viernes, 12 de julio de 2024

El Planetario: la historia de un clásico porteño desde su inauguración en 1967

El  Planetario Galileo Galilei se construyó con el objetivo de ser el principal centro de divulgación científico-tecnológica de la Ciudad, permitiendo que el conocimiento  astronómico trascienda el mundo académico y sea accesible a todas las personas.

El  Planetario está ubicado en la intersección de Avenida General Sarmiento y Belisario Roldán, dentro del Parque Tres de Febrero, en el barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Su primera función fue el 13 de junio de 1967, y ha recibido diversas reformas y actualizaciones siendo las más importantes las de 2011 y 2017.

Se construyó con la finalidad de promulgar la divulgación de  la ciencia astronómica a través de espectáculos didácticos para los estudiantes y el público en general. En su explanada de acceso tiene en exhibición tres meteoritos metálicos, que fueron encontrados en territorio argentino. ​ Su cúpula tiene 20 m de diámetro. Sobre ella pueden llegar a reproducirse 8900 estrellas fijas, constelaciones y nebulosas.

Posee 5 pisos que conforman un museo, una biblioteca y una sala de proyección. La cúpula exterior está recubierta por 960 paneles prefabricados individuales y posee iluminación ecológica. Las butacas del auditorio tienen tecnología 4D permitiendo a los espectadores interactuar durante las proyecciones través de controles remotos.

Hasta 2011 se utilizó un proyector planetario Zeiss Mark V de 5 metros de altura y 2,5 toneladas de peso, con unos cien proyectores. Constaba de un armazón cilíndrico con proyectores independientes para la Luna, el Sol y los planetas visibles a simple vista -Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno-, y dos esferas en los extremos que proyectaban las estrellas. Un sistema de proyectores y equipos láser dirigidos a esa cúpula brindaban diversos espectáculos sobre la conformación del universo, con la exhibición de 8.900 estrellas fijas, constelaciones y nebulosas.

El Planetario durante su construcción.

Los espectáculos brindan imágenes en alta resolución que cubren la cúpula en su totalidad y poseen sonido digital 5.1 En 2011 se instaló un proyector MEGASTAR II-A que muestra estrellas de hasta 11° de magnitud (que se traduce en un millón de estrellas más que los planetarios convencionales). Es el primer Planetario del mundo en adoptar lámparas LED.

En el lago adyacente se encuentra la escultura Sorprendida, del italiano Nicolás A. Ferrari y, a pocos metros, un monolito evocativo del sabio polaco Nicolás Copérnico. Desde el parque es posible disfrutar de 50 metros de pantallas LED translúcidas y de un sistema de telegestión para que el  Planetario se ilumine de forma coordinada con otros seis puntos clave de Buenos Aires: el Obelisco, el Monumento de los Españoles, la Pirámide de Mayo, el Puente de la Mujer, la Floralis Genérica y la Torre Monumental.

En este mismo lugar donde hoy se encuentra ubicado el planetario, fue el mismo donde se jugó el primer partido de fútbol en la Argentina, disputado el 20 de junio de 1867. Casi un siglo después, la idea de hacer un planetario municipal fue del Concejal socialista José Luis Pena y del Secretario de Cultura Aldo Cocca en 1958. El arquitecto Enrique Jan fue el artista que ideó y construyó nuestro  Planetario.

En los años 30 comenzó el debate sobre las ventajas que traería la instalación de un planetario en nuestra Ciudad, pero recién en 1958 una comisión fue designada para estudiar la adquisición y futura ubicación del mismo. A partir de entonces las cosas se aceleraron: en diciembre de 1960 se aprobó en el Concejo Deliberante tanto la compra de un planetario alemán como su instalación en un edificio a erigirse en el barrio de Palermo. Según él, este edificio es uno de los pocos en el mundo proyectado y construido a partir del módulo triángulo equilátero.

La primera función se realizó el 13 de junio de 1967. Del primer espectáculo participaron los alumnos del Comercial N º 1 de Banfield y del Colegio de la Santa Unión de los Sagrados Corazones, de la Capital. Cornejo les mostró cómo estaría el cielo sobre Buenos Aires, la Antártida Argentina y el polo sur esa noche, y la forma de orientarse mirando la Cruz del Sur. La apertura definitiva para el público en general se realizó el 5 de abril de 1968.


Esta elección arquitectónica contiene una simbología: es la superficie plana más perfecta que se puede realizar con un mínimo de lados iguales, mostrando la íntima relación entre las partes y el todo, lo que va desde la partícula elemental primera hasta ese desarrollo cósmico en el cual estamos inmersos.

Jan concibió un edificio basado en un triángulo equilátero, la superficie plana más perfecta que se puede realizar. Tan liviana fue la propuesta del arquitecto, tan etérea, que los ingenieros, arquitectos y constructores decentes de nuestro país, pusieron el grito en el cielo. Sin embargo, Jan siguió adelante con su quijotada mientras, con las manos dentro de los bolsillos de la impecable chaqueta, cruzaba los dedos.

