viernes, 18 de octubre de 2024

Características de los libros incunables

La palabra incunable proviene del latín incunabula que significa cuna y representa el principio, el origen.

Incunables

Se llama incunables a los libros impresos durante el siglo XV, desde aquellos primeros salidos de la imprenta de Gutenberg (1450-54) hasta los libros impresos antes del día 1 de enero de 1501.

Copia de una Biblia de Gutenberg en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. commons.wikimedia.org

Características de los incunables

Los incunables presentan características que suelen ser comunes a la gran mayoría de ejemplares, lo cual permite su identificación:

El material: El papel más comúnmente empleado fue el de trapo, siendo grueso, irregular y de color grisáceo o amarillento en las primeras ediciones.

lncipit: El íncipit es una palabra latina que viene de la raíz incipere: empezar y que indica el principio de un escrito antiguo, señalando “aquí comienza”.

Explicit: El éxplicit, proveniente del latín, señala cuál es el final o las últimas palabras del impreso.

La portada: Los primeros libros impresos carecían de portada y el texto solía comenzar desde la primera página a continuación del íncipit. En otras ocasiones lo que figuraba al comienzo del libro era una tabla de capítulos o una dedicatoria.

Letras capitales: Los incunables se caracterizan por tener algunos espacios en blanco destinados a las letras capitales que posteriormente eran iluminadas a mano por los miniaturistas.

Foliación: Los primeros impresos, carecían de foliación o paginación.

Sustitución de letras: Con frecuencia una letra era reemplazada por otra. Por ejemplo, la letra e se empleaba para sustituir los diptongos latinos ae, oe, y la letra c era reemplazada por la letra t.

Signos de puntuación: En muchos casos los signos de puntuación no se usaron o se emplearon sólo parcialmente. Los signos de puntuación antiguos eran muy distintos de los que conocemos en la actualidad. El punto tenía forma cuadrada o de rombo, y la coma era un trazo oblicuo. Aunque no es propiamente un signo de puntuación, el calderón se empleaba para separar los párrafos.

Caracteres góticos: La impresión de los textos se limitó casi exclusivamente a los caracteres góticos.

Abreviaturas: Los primeros impresores buscaron que los libros impresos guardaran la mayor semejanza posible con los manuscritos, y es por esa razón que los incunables se caracterizaron por exhibir un uso excesivo de abreviaturas.

Márgenes: La amplitud de las márgenes permitía la escritura de apostillas o notas al margen.

Columnas: Por lo general, en los primeros impresos la modalidad típica fue a dos columnas, cuyo número de líneas variaba según el tamaño del libro.

Registro: El registro o registrum, ubicado al final del último folio o página, consistía en una lista de las primeras letras o palabras de cada uno de los cuadernillos que integraban la obra.

Colofón: El colofón indicaba el nombre del autor, título del libro, lugar de elaboración, nombre del impresor, fecha de edición y, en algunas ocasiones, una frase de acción de gracias a Dios.

Marca del impresor: Las marcas (letras, signos o símbolos) que identificaban al impresor se colocaban al final de los libros y podían variar en tamaño, color y diseño.

Tamaño: Los primeros incunables eran de gran formato. La medida dependía de la forma de plegar el papel, que se reducía tantas veces como fuera necesario para llegar al tamaño deseado, hasta obtener cuatro hojas u ocho páginas.

Encuadernación: El material empleado al principio fue el pergamino. En otros casos se usó madera forrada en piel, así como papel reciclado o cartoné, encuadernado con tapas de cartón forradas en pergamino o piel. Algunas veces, al incunable se le adornaba con encierres frontales de diversos materiales como metal, pergamino, cuero, etc. para evitar la deformación del libro.

 (Fuente: bibliopos.es)