lunes, 8 de julio de 2024

Gyro Monoriel: el prodigio ferroviario que se movía por una sola vía sin perder el equilibrio

Era un tren que tenía dos enormes giroscopios en su interior, que funcionaban de manera sincronizada.


(Foto: Wikimedia).

En 1910, un inventor irlandés llamado Louis Brennan presentó en un evento público en Londres un nuevo tipo de ferrocarril que parecía transgredir los límites de la física conocidos por muchos. La locomotora no sólo era capaz de mantenerse perfectamente equilibrada en un solo riel, incluso completamente detenida, sino que también se inclinaba en las curvas para no perder velocidad.

Aquel día fue la culminación de años de trabajo. Brennan había presentado su primera patente de monoriel giroscópico en 1903, aunque no fue hasta 1907 que consiguió completar su primer prototipo. Como deja testimonio el Museo de Ciencias Británico, se trataba de una pieza de apenas 76,2 centímetros de largo por 29,9 centímetros de ancho que resultó ser un eficaz demostrador.

Un tren que prometía ser revolucionario

Este ingeniero incluso armó un circuito de pruebas a escala reducida para conseguir financiación para el proyecto. Dado que el vehículo era muy pequeño, Brennan acudió a la colaboración de su pequeña hija, que sirvió de pasajera en las demostraciones. El Departamento de Guerra del Reino Unido se mostró interesado en el concepto, por lo que le encargó la creación de un prototipo a escala.

Si bien Brennan había conseguido crear un prototipo de tamaño reducido completamente útil, durante el desarrollo del modelo de varias toneladas tuvo que hacer varios ajustes al proyecto. El secreto del tren se encontraba en un giroscopio que le permitía mantener el equilibrio gracias al momento angular. Dado que el tren podía descarrilar en las curvas, pensó en añadir un segundo giroscopio.

Ambos dispositivos de orientación estabas conectados por un engranaje, lo que permitió que nunca giraran en la misma dirección. El prototipo de 12 metros de largo comenzó a tomar forma. Se añadió un motor para impulsar a los giroscopios y mejoras adicionales en el sistema para mejorar las correcciones de posición, detalles que son verificables en patentes posteriores.


(Foto: Wikimedia).


El monorraíl giroscópico finalmente estuvo listo en 1909. Como decimos, tenía más de 10 metros de largo, pesaba 22 toneladas y podía transportar hasta 15 toneladas. Si bien tenía un motor de gasolina de 20 caballos de fuerza, este no estaba conectado directamente al sistema de transmisión. En realidad, accionaba un generador que, a su vez, hacía funcionar dos bogies y ambos giroscopios.

Durante algunas semanas, el tren circuló en pruebas alrededor de la fábrica, pero en 1910 fue presentado oficialmente al público en la Japan-British Exhibition en Londres, donde se encontraba presente Winston Churchill. El proyecto, sin embargo, no consiguió las inversiones necesarias para continuar, pese a los intentos de Brennan por exhibir todas sus bondades.


(Foto: Wikimedia).

El inventor aseguraba que el monoriell giroscópico necesitaba la mitad del material ferroviario instalado en los trayectos para funcionar. Incluso estaba diseñado para aprovechar la infraestructura existente (un lado de las vías). Pero el hecho de que cada vagón, además de la locomotora, tuviese que tener un complejo sistema de giroscopios fue uno de los motivos que acabó matando el proyecto.

(Fuente: Xataka / Wikimedia)