Sus orígenes se remontan a la época prehispánica, más precisamente, a los pueblos incas. Plato muy versátil, puede variar de acuerdo a la región y al país en que se elabore.
En Argentina, el locro suele servirse en cazuela y se acompaña con aderezo picante.
Aunque también se cocina en países como Ecuador, Bolivia y Chile, el locro ya es parte de un “ritual folclórico” que acompaña las celebraciones de la independencia argentina.
Sus orígenes
Era una comida típica inca del Alto Perú (como se conoce a la zona septentrional de lo que fue el Virreinato del Río de la Plata) en donde actualmente se ubica Bolivia y el norte de la Argentina, explica Daniel Balmaceda, escritor, periodista e historiador argentino, autor de los libros "La comida en la historia argentina" (2016) y "Grandes historias de la cocina argentina" (2021), entre otros.
Tal como indica el diccionario de la RAE, el término proviene del quechua "ruqru" o su variante "luqru", lo que demuestra los orígenes prehispánicos del guiso. El pueblo inca preparaba este plato durante la época previa a la conquista española de América. Se trataba sencillamente de un guiso hecho "con los elementos que les brindaba la tierra", agrega Balmaceda, quien también es miembro de la Academia Argentina de la Historia y de la Sociedad Argentina de Historiadores.
Por entonces se elaboraban diferentes variables del guiso (al igual que en la actualidad) pero la palabra "locro" terminó por definir a todo ese tipo de preparaciones. En 1492, con la llegada de los europeos a América, se añadieron otros ingredientes provenientes de Europa y hubo cambios en la forma de preparar los alimentos y las técnicas de cocción.
Cómo se convirtió "comida patria" en Argentina
Hoy en día, el locro es uno de los platos más representativos de la cocina argentina. Especialmente es el elegido para colocar en la mesa durante el aniversario de la Revolución de Mayo o el Día de la Independencia, fechas que coinciden con el frío otoñal e invernal: se celebran el 25 de mayo y el 9 de julio respectivamente).
Pero, ¿cómo llegó a asociarse con esas efemérides? Según Balmaceda, la inmigración y el avance demográfico que se registró en el país a comienzos del siglo XIX provocó cambios notables en el menú de los argentinos. Por ese motivo, alrededor de 1930 hubo un resurgir de las comidas típicas como "una manera de evocar aquellos tiempos".
Así es como el locro y otras preparaciones, como las empanadas y el chocolate caliente, se transformaron en algo más que un alimento y pasaron a formar parte de la cultura y la historia argentinas.
Cuáles son sus ingredientes
El locro se cocina a fuego lento y aporta gran cantidad de nutrientes al organismo gracias a la variedad de ingredientes: contiene carne (preferentemente falda y pechito de cerdo), maíz, chorizo colorado, panceta, porotos, garbanzos, puerros, calabaza, cebolla y papa, entre otros. Aunque puede variar su preparación según el gusto de cada consumidor.
Suele servirse en cazuelas de barro o cerámica, para conservar el calor, y siempre es recomendable, a la hora de la preparación, calcular muy bien las proporciones, ya que es un plato que mayormente se sirve en grupos o reuniones.
Una de las tantas recetas para su preparación puede encontrarse haciendo click aquí. ¡Buen provecho!
(Fuente: BBC Mundo / eldestapeweb.com)