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lunes, 21 de julio de 2025

Los enigmas de la Tierra: cinco puntos del planeta donde reina el misterio

Desde una fosa oceánica casi inexplorada hasta un bosque que desconcierta a los científicos, estos cinco lugares del mundo despiertan asombro, generan leyendas y nos provocan preguntas que aún no tienen respuesta.

•  La Zona del Silencio (México) 

(Foto: Depositphotos).

En el corazón del Desierto de Chihuahua, entre los estados de Durango y Coahuila, se encuentra la enigmática Zona del Silencio. Esta región ganó fama por supuestas anomalías electromagnéticas que interfieren con las transmisiones de radio, desorientan las brújulas y, según relatos populares, incluso detienen motores y dispositivos electrónicos. La leyenda urbana más extendida cuenta que, en 1970, un misil de prueba de la NASA perdió el control y se estrelló en esta área, alimentando aún más el misterio.

Más allá de los fallos tecnológicos, la Zona del Silencio es escenario de fenómenos extraños. Se habla de avistamientos de ovnis, luces inexplicables en el cielo nocturno y la presencia de criaturas inusuales. Incluso se reporta que algunos animales que ingresan en la zona experimentan desorientación o presentan anomalías físicas, lo que ha dado lugar a mitos sobre campos de energía. Si bien algunas teorías científicas atribuyen las interferencias a la alta concentración de magnetita y uranio en el subsuelo, ninguna explicación ha sido concluyente. El misterio persiste, atrayendo a curiosos y aficionados a lo paranormal.

• Göbeklitepe (Turquía)

(Foto: Depositphotos).

Es un sitio arqueológico que ha revolucionado la comprensión de la historia humana. Este complejo, que data de hace más de 11.000 años (aproximadamente 9.600 a. C.), es anterior a la invención de la agricultura, la cerámica e incluso a los asentamientos permanentes. Sus estructuras consisten en círculos de enormes pilares de piedra caliza en forma de T, de hasta seis metros de altura, tallados con intrincados relieves de animales, como zorros, serpientes, jabalíes y aves.

El enigma radica en su propia existencia. ¿Cómo una sociedad de cazadores-recolectores, sin herramientas metálicas ni una organización social compleja, pudo construir una obra de tal magnitud? Los arqueólogos creen que fue un templo ceremonial, lo que implicaría que la religión y los rituales podrían haber impulsado el desarrollo social antes de la agricultura. Su descubrimiento ha llevado a los historiadores a reconsiderar la cronología de la civilización. Además, el hecho de que el sitio haya sido deliberadamente enterrado añade una capa más de misterio sobre su propósito y abandono.

• El Bosque de Hoia-Baciu (Rumania)

(Foto: Depositphotos).

En el corazón de Transilvania, cerca de la ciudad de Cluj-Napoca, se extiende el Bosque de Hoia-Baciu, un lugar envuelto en un aura de misterio y fenómenos inexplicables. Apodado "el Triángulo de las Bermudas de Transilvania", es famoso por numerosos reportes de avistamientos de ovnis y una serie de eventos que desafían la lógica. Visitantes y lugareños han informado fallos en equipos electrónicos, sensaciones de ansiedad y náuseas tras adentrarse en el bosque.

La vegetación del lugar refuerza su atmósfera sobrenatural. Árboles con troncos retorcidos en formas imposibles, ramas que crecen en espiral y zonas circulares donde la flora no crece alimentan la idea de que el bosque está influenciado por fuerzas desconocidas. Las leyendas locales hablan de la sensación de ser observado por una presencia invisible. Aunque se han propuesto explicaciones científicas como campos magnéticos o gases subterráneos, el folclore y los testimonios personales mantienen a Hoia-Baciu como un destino predilecto para los amantes del misterio.

• La Puerta de Aramu Muru (Perú)

(Foto: Depositphotos).

Cerca del majestuoso Lago Titicaca, en el altiplano peruano, se alza la enigmática Puerta de Aramu Muru, también conocida como Puerta de Hayu Marca. Tallada en una enorme roca roja, mide aproximadamente siete metros de alto por siete de ancho, con una pequeña "puerta" central que no conduce a ningún sitio. La perfección de su diseño y su ubicación remota, cercana a complejos arqueológicos incas, han dado lugar a un sinfín de especulaciones y teorías.

