miércoles, 22 de octubre de 2025

Ni son tierras ni son raras: ¿qué es el "tesoro moderno" que tiene Argentina y necesita el llamado primer mundo?

En la República Argentina, la exploración y producción de las llamadas "tierras raras" es relativamente nueva. Se han identificado yacimientos en varias provincias, incluyendo Buenos Aires, Chubut, Córdoba, La Pampa, Mendoza, Salta y Santa Cruz.

(Foto: Picture Alliance).

Las llamadas "tierras raras" son un grupo de elementos químicos con propiedades especiales que las hacen esenciales en la fabricación de una amplia gama de productos tecnológicos, como imanes de alta resistencia, baterías recargables, pantallas de televisores, catalizadores para refinerías y productos farmacéuticos. La dependencia de estas tecnologías ha aumentado en los últimos años, y se espera que siga creciendo en el futuro.

Los usos no tan nobles

Pero hay un motivo menos "sancto" y más prosaico por el que han cobrado tanta importancia social hoy en día. Las tierras raras también son unos materiales básicos para el desarrollo de la industria armamentística. Satélites más eficientes, mejores sistemas de comunicación, nuevos dispositivos de posicionamiento y vigilancia nocturna, vehículos militares autopropulsados y con dispositivos de blindaje mejorados, armamento con mayor capacidad destructiva, que pueden recorrer distancias más largas y con más autonomía, y un largo etcétera. Quizás este uso de las tierras raras explica más cosas de las que suceden en el mundo actual que la búsqueda de un futuro más sostenible.

¿Son tan raras?

A pesar de su nombre, las tierras raras no son especialmente raras en la corteza terrestre, pero son difíciles de encontrar en concentraciones lo suficientemente altas como para ser económicamente viables de extraer. La mayoría de las reservas de tierras raras se encuentran en China, lo que ha llevado a una preocupación por la seguridad de suministro y a una creciente necesidad de diversificación de fuentes.

Tabla periódica de los elementos químicos, donde se marcan las tierras raras (Foto: Federación Empresarial de la Industria Química Española).

Los principales minerales de tierras raras incluyen:

Bastnasita: este mineral es uno de los más comunes de las tierras raras y contiene cerio, lantano y neodimio. Se encuentra principalmente en los Estados Unidos y China.
Monacita: es un mineral que contiene torio y uranio. Se encuentra en todo el mundo, incluyendo Brasil, India y Australia.
Xenotima: es un mineral que contiene itrio, europio y terbio. Se encuentra en todo el mundo, incluyendo Brasil, China y Malasia.
Loparita: es un mineral que contiene titanio, niobio, cerio, neodimio y praseodimio. Se encuentra principalmente en Rusia y otros países de la antigua Unión Soviética.
Allanita: es un mineral complejo que contiene una amplia gama de elementos de tierras raras, incluyendo cerio, lantano, neodimio y ytrio. Se encuentra en todo el mundo, incluyendo Brasil, Canadá y Noruega.

Estos elementos no aparecen en nuestro planeta en forma nativa, como lo pueden hacer el cobre o el oro, sino que siempre aparecen formando compuestos en la estructura química de ciertos minerales en concentraciones muy bajas, concretamente de partes por millón. Para hacernos una idea, las concentraciones en porcentaje corresponden a 1/100 partes, mientras que las concentraciones en partes por millón equivalen a 1/1.000.000 del total.

(Foto: Shutterstock).

Aparecen en contextos geológicos muy concretos. Principalmente, se trata de zonas en las que afloran rocas ígneas, principalmente volcánicas, que se han producido por el ascenso de magmas muy profundos que se han ido enriqueciendo en estos elementos químicos mientras iban ascendiendo por el manto y la corteza terrestre. También aparecen en lugares que han sufrido metamorfismos particulares en los que han estado relacionados fluidos hidrotermales que han atravesado rocas ricas en tierras raras y, en su circulación hacia la superficie, han ido precipitándolas a su paso en diferentes venas minerales.

Y hay un tercer contexto un poco más especial aún: los medios sedimentarios formados por la erosión y el depósito de fragmentos de estas rocas ígneas y metamórficas con minerales que incluyen tierras raras en su composición.

Argentina cuenta con una importante infraestructura científica y tecnológica, con varias universidades y centros de investigación trabajando en la investigación y el desarrollo de tecnologías relacionadas con las tierras raras. Por ejemplo, la Universidad Nacional de San Martín, la Universidad Nacional de Córdoba y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) están realizando investigaciones sobre la producción y el uso de tierras raras en diferentes aplicaciones. La necesidad de Argentina pasa por captar inversiones y desarrollar políticas públicas para enfocar el potencial del país en este ámbito. Una de las barreras para la explotación de estos recursos es la falta de conocimiento técnico y la necesidad de desarrollar tecnologías adecuadas para su extracción y procesamiento.

La guerra comercial entre China y Estados Unidos que empezó hace unos años ha puesto de relieve la importancia de las tierras raras y ha abierto una oportunidad para que los países de Latinoamérica desarrollen su industria y diversifiquen el suministro global. Pero a la vez es un tema geopolítico: se presta para que las potencias mundiales se aprovechen de países como el nuestro, con enormes problemas económicos y gobiernos permeables a la intromisión extranjera.

Películas post-apocalípticas, como las de la conocidísima saga Mad Max, nos contaban que las guerras del futuro se producirían por el agua y el combustible. Parece que se olvidaron de un tercer origen: la búsqueda de minerales críticos. Es preferible pensar que esas cosas no van a suceder y que, lo único que tenemos seguro hoy en día, es que la Geología nos permitirá buscar y explotar de manera segura y sostenible los recursos naturales que necesita la humanidad para seguir evolucionando, socialmente hablando.

(Fuente: conclusion.com.ar / culturacientifica.com / varios / redacción propia)