lunes, 1 de septiembre de 2025

Según un estudio, la terapia encabeza el top 10 de los principales usos que se les da a los chatbots

Usar Chat GPT u otros motores de inteligencia artificial como si fuesen psicólogos o como apoyo emocional es una práctica cada vez más frecuente.

(Foto: maldita.es).

La terapia ocupa el primer lugar en el top 10 de los principales usos que se le da a los chatbots, según un estudio de la revista Harvard Business Review, desplazando a otras búsquedas específicas. A su vez, un estudio de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, afirma que la predisposición de la inteligencia artificial a complacer al usuario puede propagar la desinformación y vulnerar la autonomía de la persona.

“Con estos bots sucede lo mismo que con redes sociales como Tik Tok: vamos en busca de respuestas cerradas. Así como hay un tip de limpieza para las zapatillas mucho mejor que el de los últimos 15 años, pareciera ser que eso se amplía a todos los aspectos y hay un tip para que enfermarse o para que se vaya la angustia. Buscamos respuestas cerradas y recetas mágicas para todo el universo”, reflexiona Malena Sartoretto, psicóloga especialista en infancias y ciudadanía digital.

Según detalla, justo ahí radica la diferencia con el trabajo del psicólogo. Los profesionales de la salud mental tratan directamente con la singularidad del paciente y éste, en cada sesión y charla, puede escucharse a sí mismo y reflexionar. Por su parte, los psicólogos acompañan este proceso al sentarse, escuchar y meditar junto con la persona.

“Con la IA parece que estamos teniendo una conversación artificialmente construida, pero en realidad nos da respuestas que no nos permiten repensar. Deberíamos tomarlo más como un Encarta o una Wikipedia, no como un par”, manifiesta Sartoretto.

La terapia ocupa el primer lugar en el top 10 de los principales usos que se le da a los chatbots (Foto: Harvard Business Review).

En este marco, de manera reciente, OpenAI, creadora de Chat GPT y MIT Media Lab realizaron dos estudios en conjunto y detectaron que así como las charlas con las IAs pueden ayudar a las personas a aliviar la soledad, también puede aumentar la dependencia emocional y el aislamiento social. Las investigaciones demostraron que los participantes que confiaban más en esta IA y dialogaban con frecuencia con ella eran más propensos que otros a sentirse solos y tener más dependencia.

A su vez, quienes interactúan con la IA en un tiempo breve sintieron un mayor bienestar. En su momento, OpenAI advirtió: “ChatGPT no está diseñado para reemplazar ni imitar las relaciones humanas, pero las personas pueden optar por usarlo de esa manera debido a su estilo conversacional y sus amplias capacidades”.

Con respecto a la relación entre el profesional de la salud mental y la IA, Sartoretto opina: “Es un robot y jamás nos va a decir que no sabe, a diferencia de los psicólogos que partimos desde el no saber: no conocemos la historia del paciente en principio. Uno tiene que habitar ese ‘no saber’ y me parece que estamos en un momento como sociedad en el que nos angustia la falta de respuestas. Nosotros lo podemos usar como herramienta para corregir errores ortográficos o para diagramar una sesión para un sujeto que no conocemos, pero luego, como todos, tenemos que ir con cuidado y entender que a veces no hay respuesta para todo”.

Recetas mágicas

Si bien la IA puede retomar conversaciones pasadas, no tiene en cuenta el contexto en el cual la persona se encuentra ni la capacidad para ahondar en temas profundos, como su pasado. Algo similar parece ocurrir con los coaches de salud y bienestar o "health coaches" que, a través de reels de uno a tres minutos, ofrecen "tips" para superar momentos de angustia en un mundo que quiere todo de manera inmediata.

“El problema es que el bienestar se convierte en una venta mercantil y así te dan ‘diez cosas para estar mejor’. De esta manera, una vez más, corremos el foco del tratamiento singular del malestar y volvemos a la lógica de la receta mágica, universal y generalizable. No importa si estamos hablando de niñeces, adolescencias o adultos, hay un malestar generalizado y también hay una respuesta generalizada para paliar eso”, sentencia Sartoretto y agrega: “Me parece que hay que volver a la lógica singular y humana, a la detención, a la escucha y a volver a sembrar la pregunta en tiempos de respuestas para todo y todos”.

(Fuente: Agencia de Noticias Científicas / UNQ)