Según leyendas de la etnia aimara, Aramu Muru fue un sacerdote inca que, perseguido por los conquistadores españoles, logró atravesar la puerta con un disco de oro y desaparecer en otra dimensión. Se dice que se trata de un portal interdimensional, un punto de conexión entre nuestro mundo y otros reinos, utilizado por seres ancestrales o divinidades. Otros investigadores sugieren que pudo haber sido un calendario astronómico o un sitio de gran importancia ritual para las culturas preincaicas. La energía y la atmósfera de Aramu Muru atraen a místicos y curiosos, que a menudo reportan visiones de luces misteriosas, consolidando su fama como uno de los lugares más enigmáticos de los Andes.

• La Fosa de las Marianas (Estados Unidos)

(Foto: Depositphotos).

En el Océano Pacífico occidental se encuentra la Fosa de las Marianas, el punto más profundo conocido de los océanos, con más de 11.000 metros en el Abismo Challenger. Para ponerlo en perspectiva: el monte Everest, la montaña más alta del mundo, cabría holgadamente en sus profundidades. Esta zona, clasificada como hadal (el punto más profundo en una masa acuática), es un reino de oscuridad perpetua, temperaturas cercanas al punto de congelación y una presión mil veces superior a la de la superficie.

A pesar de estas condiciones extremas, la fosa alberga una sorprendente biodiversidad. Sus criaturas presentan adaptaciones extraordinarias: peces bioluminiscentes y de bocas desproporcionadas, crustáceos resistentes a la presión y comunidades de bacterias quimiosintéticas que viven sin luz solar. Cada expedición revela nuevas especies, lo que demuestra que gran parte de la vida en nuestro planeta permanece aún inexplorada.

(Fuente: El Planeta Urbano / Página 12 / redacción propia)

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Este es "Pando", el organismo vivo más grande y pesado del planeta, que parece un bosque pero es estrictamente un solo árbol

Para el visitante desprevenido, Pando no es más que un hermoso bosque de una especie de álamos llamados "temblones". Pero durante miles de años sus raíces han guardado un secreto genético que lo hace único y apasionante.


Los 47.000 árboles que conforman Pando están conectados por un sistema de raíces y son idénticos genéticamente (Foto: Getty Images).

Ubicado en un área de 43 hectáreas cerca de Fish Lake, en Utah, Estados Unidos, algunos científicos lo consideran "el organismo vivo más grande y más pesado del mundo". ¿El motivo? Los 47.000 árboles que lo conforman están conectados por un sistema de raíces y son idénticos genéticamente.

"Todos estos árboles son en realidad un solo árbol", dijo el geógrafo Paul Rogers. El fenómeno ha atraído durante décadas a los científicos. Y una de las grandes dudas que había respecto de Pando tenía que ver con su antigüedad.

Aunque desde hace tiempo ha sido considerado como uno de los seres vivos más antiguos de la Tierra, los expertos no sabían con certeza su edad. Ahora, esa duda se disipó luego de que un equipo de biólogos lograra datarlo por primera vez.

¿Su conclusión? El árbol más grande del mundo tiene, al menos, 16.000 años.

¿Cómo lograron descubrirlo?

Para estudiar la historia evolutiva de Pando, la bióloga Rozenn Pineau, del Instituto de Tecnología de Georgia, en Atlanta, y sus colegas, recolectaron y secuenciaron más de 500 muestras del árbol, así como de varios tipos de tejidos, incluyendo hojas, raíces y corteza.

El objetivo era extraer datos genéticos, buscando en particular las mutaciones somáticas, que son alteraciones en el ADN que ocurren en las células de un organismo después de la concepción. Según declaraciones de Pineau, "al principio, cuando Pando germinó a partir de una semilla, todas sus células contenían ADN esencialmente idéntico”.

"Pero cada vez que se crea una nueva célula y se replica la información genética, pueden producirse errores que introduzcan mutaciones en el ADN", explicó. De acuerdo con el estudio, al observar la señal genética de esas mutaciones presentes en diferentes partes del árbol, los investigadores pudieron reconstruir la historia evolutiva de Pando y estimar su edad.

Cabe recordar que los bosques de álamos se pueden reproducir de dos maneras: una es cuando los árboles maduros dejan caer semillas que luego germinan y, la otra se da cuando liberan brotes de sus raíces, a partir de las cuales nacen nuevos árboles a los que se les llama "clones".