Se dice que el arquitecto Jan tenía un ejemplar de la primera edición de Crónicas Marcianas de Ray Bradbury. El propio autor afirmó alguna vez, incluso en la radio, que todos los ejemplares de la primera edición de su libro Crónicas Marcianas de 1946 tienen poderes especiales, protectores. Una cualidad mágica especial: Jan cortó el ejemplar en tres partes y las puso en cada una de las patas que sostienen levemente la estructura del edificio. Algunos sospechan que escondió el libro entero en el espacio de más de un metro que hay entre la cúpula exterior y la interior del edificio.

El nombre del planetario, Galileo Galilei, fue dispuesto en honor del famoso matemático y astrónomo, descrito según la ordenanza municipal como alguien «cuya extraordinaria personalidad trascendió las fronteras de su patria para incorporarse a la pléyade de genios universales que impulsan el progreso de la humanidad».​

En el ingreso, se encuentra un meteorito metálico encontrado en 1965 en la provincia del Chaco y en el primer piso se puede ver una roca lunar traída a la Tierra por la misión Apolo XI y regalada al país por el Presidente norteamericano Richard Nixon. En el año 2011 se hicieron importantes mejoras en el  Planetario Galileo Galilei. Entre otras muchas cosas, se instaló un proyector MEGASTAR II A, muestra estrellas de hasta una 11° magnitud, lo que serían aproximadamente un millón de estrellas más que los planetarios convencionales.


El Planetario actualmente.

Además, proyecta más de 140 cúmulos y nebulosas y la Vía Láctea puede apreciarse con un realismo nunca antes logrado. El proyector es el primero en el mundo en adoptar lámparas LED, reemplazando las lámparas anteriores de un consumo de electricidad mucho mayor. Los espectáculos ahora tienen imágenes de alta resolución y cuentan con DigitalSky II, que es un sistema de video full-dome de avanzada que cubre la cúpula completa y puedes apreciar este gran espectáculo visual todas las noches.

En 1997 Ray Bradbury vino de visita a nuestro país. Realizó una presentación en el  Planetario y luego se sirvió una cena en su honor. Se cuenta que, hacia el final de la cena, don Ray se escabulló hacia la cámara entre las dos cúpulas. Buscando y escudriñando entre la humedad y la penumbra algún indicio, quizás el lomo marrón y ajado de alguna primera edición de sus Crónicas Marcianas.

Durante el 2017, con motivo de su 50º aniversario, el edificio -declarado Patrimonio Histórico y Cultural de la Ciudad-, fue restaurado y puesto en valor respetando su fisonomía y estética originales. Celebrando la fecha, compartimos con la ciudadanía la elección del diseño para el nuevo logo. Y además, alrededor de cincuenta vecinos y vecinas ganaron su lugar para recorrer el renovado  Planetario, antes que estuviera a disposición del público en general.

Se restauraron las «patas» del edificio y se reconfiguró completamente el tendido eléctrico de las diferentes plantas.​ Hubo una restauración del anillo exterior,​ incluyendo la instalación de paneles LED para brindar información al exterior.​, reacondicionado de la sala principal para la proyección de contenido 8K.​

Se cambiaron las butacas por unas más modernas. y se agregaron seis butacas 4D y se sumó tecnología para interactividad en el acceso,​ incluyendo un robot llamado Galibot.​ Simuladores para cuatro personas que permiten ver un recorrido desde el Big Bang hasta la actualidad.​ Se instaló un nuevo museo interactivo digital.​ Restauración de la cúpula exterior e instalación de 350 luces.​


El Planetario Galileo Galilei luego de su renovación.

Un año más tarde, en el marco del eclipse solar del 2 de julio, nuevamente pudimos visitar el edificio y su Plaza  Astronómica, conocer su historia y algunos conceptos  astronómicos, además de saludar a Galibot -el robot anfitrión-, recorrer la biblioteca científica y conocer las Experiencias Kinect y los juegos de realidad aumentada y realidad virtual.

Durante La Noche de los Casamientos, fue uno de los lugares emblemáticos en el que novios y novias celebraron sus nupcias. Una noche eterna y estrellada con luna llena proyectada sobre la cúpula que iluminó el amor de 12 parejas con sus 60 invitados cada una. Con 57 años de vida, el  Planetario ha cumplido con creces su misión divulgadora, logrando que miles de visitantes conozcan un poco más sobre el universo en el que estamos situados, despertando vocación en chicos y chicas que sienten afición por la  astronomía.

Las funciones para ciegos se iniciaron en junio de 2001 y son inéditas en América Latina. Se calcula que hasta 2011 más de 2500 no videntes han disfrutado de esta experiencia. Con la colaboración de la Biblioteca Argentina para Ciegos (BAC), se combinan mapas celestes táctiles, gráficos en relieve, un relato grabado, música y efectos sonoros. Ambos tipos de funciones son libres y gratuitas.

(Fuente: Colegiales noticias)