El volumen reúne más de 100 relatos y otros materiales de quienes nacieron o se criaron en otro país a causa de la última dictadura cívico-militar en Argentina.
(Foto: composición propia).
La agrupación Hijas e Hijos del Exilio es un espacio que se fundó en 2006 y está integrado por quienes nacieron o se criaron en otros países a causa del terrorismo de Estado. El lunes 8 de septiembre a las 18.30, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, se presentará el libro “Sapos de otro pozo. Cartografía colectiva de las infancias en el exilio”.
El texto reúne más de 100 relatos, testimonios, cartas, fotos y producciones artísticas de personas de todo el mundo que atravesaron el exilio durante su niñez en las décadas de 1970 y 1980. Se trata del primer material editado por los propios protagonistas junto a la editorial FiloSurfer. Aunque pasaron más de 40 años del fin de la última dictadura en Argentina, las marcas todavía perduran. En este sentido, el libro suma otra perspectiva para continuar con la reflexión y tomar dimensión de aspectos que quizás no están tan trabajados en el abordaje de ese período.
“Esta convocatoria visibilizó las voces de quienes atravesamos la infancia en el exilio. La obra recorre la experiencia de personas que estuvieron distribuidas en 27 países, y aborda cuestiones no solo desde una mirada dramática, sino que también tiene narraciones que son más simpáticas. El libro realmente es hermoso y buscamos que llegue a la mayor cantidad de gente, para que lo pueda leer y discutir”, cuenta Diego Torres, integrante de Hijas e Hijos del Exilio.
El libro tiene más de 300 páginas y alberga a personas que narraron su experiencia desde formatos tradicionales hasta obras de teatro, obras plásticas y videos. Por eso, el material tiene diferentes códigos QR para que los lectores puedan acceder a esos materiales que se salen del papel. La preventa por la página web ya se agotó y en unos días podrá conseguirse en las principales librerías del país.
Para la agrupación, la presentación del libro no es la culminación del proyecto que comenzó en 2020, sino que se trata de un nuevo punto de partida. “La idea es continuar con presentaciones en todas las provincias de Argentina, y el dinero que vamos recaudando es para sustentar este proyecto. El objetivo es un poco ambicioso, pero queremos seguir contando esta parte de la historia que se suma al recorrido de memoria, verdad y justicia”, relata Torres, quien es especialista en informática y docente de la Universidad Nacional de Quilmes, así como de la Universidad Nacional de La Plata.
Parte de los autores de "Sapos de otro pozo" en la Feria de Editores (Foto: Pamela Durán / ANCCOM).
Marcas indelebles
Torres nació en 1980 en un pueblo pequeño ubicado al sur de Italia y volvió a Argentina cuatro años más tarde. Aunque estuvo relativamente poco tiempo, las huellas todavía persisten. Desde el idioma en el jardín de infantes hasta el documento nacional de identidad, el exilio y sus consecuencias están presentes de forma constante.
“Lamentablemente, el exilio deja muchas marcas. En el caso de la identidad, aunque parece algo tonto, es sumamente importante definir quién sos, de dónde sos y por qué sos así. Crecimos en un contexto desfavorable porque nos obligaron a irnos del país para sobrevivir y sufrimos el avasallamiento de nuestros derechos. Además, la vuelta fue muy dura porque había familias en las que no se hablaba del tema y ser exiliado era un estigma a la hora de conseguir trabajo o encajar en la escuela”, explica.
Aunque la agrupación se creó en 2006, Torres se sumó antes de la pandemia gracias a una casualidad. “Nosotros nos detectamos, nos reconocemos. En mi caso, estaba llenando una planilla con el número de DNI y otros datos para un proyecto de extensión en la Universidad Nacional de La Plata. Cuando la persona recibió la planilla y miró mis datos, me dijo ‘vos naciste en el exilio’”, recuerda.
A partir de ahí, pasó un año hasta que se sumó de manera formal a la agrupación. “Me hizo muy bien porque me encontré con pares, con gente que entiende qué me pasaba de chiquito. Estamos juntos y armando una construcción ideológica cultural que la dictadura intentó desarmar”, resalta.
(Fuente: Agencia de Noticias Científicas / UNQ / varios / redacción propia)