viernes, 19 de julio de 2024

La tan mentada "Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible": ¿distractor o farsa?

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia. O al menos, eso dice...


Lamentablemente, la mayoría de las decisiones que los gobiernos dicen tomar a nivel mundial sólo son movimientos para entretener a los ciudadanos y que veamos en ello que están haciendo algo para combatir lo que ellos mismos han provocado. Han diseñado una serie de puntos y unos gráficos de colores muy bonitos, con la intención de enmascarar las verdaderas decisiones globales que se toman a espaldas de la gente.

Si uno lee los 17 objetivos, puede darse cuenta de inmediato  que ninguno de ellos se lleva a cabo ni se están realizando las gestiones necesarias para su cumplimiento. Hagamos un repaso:

• Fin de la pobreza.
• Hambre cero.
• Salud y bienestar.
• Educación de calidad.
• Igualdad de género.
• Agua limpia y saneamiento.
• Energía accesible y no contaminante.
• Trabajo digno y crecimiento económico.
• Industria, innovación e infraestructura.
• Reducción de las desigualdades.
• Ciudades y comunidades sostenibles.
• Producción y consumo responsables.
• Acción por el clima.
• Vida submarina.
• Vida de ecosistemas terrestres.
• Paz, justicia e instituciones sólidas.
• Alianzas para lograr los objetivos.

Leyendo lo anterior, nuestro primer impulso es aplaudir y festejar, pero la realidad es que vamos hacia atrás de una forma descarada y engañosa. Lo vemos en las llamadas "Conferencia de las Partes" (COP) que sólo sirven para que miles de funcionarios lo pasen bien, visiten países, se reúnan como en una fiesta mundial donde no se llega a ningún acuerdo efectivo por parte de nadie. Millones en sus gastos de viaje, jets privados, numerosos aviones fletados para el evento con la consecuente contaminación, hospedajes lujosos, y todo pagado por los ciudadanos.

Repasemos tan sólo algo de lo que, sin demasiado esfuerzo, nos llega todos los días: las deforestaciones continúan de una forma estremecedora, la pobreza aumenta, los conflictos bélicos se disparan ocasionando más pobreza y muertes, las aguas se siguen contaminando con pesticidas empleados en la agricultura intensiva, la salud de las personas se deteriora con una sanidad pública en el colapso, los refugiados que huyen de países en guerra y de dictaduras aumenta, la crisis climática avanza sin ningún control, miles de niños son secuestrados de sus familias para redes de trata y prostitución, y así podríamos seguir enumerando.


(Foto: Pedro Pozas Terrados, tomada de un cartel puesto en la COP25 de Madrid 2023).


Pero esos funcionarios que se hospedan en hoteles 5 estrellas y reúnen en prestigiosos foros internacionales creen que poniendo unos colores y dibujos bonitos en los objetivos de la agenda, van a engañarnos. Al mirar alrededor, uno termina preguntándose si ellos realmente se creen esta pantomima o son conscientes de su hipocresía y se ríen a espaldas nuestras.

Debemos abrir los ojos y saber lo que los gobiernos están haciendo con nuestro planeta. No debemos permitir que nos engañen de esta forma macabra y que los objetivos de la Agenda se vayan hundiendo cada vez más deprisa en el barro de la inconsciencia política.

No se están dando pasos importantes para que tengamos un mundo mejor. Al contrario, el aumento de los conflictos bélicos, entre ellos el reciente de Israel y Palestina, nos hacen sumirnos en una inestabilidad peligrosa, en un futuro incierto donde un error puede desembocar en una guerra mundial.

Se siguen masacrando a pueblos indígenas sin ningún pudor, tanto como atacando a defensores del medio ambiente. Se sigue destruyendo nuestro mundo y agotando los recursos naturales de una forma precipitada y sin respeto a nada ni a nadie. La ONU demuestra frecuentemente su inutilidad: dice muchas palabras agradables al oído, pero los países las ignoran. Son responsables directos de la crisis climática y se escudan en eventos, cumbres y jornadas para distraer la atención de sus manos manchadas de sangre.

Sólo para poner un ejemplo y hacer foco en un caso en particular, aunque parezca increíble, en muchas partes del mundo a las personas se les limita la entrada en ciudades con coches antiguos, a nafta o diésel, a pesar de haber pasado los controles técnicos donde se les certifica que no contaminan. ¿Por qué se les obliga a comprar un vehículo nuevo cuando han sido responsables en mantener el suyo en buenas condiciones? ¿Acaso se creen que todos los ciudadanos pueden comprarse un vehículo nuevo con el gran costo que ello supone, sin contar la subida de los alimentos, la luz, el gas, los alquileres, etc.? ¿Y el costo en recursos naturales que supone un coche nuevo y encima el uso de baterías para los coches eléctricos que están ocasionando la destrucción de muchos lugares en busca de los minerales esenciales? Pero claro, ellos sí pueden seguir viajando en cómodos coches y en aviones privados que contaminan muchísimo más que un diésel con su verificación aprobada. Es una gran hipocresía que sólo se benefician las grandes multinacionales de venta de automóviles.

Y lo antedicho, recordemos siempre, es sólo un ejemplo de un cúmulo de cosas cotidianas que van en contra de rimbombante "agenda" con la que los poderosos se llenan la boca y mienten sin siquiera sonrojarse.

Es lamentable que tengamos esta perspectiva tan caótica y que para algo que imaginábamos beneficioso para nuestras sociedades y generaciones futuras, sea sólo una estampa virtual de ilusión, un engaño que es necesario conocer para así poder comprender la verdad.

¿Qué podemos hacer? Luchar o al menos conocer la verdad y no ser engañados. Mientras que exista el actual sistema político, nos encaminamos hacia la rotura de la brújula que debería marcar nuestro rumbo. ¿Y quién puede cambiar el sistema? Ellos. Nos encontramos en un bucle donde no hallamos una salida fiable. Algunos dirán que la sociedad puede cambiar esto, pero no es así. Por desgracia está muy ocupada por mantenerse a flote en la subida de los precios y todos los problemas que se derivan de ello. Nos mantienen desinformados los medios de comunicación y el poder es capaz de tenernos a raya como se hizo con el Covid 19, violando los derechos fundamentales de las personas y encerrándonos en nuestras casas convertidas en jaulas

Pero bueno, al menos tenemos una agenda muy bonita, con unos objetivos maravillosos para que, cerrando los ojos, podamos soñar con nuestro futuro robado.

(Fuente: fronterad.com / otros)