lunes, 21 de octubre de 2024

"Museo del Beso", un libro que es una recorrida original y va de lo clásico a lo inesperado

El libro de Matías Moscardi y Andrés Gallina narra desde los grandes besos del cine a los besos pintados o esculpidos. También aborda los besos cósmicos y los que trascendieron en la cultura popular.

"El beso de Times Square", la fotografía que Alfred Eisenstaedt tomó en 1945 y fue portada de la revista Life, uno de los tantos besos que rescata el Museo del Beso (Foto: Wikimedia).

Besos famosos, históricos, futuristas, oscuros, militantes, pintados, fotografiados, filmados, escritos, exhibidos y ocultos, todos están en "Museo del Beso", un recorrido por besos icónicos en el arte, la historia, la literatura, el cine, la cultura popular. Con pequeños ensayos, relatos y reflexiones, Andrés Gallina y Matías Moscardi trazan un recorrido original que va de lo clásico a lo inesperado.

Este museo está hecho de palabras. Es un espacio destinado a albergar y exhibir besos de todas las épocas, y a promover una breve historia (escurridiza) del arte del beso.


Los besos se practicaban en las primeras sociedades de la Mesopotamia, hacia el sur de Asia, 2.500 años a.C. De ahí proviene el primer registro arqueológico, grabado en una tabla de arcilla, en la que se ven dos personas trenzadas en un abrazo.

En julio de 2009, el Telescopio Espacial Hubble capturó una imagen de la llamada Nebulosa de la Mariposa, a 3.800 años luz de distancia, en la Constelación de Escorpio: dos rostros de luz dándose un piquito cósmico. Es el primer beso hecho de polvo de estrellas, como se ve en la imagen que sigue.


El de Francesco Hayez es el beso más caliente del arte pictórico, el de Gustav Klimt, el más reproducido. El beso más largo de la historia se lo dio una pareja tailandesa: duró 58 horas, 35 minutos y 58 segundos, y el del líder soviético Leonid Brezhnev y el alemán Erich Honecker posiblemente haya sido el más frío (ver foto debajo).


Diego Maradona y Claudio Paul Caniggia inauguraron en un Boca-River la era de los besos en el fútbol (ver siguiente fotografía). Michael Corleone besó a su hermano Fredo antes de matarlo. En el Kama Sutra hay una lista de veintidós formas de besar.


Cómo es el recorrido por el Museo del Beso

Comienza con especulaciones sobre el primer beso -humano, cinematográfico, animal, olímpico- y un archivo en construcción de testimonios de "besadores anónimos".

La segunda sala es un viaje a la otra punta del tiempo: besar en el siglo XXII. Lo que vislumbran el cine, las máquinas para besar y la inteligencia artificial sobre el futuro del beso. ¿Será más fácil imaginar el fin del capitalismo y el fin del mundo que el fin de los besos?

En la sala "Materiales del Beso" el recorrido es inmersivo: besos construidos con mármol, con oro, con óleo, con barro, que, finalmente, se desvanecen en el aire.

En la sala "Darkiss", se explora el lado oscuro de los besos, su relación con la muerte. Besos desromantizados, mafiosos, vampíricos, asfixiantes y besos que transforman a los amantes en bultos informes.

En la última sala, "Militancias del Beso", nos espera el beso como práctica colectiva (el besazo), la "bandera política" de los besos, que le hacen trampa a las leyes represoras, que se infiltran en el sistema captor, que deconstruyen imaginarios, que arman revueltas y llenan las plazas. Y una última cápsula del Museo: el beso de despedida.

Matías Moscardi y Andrés gallina, autores de "Museo del Beso" (Foto: prensa Reservoir Books).

Este libro se puede recorrer siguiendo más o menos el orden propuesto por el edificio y sus autores o, mejor, se puede ir saltando, de beso en beso.

(Fuente: Noticias Argentinas)