miércoles, 10 de julio de 2024

Un animal vertebrado es capaz de vivir hasta cinco veces más tiempo que un humano

Hace unos años se descubrió que en la Tierra había un animal con una longevidad inesperada, y estudiarlo podría conducir a mejoras en el combate contra las enfermedades cardiovasculares humanas.


En la incansable búsqueda por el "elixir de la juventud" -o lo que sea que podamos añadir a la fórmula que nos permita tener una vida más longeva-, a menudo nos hemos fijado en las criaturas que son capaces de sobrevivir más años que los humanos. En esta lista de super criaturas, hay pocas o ninguna como el único vertebrado que es capaz de vagar por el planeta más de 500 años. Hablamos del tiburón de Groenlandia, y la ciencia acaba de encontrar algo.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Manchester llevó a cabo una prueba experimental para averiguar si existía algún factor clave en la increíble longevidad de la especie de vertebrados vivos más antigua del mundo. Lo que encontraron fu que la actividad metabólica de sus músculos es clave, unos hallazgos que pueden tener aplicaciones para la conservación de la especie frente al cambio climático, o incluso para la salud cardiovascular humana.

El estudio coronaba al vertebrado más longevo del mundo, superando a las ballenas árticas. La criatura: el tiburón boreal o de Groenlandia. Entonces se pudieron datar los núcleos cristalinos de 28 hembras de tiburones boreales. El resultado batió todos los récords, pues estos animales viven al menos 250 años y tienen una esperanza de vida superior a los 500 años.

La mayoría de las especies muestran variaciones en su metabolismo cuando envejecen. Ciñéndonos al tiburón, se creía que esa larga vida útil se debía al ambiente extremadamente frío y al mínimo movimiento -su velocidad de desplazamiento no supera los 3 km/h-, pero los factores detrás de la extrema longevidad de la especie parecen ser mucho más complejos.

Según Ewan Camplisson, investigador principal de dicho estudio, "queríamos determinar si estos tiburones también muestran el signo tradicional de envejecimiento o si su metabolismo permanece inalterado con el tiempo". ¿Qué hicieron? Para medir el metabolismo realizaron ensayos enzimáticos en muestras de tejido muscular conservadas de la especie. Midieron la actividad metabólica de las enzimas con un espectrofotómetro en una variedad de edades y temperaturas ambientales diferentes.


Lo que encontraron fue sorprendente, sobre todo comparado con cualquier otra especie. Los investigadores cuentan que los resultados no revelaron diferencias significativas en la actividad metabólica muscular entre las diferentes edades, lo que indica que el metabolismo de los tiburones no disminuye con el tiempo. Un hallazgo que sugiere que la actividad metabólica estable podría ser un factor crucial en su longevidad.

"Al demostrar que su metabolismo no parece alterarse con la edad en su músculo rojo, creo que esto demuestra que el tiburón tiene una serie de adaptaciones que juntas conducen a su larga vida útil", comenta Camplisson. "Los resultados también respaldan nuestra hipótesis de que el tiburón no muestra los mismos signos tradicionales de envejecimiento que otros animales".

Además, el trabajo también sugiere otro elemento que puede ayudar a explicar la extraordinaria longevidad de la criatura: las enzimas metabólicas del tiburón eran significativamente más activas a temperaturas más altas. "Esto sugiere que el metabolismo del músculo rojo del tiburón no está especialmente adaptado al entorno polar; de lo contrario, hubiéramos esperado ver menos diferencias en la actividad relacionadas con la temperatura", explica Camplisson.

No podemos obviar otro elemento que resulta fundamental, no sólo en el tiburón de Groenlandia, sino en toda la fauna del planeta. En un clima como el actual, tan cambiante de forma extremadamente rápida, las especies con una larga vida útil y una adaptabilidad limitada corren un mayor riesgo de extinción.

Como resuelven en el estudio, las hembras de tiburón de Groenlandia, que pueden no alcanzar la madurez sexual hasta los 150 años, tienen tiempos de generación prolongados que reducen significativamente su capacidad para adaptarse a los cambios ambientales inducidos por el hombre.

Como posibles soluciones, Camplisson y su equipo sugieren un plan más específico, como controlar la expansión de la pesca en aguas del Ártico. "Con la pérdida de hielo en el Ártico, se están abriendo nuevas regiones pesqueras y éstas deberían ser monitoreadas muy de cerca para determinar las tasas de captura incidental de tiburones de Groenlandia", cuentan.

En el trabajo también indican que este seguimiento también daría una idea de dónde se encuentran las poblaciones en cantidades más significativas y rastrearía si el calentamiento de las aguas está obligando a los tiburones a desplazarse a una región cada vez más pequeña con agua fría.

Por último, el hallazgo de las claves de la longevidad del tiburón también se puede extrapolar a futuras investigaciones sobre los humanos. El trabajo de la actividad cardiovascular y metabólica de estas criaturas puede conducir a vías de investigación relacionadas con la salud humana, aunque "el sistema cardiovascular de un tiburón difiere del de los humanos. Por eso no es fácil hacer comparaciones directas entre ambos sistemas", cuenta Camplisson.

Los investigadores esperan que en el futuro se permita determinar qué adaptaciones de las enzimas metabólicas y del metabolismo les permiten tener una actividad tan consistente con la edad. "Un factor importante a investigar es la disfunción mitocondrial y si estos tiburones muestran algún signo de ello. Al estudiar la especie y su corazón, podremos comprender mejor nuestra propia salud cardiovascular", concluyen.

(Fuente: Xataka)