jueves, 18 de julio de 2024

Movimientos de la Historia del Arte: Dadaísmo

1916–1923

Te explicamos qué es el dadaísmo, su contexto histórico y características. Además algunos representantes y obras.


El dadá se enfrentó a los valores tradicionales del arte (Theo van Doesburg. Afiche para el Matinée Dada, 1923).

¿Qué es el dadaísmo?

Dadaísmo es el nombre que la historia del arte ha dado al dadá, una postura cultural surgida en Suiza en 1916, en tiempos de la Primera Guerra Mundial. El dadá tenía la intención expresa de rebelarse en contra de las convenciones que consideraba burguesas y demoler la razón propia de la filosofía positivista que las sostenía. 

El dadá se enfrentó a los valores tradicionales del arte porque los consideraba parte del pensamiento elitista que condujo a los horrores de la guerra. Cuestionó la idea del arte como algo bello o armónico y buscó la irracionalidad, el caos, la experimentación y el azar. Por esta razón, el dadá llegó a ser considerado un "antiarte".

Muchos de los artistas dadá, como ​​el rumano Tristan Tzara (1896-1963), el franco-alemán Jean Arp (1886-1966) y el francés Marcel Duchamp (1887-1968) llegaron a Suiza huyendo de la guerra. El dadá expresaba el desencanto, pero al mismo tiempo la rebeldía y el entusiasmo de un grupo de jóvenes inconformes que se oponían a la moral burguesa y la guerra.

La palabra "dadá" fue, según el relato, encontrada azarosamente por Tzara al apuntar con un abrecartas un diccionario francés-alemán. "Dadá" parecía un balbuceo de bebé y refería a caballitos de juguete, lo cual resumía perfectamente el espíritu que pretendían estos artistas: era una palabra absurda, sinsentido, lúdica y provocadora.

¿Dadaísmo o dadá?

El dadá no se consideraba a sí mismo un movimiento e insistió en rechazar etiquetas, estructuras o instituciones, así como también la idea de "género" o de "corriente estética", ya que consideraba las categorías del arte como formas limitantes y elitistas. Se trataba más bien de un espíritu y una actitud no solamente frente al arte, sino frente a la vida.

Si hoy se le conoce como dadaísmo, como tantos otros "ismos", es por una desafortunada catalogación de la historia del arte. El término dadaísmo, acuñado más tarde por los historiadores, está muy lejos de las intenciones originales del dadá. Lo que buscaban estos artistas era una forma de expresión experimental y absolutamente libre, irreverente, espontánea y sin reglas.

Contexto histórico del dadaísmo

El dadá surgió en Europa, pero tuvo seguidores en Estados Unidos y otras partes del mundo. Su origen se ubica en 1916 con la publicación del Manifiesto inaugural de la primera velada dadá de Hugo Ball (1886-1927). Sin embargo, la palabra "dadá" apareció por primera vez en el editorial del único número de la revista Cabaret Voltaire. Esta revista se llamó así en honor a la mítica sala experimental fundada por Hugo Ball y Emmy Hennings (1885-1948) que vio nacer el dadá en Zúrich, Suiza. 

Además de Emmy Hennings y Hugo Ball, en el Cabaret Voltaire se reunían los creadores Richard Hülsenbeck (1892-1974), Marcel Janco (1895-1984), Sophie Taeuber-Arp (1889-1943), Jean Arp y Tristán Tzara, quienes escandalizaron con sus sesiones artísticas experimentales.

El dadá apareció para encarnar el desencanto y la voluntad de cambio que había en Europa tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, cuando varios de sus fundadores se conocieron siendo refugiados del conflicto. A esto se sumó luego el clima de desolación y apatía de la sociedad de entreguerras, que los artistas dadá buscaron revertir con un espíritu combativo y renovador.

Características del dadaísmo

• Se proponía dinamitar los pilares de la cultura

El dadá contradijo no solamente las normas previas del arte, como sucedió con otras rebeliones artísticas, sino toda la lógica y el pensamiento cultural de Occidente. Además, sembró las semillas del cuestionamiento respecto a las nociones de arte, poesía y belleza. Si hoy nos preguntamos “¿es esto arte?”, es gracias a los rebeldes del Cabaret Voltaire.

• Rechazaba la lógica y la razón del positivismo

Los artistas dadá se encontraron en Zurich siendo refugiados de la Primera Guerra Mundial. Esto es fundamental para entender su descontento con los valores racionalistas y el positivismo que habían dominado el pensamiento europeo durante todo el siglo, y que llevaron a Europa a una situación devastadora.

• Era provocador, escandaloso y caótico

Los primeros escritos dadá eran cadenas de letras y palabras sin lógica aparente, cargadas de irracionalidad, sátira y absurdo, crítica política y social o reflexiones sobre la muerte. En otras manifestaciones, esta disposición tomó la forma de collages y uso de materiales inesperados.

• Valoraba el juego

Como parte de su espíritu vital, el dadá otorgaba mucho valor a la expresión lúdica y espontánea, la improvisación y la experimentación. Todo esto tenía un lugar esencial en los procesos creativos de sus artistas, que buscaban formas cada vez más extravagantes de ser libres y de invitar a sus espectadores a serlo.

En palabras de Tristan Tzara:

"DADA; creencia absoluta indiscutible en cada dios producto inmediato de la espontaneidad: DADA; salto elegante y sin perjuicio de una armonía a la otra esfera; trayectoria de una palabra lanzada como un disco sonoro grito; respetar todas las individualidades en su locura del momento: seria, temerosa, tímida, ardiente, vigorosa, decidida, entusiasta; pelar su iglesia de todo accesorio inútil y pesado; escupir como una cascada luminosa el pensamiento chocante o amoroso, o mimarlo -con la viva satisfacción de que da igual- con la misma intensidad en el zarzal, puro de insectos para la sangre bien nacida, y dorada de cuerpos de arcángeles, de su alma. Libertad: DADA DADA DADA, aullido de los dolores crispados, entrelazamiento de los contrarios y de todas las contradicciones, de los grotescos, de las inconsecuencias: LA VIDA".

(Fragmento del Manifiesto Dadá, 1918).

Obras representativas:

Marcel Duchamp, Francia (1887–1968)

Es una parodia de la famosa Gioconda de Leonardo Da Vinci, a la que Duchamp pintó bigotes y debajo, las siglas LHOOQ, que al ser deletreadas en francés suenan como “ella tiene calor en el trasero”.

Retrato de jugadores de ajedrez. 1911.

Man Ray, Estados Unidos (1890–1976)

 Le Violon d'Ingres (El violín de Ingres) : Tinta / Fotografía.

Objet indéstructible (Objeto para ser destruído).

Hans/Jean Arp, Alemania (1886–1966)

Collage avec carrés disposés selon les lois du hasard (Collage con cuadrados ordenados según la ley del azar).

Marcel Janco, Rumania (1895-1984) 

Euphoria Dada (Euforia Dadá).

Kurt Schwitters, Alemania (1887–1948)

 Invisible Ink (Tinta invisible).

Hannah Höch, Alemania (1889–1978)

Die Braut (Pandora) (La novia (Pandora))

(Fuente: Histria del Arte / Concepto / otros)