lunes, 8 de julio de 2024

Monopoly, el juego ícono del capitalismo que se creó para todo lo contrario: denunciarlo y combatirlo

La autora de la idea original lo diseñó para dar a conocer los postulados del georgismo, que sostienía que cada uno posee lo que crea, pero que todo lo que se encuentra en la naturaleza -como más importante el suelo o la tierra- pertenece igualmente a toda la humanidad.


A la activista de izquierda Elizabeth J. Magie el destino le jugó una mala pasada. En un alarde de imaginación y pedagogía, en 1904 ideó un juego de mesa al que llamó The Landlord´s Game, para señalar los males del capitalismo y dar a conocer los postulados de la filosofía económica de Henry George, que abogaba por la propiedad colectiva de la tierra.

Con el tiempo, sin embargo, su obra acabó convirtiéndose en todo lo contrario: un símbolo universal del capitalismo. Tanto es así, que a día de hoy el logo del juego es probablemente, junto al símbolo del dólar estadounidense, la imagen más icónica de cuanto representa el mercado. Su nombre también había cambiado, pasó a llamarse Monopoly.

Su nombre tal vez no nos suene, pero Elizabeth J. Magie es el cerebro y el alma que están detrás de uno de los juegos de mesa más populares de la historia, sólo que ella no lo llamó así. Y el propósito original con el que lo ideó, hace ya más de un siglo, ha acabado alterándose por completo. Tanto, que no es descabellado pensar que se escandalizaría con su enfoque actual.

Magie era una mujer de Illinois, inconformista y apasionada por las artes y la economía, que a comienzos del siglo XX decidió crear una obra para señalar los males del capitalismo y poner en valor la filosofía económica que ella abrazaba, el georgismo. Solo que a diferencia de otros autores, Magie no optó por escribir un ensayo o una obra de teatro. Lo que hizo fue idear un juego de mesa, que en enero de 1904 registró con la patente 748.626.


Un circuito, dos modos

The Landlord´s Game' supuso todo un alarde de talento didáctico para dar a conocer el georgismo. La economista Kate Raworth recuerda que Magie diseñó un circuito repleto de calles y monumentos a la venta, precios de compra, servicios y cartas que se tomaban al azar. La clave de su obra eran sin embargo sus dos reglamentos, muy distintos entre sí, y muy elocuentes.

El primero era el de la "Prosperidad", una dinámica de juego comunitaria: cuando un participante se hacía con una propiedad, todos los jugadores ganaban algo. La partida terminaba cuando el peor posicionado al principio duplicaba su "fortuna".

El segundo reglamento era competitivo y su nombre no podía ser más intencionado: "Monopolista". Con él, cada uno de los jugadores avanzaba a costa de comprar propiedades y cobrar rentas para arruinar a sus contrincantes.

Demostración práctica

Las conclusiones del juego dejaban poco margen para interpretaciones, pero por si acaso Magie se encargó de expresarlas de forma clara, negro sobre blanco. Su obra era una "demostración práctica del sistema de acaparamiento de tierras, así como sus resultados y consecuencias", razonaba.

El foco lo tenía puesto sobre todo en los más pequeños. "Dejemos que los niños vean claramente la enorme injusticia de nuestro actual sistema agrario y, cuando crezcan, si se les permite desarrollarse de forma natural, el mal se remediará", explicaba Magie en el manual de instrucciones que acompañaban al juego.

Y se creó el Monopoly

Magie lanzó el juego por su propia cuenta en 1906 y al cabo de tres años probó suerte con un fabricante, pero sin demasiado éxito. La compañía lo rechazó porque consideraba que sus reglas eran muy complicadas. El siguiente episodio crucial en la historia del juego llegó décadas después, en los años 30, cuando Charles Darrow conoció por casualidad la creación de Magie.

A Darrows la idea le pareció tan atractiva que le llevó el juego a la empresa Parker Brothers, y no mucho después se lanzaba el Monopoly. La compañía acabó comprando la patente de Magie, pero con los años el enfoque ideológico que había inspirado a su autora quedó totalmente alterado: se promocionó la dinámica de juego en la que ganaba el participante que lograba arrastrar a sus contrincantes a la bancarrota y la idea de un impuesto único sobre la tierra y los postulados georgistas se esfumaron.

El resto es historia de los juegos de mesa… y del capitalismo: el famoso "Rich Uncle" (el hombre canoso, con bigotes, bastón y sombrero de copa que ilustra el juego), ha logrado vender cientos de millones de copias y su imagen se convirtió en un icono del sistema económico cuyas vergüenzas quería evidenciar Elizabeth Magie.

(Fuente: Xataka)