Hay oportunidades en las que un país como Argentina, históricamente neutral frente cualquier conflicto armado internacional -suscribiendo al concepto de "no intervencionismo" y apostando por la paz- interviene o se pronuncia abandonando esa neutralidad, con consecuencias que pueden ser nefastas, como la que se conmemora tristemente hoy en nuestro país.
Para dar contexto, en 1991 el entonces presidente Carlos Menem, sin autorización del Congreso Nacional, ordenó la participación de Argentina en la Guerra del Golfo, enviando dos fragatas a combatir contra Irak bajo las órdenes de Estados Unidos.
El atentado contra la mutual, llamada habitualmente AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), registra un antecedente inmediato que es el atentado a la Embajada de Israel en Argentina, también ubicada en Buenos Aires, destruída con una bomba dos años antes, el 17 de marzo de 1992, causando 22 muertos y más de 200 heridos. Este atentado, por tratarse de una sede diplomática, fue investigado directamente por la Corte Suprema de Justicia argentina, que jamás terminó la investigación ni elevó la causa a juicio.
Dos años despúes, en 1994, el horror se reiteró con el atentado que fechamos lamentablemente hoy, dejando un resultado de 85 fallecidos y más de 300 heridos.
No es la idea de este post hacer revisionismo exhaustivo, pero basta decir que aún hoy no se conocen ni a los responsables ni a los ejecutores del atentado -así como tampoco del predecesor- y que los sucesivos mandatos presidenciales en nuestro país tomaron diferentes posturas con respecto al hecho.
La gestión de Menem trató básicamente de que se investigue lo menos posible, o directamente encubrir a posibles implicados, mientras que durante las siguientes gestiones se tomaron diferentes posturas que derivaron en escándalos como la destitución de fiscales, renuncia de funcionarios, etc.
Más allá de cualquier cuestión de intereses políticos y de otra naturaleza, responsabilidades y manejos de poder -que los hubo y sigue habiendo en lo relacionado a este trágico hecho-, queremos simplemente rendir un sencillo homenaje a las víctimas, sus familiares y descendientes.
(Fuente: Wikimedia / otros / redacción propia)
