GoodFocused/Shutterstock
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La serie está bajo la dirección de Bruno Stagnaro, con Ricardo Darín en el papel del protagonista, Juan Salvo. "La historieta te hacía sentir que vos estabas ahí. Había que ser fiel a esa cercanía”, subraya el director.
Son lugares acogedores, ideales para zambullirnos en la lectura y pasar horas sintiéndonos parte de las historias de los autores.
Con la llegada del otoño, Buenos Aires se tiñe de tonos cálidos e invita a redescubrir sus rincones más agradables que, en este caso, tienen que ver con el hábito y el gusto por la lectura y el amor por el café. Se trata de librerías que se encuentran caminando las calles de la ciudad entre hojas secas y brisas suaves.
Pocas combinaciones resultan tan placenteras como un buen libro y una taza de café humeante. Por suerte, la ciudad ofrece espacios donde la literatura y la gastronomía se encuentran para crear verdaderos refugios otoñales. Las mismas están en diferentes barrios y avenidas porteñas.
• El Ateneo Gran Splendid (Av. Santa Fe 1860)
Es la más grande de Argentina y segunda de Sudamérica. Abrió en el año 2000 en el edificio del antiguo Teatro Grand Splendid y, desde entonces es más que una librería ya que, en ella, además de poder elegir los más variados títulos de autores de todo el mundo, hay una cúpula imponente con frescos de gran dimensión representación de la paz que representa el final de la Primera Guerra Mundial.
Es un local inmenso que, en el escenario original del antiguo teatro cuenta con un telón de terciopelo entreabierto donde se ubica el bar, que invita a sentarse a leer disfrutando de algunas delicias acompañadas por café. Además, tiene sillones y los palcos habilitados como salas de lecturas más "intimas" y, en el subsuelo se despliega están el sector de libros infantiles.
En el piso superior, entretanto, se suelen hacer muestras, presentaciones y exposiciones.
• Eterna Cadencia (Honduras 5582)
Es una joya del barrio de Palermo y combina un catálogo curado con esmero y un encantador patio interno ideal para leer al sol. El café del fondo ofrece opciones caseras y un ambiente íntimo, perfecto para perderse entre páginas. Además, suelen organizar presentaciones de libros y charlas literarias.
• Libros del Pasaje (Thames 1762)
Es un clásico indiscutido de Palermo Soho. Este espacio es un paraíso para lectores y, cuenta con una amplia variedad de títulos, estanterías infinitas y un café al fondo del local con mesas junto a ventanales que invitan a pasar horas leyendo o conversando. Es ideal para una tarde lluviosa con café con leche y medialunas.
• Falena (Charlone 201)
Oculta en el barrio de Chacarita detrás de una fachada discreta, Falena es una de las librerías más encantadoras de la ciudad. Su estética cuidada, la selección exquisita de libros y un espacio donde tomar algo la convierten en un plan perfecto para un domingo de otoño. Cuentan con vinos, tés y pastelería artesanal.
• Librería del Fondo (Costa Rica 4568)
Ubicada también en Palermo, es un espacio cultural mexicano, respaldado por el Fondo de Cultura Económica. Tiene una cafetería con platos típicos y un jardín encantador. Un rincón diferente y multicultural para tardes otoñales con sabor a literatura latinoamericana.
• Clásica y Moderna (Av. Callao 892)
Como su nombre bien lo indica, un verdadero clásico porteño. Fundada en 1938 por inmigrantes españoles, sus cálidas instalaciones fueron frecuentadas por autores e intelectuales tales como Manuel Mujica Lainez, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Alejandra Pizarnik, Arturo Jauretche, José Bianco, Beatriz Guido, Alberto Girri, Enrique Pezzoni, Juan José Sebreli y Ernesto Schoo, entre otros.
Aparte de la oferta gastronómica y literaria, se convirtió hace ya décadas en un reducto perfecto para presenciar shows musicales que apuntan principalmente (aunque no sólo) al tango y al jazz.
(Fuente: Noticias Argentinas)
El director del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España alertó sobre los peligros de esta inteligencia artificial de fácil uso y barata, capaz de desatar una ola de ciberataques a nivel global.
La muestra "Una casa. La Casa. Lo doméstico deviene territorios", en la Casa Nacional del Bicentenario, presenta parte de la Colección Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez, y también a los ganadores de los Premios In Situ.
Por su parte, Eugenio Martínez, un artista wichí de Salta, presenta cerámicas basadas en los sueños y las indicaciones de sus ancestros con "un enfoque espiritual y ancestral" que contrasta con el trabajo de Iván González, quien graba sonidos de pájaros en peligro de extinción y vendedores ambulantes, "preservando elementos culturales y naturales que están desapareciendo".
Las muestras "Una casa. La Casa. Lo doméstico deviene territorios" y "Premios In Situ" reflejan una diversidad de enfoques y preocupaciones que van desde lo social y lo ecológico hasta lo histórico y lo espiritual, a través de la mirada de los artistas o proyectos que revelan la riqueza del panorama cultural del país.
(Fuente: prensa Casa Nacional del Bicentenario)
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