jueves, 22 de agosto de 2024

Mapas antiguos: nuestra concepción del mundo ha cambiado radicalmente durante la historia

Los mapas han sido una pieza importante en la historia de la humanidad, durante siglos. Se dice que los primeros fueron creados sobre el 16.500 a.C, aunque los más antiguos conocidos tienen su origen en tablillas de arcilla babilónicas de hace 3.000 años. Las primeras civilizaciones querían ilustrar cómo encajaban sus realidades en la complejidad del planeta. Una forma de tener el mundo, literalmente, en la mano.


Lo que queda del Imago Mundi de la Mesopotamia (Foto: Museo Británico).

De hecho, uno de los mapas más antiguos estudiados tiene el tamaño y la forma de un celular moderno: el Imago Mundi. Se trata de una tablilla de arcilla creada en el 700 a.C. en Mesopotamia que ilustra a Babilonia dividida en dos por el río Éufrates y rodeada por el océano. Aunque aparecen algunas regiones como Asiria, su funcionalidad no era ayudar a ubicarse. Era simbólica: captar la idea del mundo entero, con su autor en el centro.

Al principio, la precisión y los detalles no fueron las prioridades de los dibujantes, eran más una forma de hacer arte. Siglos más tarde, los romanos dibujaron un extenso mapa de su imperio en un pergamino gigante. El problema era que con apenas medio metro de alto no podía ser ni mucho menos realista. Fue, otra vez, otro intento por ilustrar el poderío del hombre y de hasta dónde llegaba el dominio del imperio.

No fue hasta principios del siglo XVI que comenzaron a aparecer los primeros mapas del mundo realistas, cuando el belga Gerardus Mercator desarrolló una proyección basada en matemáticas, mucho más precisa que cualquier otra hasta esa fecha, y que tenía la particularidad de respetar las formas de los continentes pero no los tamaños.

A lo largo de la historia, los mapas se han utilizado para la navegación, la guerra, la exploración y la planificación urbana. También permitieron a los gobiernos administrar su territorio de manera más eficiente.

En la larguísima pero muy ilustrativa imagen que vemos a continuación, se puede apreciar la evolución del "mapa del mundo" a través de los siglos.


Uno de los primeros esfuerzos por hacer cartografía realista sucedió en Egipto en el siglo II d.C. con Claudio Ptolomeo. Era un astrónomo y astrólogo obsesionado con hacer horóscopos, lo que requería colocar con precisión la ciudad natal de alguien en un mapa del mundo. Para ello, reunió documentos y relatos de viajeros que detallaban la ubicación de las ciudades.

Cuando terminó, había ideado un sistema de líneas de latitud y longitud, y trazó unas 10.000 ubicaciones, desde Gran Bretaña hasta Europa, Asia y el norte de África. Ptolomeo incluso inventó formas de "aplanar" el planeta (entendía que la Tierra era redonda al igual que la mayoría de los griegos y romanos) en un mapa bidimensional. Llamo a esa técnica "geografía".

A la mayoría de los mapas cristianos tampoco les importaba la precisión, estaban diseñados para contar relatos religiosos. Un ejemplo fue la creación del mapa medieval T-and-O Beatine (en la siguiente imagen), atribuido al monje español Beato de Liébana. Aunque muestra varios continentes como África, Asia y Europa, su principal objetivo era ilustrar lugares bíblicos. Por ejemplo, debido a que el sol sale por el este, el Jardín del Edén se puede ver apuntando hacia arriba y hacia Asia en el mapa.


(Foto: Getty Images).

Y durante los próximos siglos los mapas continuaron estando centrados en la narración de historias, como es el caso del famoso mapa del siglo XII del erudito islámico al-Sharif al-Idrisi (siguiente imagen), encargado por el rey Roger II de Sicilia. En él, se mezclan ciudades islámicas y cristianas con las tierras del rey en el medio. Una de las singularidades de la "Tabula Rogeriana", como también se lo denomina, era que estaba orientado hacia el sur, por lo que algunas representaciones lo muestran al revés.


(Foto: Getty Images).

No fue hasta 1935 que el cartógrafo judío Abraham Cresques creó el mapa más importante de la época medieval, el Atlas Catalán (siguiente imagen). En él se pueden identificar muchas ciudades indias y chinas, después de que algunos exploradores como Marco Polo y Sir John Mandeville realizaron sus viajes. En 1489, Henricus Martellus amplió los mapas basándose en los viajes de Marco Polo para imaginar el Viejo Mundo, lo que ahora conocemos como América. Después de éstos, los mapas ya comenzaron a parecerse más a los que conocemos ahora.


(Foto: Getty Images).

De esta forma, los informes de navegación de los marineros empezaron a usarse para ilustrar nuevas coordenadas. Y esto llevó al cartógrafo portugués Diego Ribero (siguiente imagen) a crear el primer mapa científico del mundo en 1529, hecho exclusivamente para la Corona española. Un modelo que le sirvió años después al matemático inglés Edward Wright para perfeccionar la proyección de Mercator, que tiene en cuenta la curvatura de la Tierra.


(Foto: Getty Images).

También conocido como mapamundi de Wright-Molyneux, esta representación lineal del mapa cilíndrico de la Tierra se convirtió rápidamente en el estándar para la navegación. A ellos le siguieron muchos otros hasta este momento. Y, aún en la actualidad, no hay ningún mapa que refleje al 100% cómo es la Tierra realmente.

(Fuente: Xataka / Wikimedia / otros)