sábado, 8 de junio de 2024

Pagar con la palma de la mano: cómo es el mecanismo para abonar sin billetes, ni tarjetas, ni celular

Ya se hacen pruebas en supermercados de Uruguay y se analizará su llegada a la Argentina. El registro biométrico de la mano queda vinculado a una tarjeta de débito o crédito y se utiliza para cancelar la compra, sin ningún otro dispositivo.


El usuario registra su mano junto con los datos de una tarjeta de crédito o débito para poder utilizar el sistema.

Cuando se repite hasta el cansancio que el celular es irreemplazable para todo, la tecnología da un paso más y lo deja de lado. Ya es posible pagar en el supermercado acercando la palma de la mano a un lector sin la utilización de ningún otro dispositivo: sin teléfonos para acercar o escanear algún código QR o de barras, ni tarjetas virtuales ni de plástico ni tampoco, por supuesto, utilizando dinero en efectivo.

Dentro de la multiplicidad de formas de identificación biométrica, el patrón de las venas de la palma de la mano ofrece una altísima precisión. Al vincular esa información con una tarjeta de crédito o débito, se habilita la posibilidad de pagar simplemente arrimando la mano a un sensor similar a una terminal POS, reduciendo los tiempos a la hora de pagar con todos los estándares de seguridad necesarios.

Para el usuario, el trámite es simple: una única vez debe registrar su mano, apoyándola en un escáner ubicado en la tienda. Luego debe cargar los datos de la tarjeta que desee vincular para hacer sus pagos. Con ese breve trámite cumplido, en el futuro cada vez que se acerque a la línea de cajas podrá pagar acercando su palma a un sensor de la terminal de pagos, sin contacto.

Por el momento se trata de un proyecto piloto que lanzó Mastercard en Uruguay, concretamente en la cadena de supermercados Red Expres del Grupo Tienda Inglesa, como parte de su "Programa de Pago Biométrico", orientado a agilizar el operativo del pago y reducir los tiempos de espera en la caja para mejorar la experiencia del cliente, sin billeteras de ninguna clase, ni físicas ni virtuales. Su tecnología apunta además a reducir riesgos de fraude o robo de identidad.

"Estamos entusiasmados de expandir nuestro Programa de Pago Biométrico aún más en América Latina con el lanzamiento de nuestro programa piloto en Red Expres", dijo Federico Cofman, cluster leader para Argentina, Uruguay y Paraguay de Mastercard. "Los consumidores están buscando más opciones en la forma de pagar, y gracias a nuestra innovación colaborativa, podemos ofrecer experiencias de pago más fluidas y seguras", explicó.

Se trata de la primera prueba de pago mediante la lectura de la palma que se realiza en América Latina. En la región hay un antecedente en Brasil con otro método biométrico: bajo el lema "pagá con una sonrisa", se implementó una prueba de pago mediante reconocimiento facial en supermercados de San Pablo. Hay otros planes de aplicación de biometría en la región Asia-Pacífico y en otros lugares del mundo.

Consultados sobre si el pago con la palma puede llegar a implementarse en la Argentina, en Mastercard explicaron que están haciendo esta prueba "en un entorno comercial controlado" como el de la cadena uruguaya y que el foco de la compañía está puesto en "analizar la facilidad de uso, el rendimiento y utilizar las opiniones de los consumidores para mejorar la solución y la experiencia del usuario si fuese necesario, por lo que es muy pronto para hablar de futuros lanzamientos en otros mercados".

El plan de desarrollo de pagos con biometría que Mastercard comenzó a experimentar en Uruguay contó con socios tecnológicos como Ingenico, Fulcrum Biometrics, Fujitsu Frontech y Scanntech, que unieron esfuerzos para poner en marcha esta solución que, afirman, junto con la simpleza ofrece seguridad. "Debido a su alto nivel de precisión en la identificación de personas, la tecnología de las venas de la palma de la mano ayuda a los comercios a reducir el robo de identidad y el fraude con tarjetas de pago, que causan importantes pérdidas", dijo Verónica Bustamante, directora general de Scanntech.

(Fuente: Infobae)