Perú es, sin duda, uno de los lugares del mundo más ricos en áreas arqueológicas. Por ejemplo, el sur del país andino alberga una de las zonas más importantes de arte rupestre de toda América del Sur: el Complejo Arqueológico Toro Muerto. Localizado en la parte central del valle del río Majes, en la zona costera del extremo sur de Perú, en Toro Muerto se han localizado alrededor de 3.000 rocas volcánicas decoradas con petroglifos que fueron realizados por las diferentes culturas que habitaron la zona a lo largo de miles de años.
En esta roca de Toro Muerto (Perú) puede verse a una figura danzante rodeada por líneas rectas y onduladas con puntos (Foto: Andrzej Rozwadowski).
Los arqueólogos especulan con que muchos de estos petroglifos podrían tener entre 1.400 y 2.000 años de antigüedad, es decir, habrían sido tallados entre los años 100 a.C. y 600 d.C. por el pueblo Sihuas, una cultura local que habría recibido influencias de la cultura Nazca.
Pero un aspecto que hace únicos a estos petroglifos de Toro Muerto es la representación de figuras humanas que parecen bailar, unos personajes a los que los primeros investigadores de la zona bautizaron como "danzantes", con frecuencia asociados a motivos geométricos, sobre todo líneas en zigzag.
Danzas y canciones
Ahora, un estudio sugiere que los petroglifos de Toro Muerto podrían ser representaciones de canciones y metáforas del viaje del alma al otro mundo. Los investigadores consideran que las líneas onduladas que aparecen en los petroglifos de Toro Muerto también son sorprendentemente similares a un tipo de arte que fue realizado en la década de 1970 por el pueblo Tucano (originario de la selva amazónica de Colombia, Brasil y Ecuador) bajo los efectos del consumo de ayahuasca. Todos estos datos fueron recopilados en su día por el antropólogo austríaco Gerardo Reichel-Dolmatoff.
Roca en la que se pueden algunos ver patrones verticales en zigzag, lineales y sinusoidales, y en cuyo centro hay una gran figura danzante (Foto: Andrzej Rozwadowski).
Andrzej Rozwadowski, arqueólogo de la Universidad Adam Mickiewicz de Poznan (Polonia), y uno de los autores del estudio, sugiere que los supuestos danzantes podrían constituir una representación de algún tipo de coreografía cósmica en la que se entremezclarían misteriosas figuras geométricas y algún tipo de baile con lo terrenal y lo divino.
Nuevas hipótesis
"Muchos de los primeros investigadores utilizaron el término ‘danzantes’, es decir, ‘bailarines’, para describir las tallas de Toro Muerto. No estaba absolutamente establecido que las figuras estuvieran bailando, pero muchas de ellas lo parecía. Un gran número de las tallas se caracterizan por poses dinámicas: las rodillas de algunos están dobladas y las de otros rectas, pero separadas, lo que sugiere movimiento", explica Rozwadowski.
Estos "danzantes", tallados en un gran número de rocas en Toro Muerto, se caracterizan, además de por su pose dinámica, por la ausencia de características explícitas de género. Según los investigadores, estas imágenes desafían las interpretaciones imperantes hasta la fecha y sugieren otro tipo de perspectiva: en opinión de los expertos sería similar a la visión cosmológica amazónica, en la que el género no está claramente definido.
"El análisis meticuloso de los petroglifos indica que las líneas en zigzag podrían haber representado canciones, mientras que los patrones geométricos simbolizaban el orden cósmico. Esta hipótesis ofrece una nueva perspectiva sobre los misterios de Toro Muerto y plantea preguntas filosóficas y cuál fue el contexto social de las civilizaciones que una vez florecieron en esta tierra ancestral", concluye Rozwadowski.
(Fuente: National Geographic)