba mate se volvió popular.

Según el historiador Daniel Balmaceda, "en 1592 el mate ya estaba incorporado a las actividades comunes de los españoles, criollos y, por supuesto, de los guaraníes. Pero su consumo empezó a generar conflictos entre los conquistadores".

En una oportunidad, el gobernador Hernando Arias de Saavedra (conocido coloquialmente como Hernandarias) le escribió al rey de España contándole que "el mate era un vicio". Decía que cebar mate demandaba mucho tiempo, entonces la gente trabajaba menos. Así, tomar mate se volvió una conducta perjudicial.

Luego, en 1610, el gobernador Diego Martín de Negrón se refirió al mate como "un vicio abominable y sucio, que era necesario prohibir". En 1612, Hernandarias volvió a ser nombrado gobernador y prohibió el mate en el Río de la Plata. Sin embargo, siguió circulando de manera clandestina.

Pero la historia se repite una y otra vez: el interés de los españoles por la producción y comercialización de la yerba mate era tal, que la población indígena fue sometida y esclavizada para alcanzar ese objetivo.

El mate en la Independencia

La historia del mate también acompañó la construcción de nuestro Estado Nación. Tal como cuenta Pau Navajas en su mencionado libro, en 1816, quienes luchaban por la independencia seguramente estarían discutiendo en la Casa de Tucumán mate de por medio.

El historiador Miguel Ángel De Marco afirma: "El mate es el único rito que sobrevive intacto desde 1816".  En esa época, de pueblos y regiones aisladas, el mate se constituía en un elemento de construcción de identidad común.

Lo cierto es que el mate era consumido por todas las clases sociales y todas las generaciones. En relación a esto, Navajas aporta otro dato interesante en su libro: cuenta que todos tomaban mate, entonces, la forma de distinción de clases estaba en cómo y en qué recipiente se consumía.

Por ejemplo, los aristócratas de la época le agregaban leche, crema, canela o clavo de olor. Además, sus mates eran labrados con la plata de Potosí. Buscaban que fueran lo más refinados posible, mientras más elaborados y ostentosos, mejor.

También existía la figura de la cebadora: se trataba de una mujer esclava que se ubicaba en las salas de las casas y ofrecía mate a los residentes y a las visitas, en señal de bienvenida.

¿Quién fue Andrés Guacurarí y Artigas?

Andrés Guacurarí y Artigas, conocido como "Andresito", fue un caudillo guaraní que gobernó, entre 1815 y 1819, la entonces Provincia Grande de las Misiones. Fue designado comandante por el prócer uruguayo José Gervasio Artigas, su padre adoptivo y del corazón.

Se trató de uno de los primeros líderes federales de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el único gobernador indígena de la historia argentina. El historiador Felipe Pigna rescata su legado, sosteniendo que ejerció "una conducción humana, justa y socialmente revolucionaria".

Durante su gobierno y en su territorio, "recobraron su vigor los cabildos de los pueblos originarios que tenían una función central en la administración del territorio, fomentando la producción y comercialización de la yerba mate", explica el historiador.

Su importancia como industria: el Instituto Nacional de la Yerba Mate

En 2002, el Congreso Argentino sancionó la Ley 25.564 a través de la cual se creó el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Es un organismo no estatal que trabaja para promover, fomentar y fortalecer el desarrollo de la producción, industrialización, comercialización y consumo de la yerba mate.

Entre sus tareas se encuentran la de asistir, investigar, fiscalizar, desarrollar, capacitar y promocionar el consumo de la Yerba Mate Argentina.  Su principal fuente de financiación es la Tasa de Inspección y Fiscalización -fijada por ley- del 2,5% al 5% del valor del kilo de yerba mate elaborada para ser comercializada en el país.

Como dato, cada vez que compremos un paquete de yerba, veremos que tiene adherida una "estampilla oficial de control” que acredita el pago de la tasa establecida.


Finalmente: ¿cómo preparar un buen mate?

Si bien cada uno tendrá su procedimiento y secretos para prepararlo, entre los expertos del cebado hay ciertos acuerdos. Por eso, queremos compartir un paso a paso y un par de consejos para preparar un buen mate:

• Llenar tres cuartas partes del mate.

• Sacudir boca abajo tapando la boca del mate con la palma de la mano, para remover polvillo y mezclar homogéneamente la molienda.

• Dejar toda la yerba de uno de los lados del recipiente para que al pararlo quede colocada de forma oblicua.

• Echar un chorro de agua a temperatura ambiente o -mejor aún- apenas tibia en la parte del mate donde hay menos yerba, o sea, en la parte de abajo de la inclinación. La temperatura ideal para la cebada es de entre 75 y 80ºC. Cuando la yerba absorba el agua y se hinche, insertar allí la bombilla.

• Cebar el mate vertiendo el agua lo más cerca posible de la bombilla para evitar mojar toda la yerba. Esto permite conservar su sabor por más tiempo, porque cada vez que volquemos agua al recipiente la yerba que está seca irá alimentando, liberando gradualmente el sabor. Si se moja toda la yerba los mates perderán su sabor -o se "lavarán"- más rápido.

• Se recomienda no mover la bombilla una vez que se inicie el mate para que no se tape y para que la yerba seca no se moje.

Beneficios del mate


En los últimos años, ha crecido a nivel mundial el interés en los beneficios alimenticios y terapéuticos del mate. Entre sus propiedades, se lo considera un gran antioxidante, fuente de vitaminas y minerales. Además, ayuda a reducir el colesterol malo. En primer lugar, el poder antioxidante se debe a la concentración alta de polifenoles, que ayudan a mejorar las defensas del organismo y protegen del daño celular.

Luego, la yerba mate contiene vitaminas del grupo B (B1 y B6), esenciales para regular nuestra energía y evitar la fatiga y el cansancio. Además, la yerba mate tiene minerales como potasio y magnesio. Por último, posee xantinas, compuestos bioactivos estimulantes del sistema nervioso central, que favorecen la concentración.

Seguramente este post te tentó y ya estás calentando el agua, si sos un mateador habitual. Y si no lo sos, podés seguir los pasos, probar a ver qué te parece y, quizás, descubrir un nuevo amigo para cualquier ocasión.

(Fuente: eldestapeweb.com / La Nación / Wikipedia / redacción propia)