jueves, 25 de septiembre de 2025

Alumnas de la escuela ORT crearon una aplicación de juegos adaptada para niños neurodivergentes

La plataforma "Neurolearning" está pensada para niños y niñas de entre cinco y nueve años, e incluye entretenimientos que estimulan el aprendizaje.

La plataforma Neurolearning puede ser jugada desde una computadora o con una botonera (Foto: Pedro Lázaro Fernández).

Cuatro estudiantes de cuarto año de la Escuela ORT crearon "Neurolearning", una plataforma de juegos pensada para niños y niñas neurodivergentes de entre 5 y 9 años. Con el asesoramiento de padres de chicos con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), las alumnas adaptaron juegos tradicionales (como el memotest, el crucigrama o el ta-te-tí) que permiten estimular el aprendizaje de las infancias.

Así, hicieron hincapié en cuestiones como la tipografía que debía ser negra y grande para que resulte clara de leer, y en el uso de una botonera para aquellos que lo necesiten. El fin es que, durante el aprendizaje, no se sientan presionados y puedan reforzar habilidades mientras se entretienen.

"Asistimos a unas jornadas que se llaman ‘Empatizando’ donde distintas organizaciones traen problemáticas y los alumnos debemos generar soluciones o ayudas. Elegimos tratar la neurodivergencia y lo hicimos con ayuda de la agrupación TGD Padres CABA, que nos asesoraron sobre qué formato usar, qué colores, qué juegos y qué letras podían ayudar a estimular a los chicos", explican las alumnas creadoras. Ellas son Mayte Calvert De Bohun, Julieta Weber, Micaela Bodner e Isabella Pesoba.

De izq. a der.: Isabella Pesoba, Micaela Bodner, Julieta Weber y Mayte Calvert De Bohun, creadoras de Neurolearning (Foto: Pedro Lázaro Fernández).

"Queríamos hacer algo que trascienda el colegio y que pueda ayudar a la sociedad. Ahora, queda que el juego sea testeado por los niños neurodivergentes para ver su eficacia", relatan las estudiantes.

Se considera neurodivergente a toda persona cuyo funcionamiento cerebral es diferente de lo que se considera "neurotípico", es decir, de la norma socialmente establecida. Bajo este paraguas, por ejemplo, están las personas con autismo, dislexia, trastorno por déficit de atención hiperactiva, dispraxia, Síndrome de Tourette o discalculia. En el país, no existe información ni estadísticas oficiales acerca de la cantidad de personas neurodivergentes que hay.

Por ejemplo, en el caso del autismo, la Fundación Neurodiversidad, una ONG rosarina, afirma: "Los números que hoy se manejan son una extrapolación de la prevalencia global (alrededor del 1 al 2 por ciento de la población), lo que significa que en realidad no sabemos con exactitud cuántas personas autistas viven en Argentina", definen. Según calculan junto con la Asociación Argentina de Pediatría, en el país hay 500.000 personas con autismo, casi el 46% reside en el Área Metropolitana de Buenos Aires y el 85% es menor de 14 años. A nivel global, la Organización Mundial de la Salud considera que uno de cada cien niños tiene autismo.

Cerebros que funcionan distinto

Los términos "neurodivergente" y "neurotípico" son, a su vez, subconceptos dentro de la "neurodiversidad". Este fue acuñado por la socióloga australiana Judy Singer en la década de los noventa y su objetivo era reconocer que existen distintas formas de funcionamiento neurológico entre los seres humanos. En esta línea, el juego creado por las alumnas de la ORT contempla ese reconocimiento y aceptación de las diferentes maneras en las que un cerebro puede funcionar.

Según relató en ocasiones Singer, la palabra "neurodiversidad" decanta de otros términos: "neurociencia" y "biodiversidad". En los años 90, la socióloga y también activista detectó que había comunidades en línea de personas autistas que relataban sus experiencias comunes y sus formas de pensar diferentes, y buscó ponerle un nombre a ese movimiento.

Judy Singer acuñó el término “neurodiversidad” (Foto: Anna Gordon / The Guardian).

En una entrevista al diario británico The Guardian, Singer afirmó que sabía lo que hacía al acuñar este término: "’Neuro’ era una referencia al auge de la neurociencia. ‘Diversidad’ es un término político; se originó con el movimiento por los derechos civiles de los negros estadounidenses. ‘Biodiversidad’ también es, en realidad, un término político. Como palabra, ‘neurodiversidad’ describe a toda la humanidad. Pero el movimiento de la neurodiversidad es un movimiento político para quienes reclaman sus derechos humanos".

De esta manera, al igual que hizo Singer, el juego de las alumnas avanza en el camino de la inclusión y aceptación de los distintos funcionamientos que tiene el cerebro.

(Fuente: Agencia de Noticias Científicas / UNQ / Xataka Argentina / redacción propia)