miércoles, 13 de agosto de 2025

Lugares para conocer: la escuela porteña que funciona dentro de un "palacio triangular"

Felizmente recién restaurada para proteger su valioso patrimonio arquitectónico, esta escuela-palacio, obra de Juan Waldorp (h), es un emblema del  barrio de Caballito. 

El largo frente de una cuadra se ensambla con el Parque Centenario (Foto: Hugo Mouján).

"La Uriburu", así le dicen, es una escuela primaria emblemática de Caballito y forma parte de la historia familiar de sus vecinos, así como lo es el contiguo Parque Centenario. Las columnas y el verde de sus espacios externos con árboles y palmeras acrecientan su porte de palacio o museo, integrándose al luminoso Parque que diseñó el paisajista Carlos Thays, y en cuyo entorno se erigen el Museo de Ciencias Naturales, el Colegio Divino Rostro, el Hospital Naval y el María Curie, la Fundación Leloir y el Instituto Pasteur.

La esquina redondeada con grandes ventanales: hoy oficia de sala de música (Foto: Hugo Mouján).

Antiguamente, estos predios fueron potreros, viviendas sencillas con huertas, baldíos y hornos de ladrillo. Luego pertenecieron a una familia de apellido Piñero, que estableció una quinta hasta que la comuna porteña compró, en 1898, toda el área con la idea de crear un paseo que iba a llamarse Parque del Oeste o Central. Sin embargo, quedó el nombre actual a pesar de que no estuvo terminado cuando se cumplió el aniversario patrio.

La firma del arquitecto Juan Waldorp (h), autor del proyecto (Foto: Hugo Mouján).

Esta es una de las conocidas "escuelas palacio", llamadas así por las dimensiones y fachadas de imponente arquitectura albergando aulas higiénicas, luminosas y ventiladas. Propósito que se implementó a fin de dotar de prestigio a la enseñanza equiparando a todas las clases sociales, y poniendo de manifiesto la majestad del Estado.

La Uriburu se programó en 1913 como escuela de varones y se empezó a levantar al año siguiente de acuerdo al diseño del arquitecto Juan Waldorp (h) -como refiere la firma en la entrada-, quien fue proyectista del Consejo Nacional de Educación, director de Arquitectura de la provincia de Buenos Aires y presidente del Centro de Ingenieros, autor de diversas obras importantes, como el Instituto Bernasconi. 

Alumnos de tercer grado en plena actividad (Foto: Hugo Mouján).

En tanto que la construcción estuvo en manos de la empresa Bergerot, Malenosky y Parodi, tal como consta en el órgano oficial del Consejo, El Monitor de la Educación Común, del 31 de julio de 1915, donde se registra el pago de “$ 32.142,23, importe de certificado N°1 por construcción de un edificio escolar en el Parque Centenario”.

El homenaje a la primera directora, Paz Tiscornia, al jubilarse, en el libro de registro de firmas (Foto: Hugo Mouján).

Todavía no tenía nombre, carencia que suscitó que en un principio se la nombrara como Escuela del Parque Centenario. Cuando llegó el momento de cortar la cinta de inauguración, el lunes 5 de junio de 1916, se la bautizó como Presidente Uriburu (inicialmente N°16 Distrito Escolar 13) por el expresidente José Evaristo Uriburu, un propulsor de nuevos establecimientos educativos y del edificio del Congreso, cuando se desempeñó como primer mandatario entre 1895 y 1898 a raíz de la renuncia del presidente Luis Sáenz Peña, quien había asumido en 1893.

El frontispicio con el nombre de la escuela (Foto: Hugo Mouján).

Jerarquizar el prestigio ganado

La escuela mixta de enseñanza común Presidente Uriburu N° 17 DE 2 funciona en una superficie de 5.200 m2 para nivel inicial (4 y 5 años) y primario, en la modalidad de jornada completa con comedor al mediodía. Parte de su historial, entre 1949 y 1957, transcurrió en un edificio de Julián Alvarez 123, hasta que retornó al palacio de Ángel Gallardo 246.

En el plan de trabajo, con propuestas articuladas con los docentes, el equipo directivo se propone acciones para las problemáticas pedagógicas y a la vez incrementar la autonomía de los alumnos. Como es habitual, el funcionamiento de la comunidad educativa está acompañado por la asociación cooperadora escolar Por nuestros hijos.

Parte cubierta del patio central (Foto: Hugo Mouján).

Vale acotar que además de la primaria y el jardín, en horario vespertino/nocturno suelen desarrollarse otros cursos de capacitación, entre ellos, dos veces por semana, se imparten clases de danza dependientes de la Escuela Nacional Aída Mastrazzi, cuya sede principal (otro edificio histórico) se encuentra en Esmeralda 285.

El estilo palacio que marcó una época

Un triángulo con dos vértices en forma de ochava y el tercero redondo, entre las avenidas Ángel Gallardo y Patricias Argentinas y la calle Juana de Ibarbourou (antes Eduardo Acevedo), junto al Parque Centenario, es el plano de La Uriburu, una especie de isla, porque no tiene ningún edificio lindero.

Su frente, sobre la primera arteria, tiene 101 m con un sector derecho de rejas rodeando árboles y plátanos; mientras que su contrafrente mira al parque con 112 m y el lado menor, sobre Ibarbourou, mide 8 m. Por tener un gran patio central, visto desde el aire la estructura se asemeja a una escuadra, como las de los útiles escolares.

Ornamentación con flores, guirnaldas y laureles en una de las torres (Foto: Hugo Mouján).

Sobre todo, resalta la fachada del pabellón de acceso y la esquina redonda con grandes ventanales que se planificó primariamente como salón de fiestas y con el tiempo se convirtió en aula de música. En el vértice curvo externo se distribuyen distintos ejemplares de árboles asociándose con el parque y con el histórico puesto de flores callejero.

En el portentoso frontis con dos especies de torres y balaustradas rematando la parte superior impresionan las columnas tipo jónicas, acanaladas, sobre soportes y con capiteles ornamentados, así como otros detalles decorativos como molduras de laureles, flores y hojas en los arcos de los ventanales que se suceden en todo el contorno. Las puertas, ventanas y reja perimetral verdes enfatizan el impacto visual.

Muy bien restaurada con trabajos que implicaron la impermeabilización de cubiertas, cambio de chapas, reparaciones varias en el patio interno, mantenimiento de áreas verdes y -lo más notable- la puesta en valor de la fachada para potenciar y mantener la estimación integral por su significado cultural, por su imagen característica, la siguen posicionando como un símbolo del barrio de Caballito.

(Fuente: lanacion.com.ar)