Pando no es el único bosque clon, pero sí el más extenso. Como los expertos lo consideran un mismo organismo, suman el peso de todos sus árboles, lo que da como resultado un ser viviente que pesa un estimado de 13 millones de toneladas.

Pando está ubicado en un área de 43 hectáreas cerca de Fish Lake, en Utah, Estados Unidos (Foto: Getty Images).

Entre 16.000 y 81.000 años

Los investigadores hicieron tres estimaciones diferentes de la edad de este árbol, pues no estaban seguros de si habían pasado por alto algunas mutaciones o si algunas de las mutaciones que identificaron eran falsos positivos.

Suponiendo que los científicos identificaran correctamente cada mutación en la parte del genoma que secuenciaron, la primera estimación dice que Pando tiene unos 34.000 años de antigüedad.

Si los expertos incluyen posibles mutaciones somáticas no detectadas, la segunda estimación -y la menos conservadora- sugiere que el árbol tendría uno 81.000 años.

Y si se considera que sólo el 6% de las mutaciones que observaron los biólogos son "positivas verdaderas", Pando entonces tendría, como "joven", 16.000 años.

Para estimar la edad, los científicos recolectaron datos genéticos del árbol, en particular las mutaciones somáticas, que son alteraciones en el ADN que ocurren después de la concepción (Foto: Getty Images).

Considerando todas estas incertidumbres, Rozenn Pineau y su equipo calcularon que la edad del árbol probablemente se encuentre entre 16.000 y 81.000 años. "Aunque estos escenarios nos dan cifras bastante diferentes, todos apuntan a una conclusión notable: Pando es antiquísimo", dijo Pineau. "Incluso en su edad estimada más joven (16.000), este clon de álamo ha estado creciendo desde la última edad de hielo", agregó.

 Pando es considerado "el organismo vivo más grande y más pesado del mundo" (Foto: Getty Images).

A través de su cuenta de X (ex Twitter), Will Ratcliff, otro de los biólogos que participó de la investigación, indicó que "para poner la edad de Pando en perspectiva, incluso según nuestra estimación más conservadora, estaba vivo cuando los humanos cazaban mamuts".

"Según nuestra estimación más antigua, germinó antes de que nuestra especie abandonara África", agregó.

En el estudio, en tanto, se indica que "independientemente del escenario, estas estimaciones destacan la notable longevidad de Pando (...), lo que lo convierte en uno de los organismos vivos más antiguos de la Tierra".

(Fuente: BBC Mundo)

viernes, 30 de agosto de 2024

Confirman la existencia de un campo eléctrico global que envuelve la Tierra entera

Este campo es tan importante como el gravitatorio y el magnético, se ha descubierto gracias a un cohete diseñado para su investigación. Es como una gran "cinta transportadora" que lanza partículas al espacio.


Un campo eléctrico débil en la atmósfera superior puede lanzar partículas cargadas al espacio (Foto: NASA / Conceptual Image Lab / Wes Buchanan / Krystofer Kim).

Entre muchas razones, hay tres por las que la Tierra es un lugar muy especial. Y las tres tienen que ver con la Física. El campo gravitatorio le permite a la Tierra no dejar escapar su atmósfera, imprescindible para la vida. Marte, por ejemplo, no mantiene su atmósfera consigo.

La segunda razón es el campo magnético, que nos protege de las partículas dañinas provenientes del Sol, como bien muestran las auroras boreales. Se acaba de demostrar la existencia de la tercera: un campo eléctrico ambipolar, que contrarresta la gravedad y arrastra las partículas al espacio.

Este descubrimiento ha sido divulgado en el artículo titulado "Earth’s ambipolar electrostatic field and its role in ion escape to space", publicado en la revista Nature este mes de agosto. Este estudio, liderado por Glyn Collinson del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, representa un avance significativo en la física espacial, al confirmar por primera vez la existencia de este campo eléctrico, que juega un papel crucial en el escape de partículas ionizadas desde la atmósfera terrestre hacia el espacio.

El cohete de la NASA que ha medido el campo eléctrico terrestre

El 10 de mayo de 2022 se lanzó el cohete Endurance, desde un lugar espectacular: Ny-Ålesund en Svalbard, Noruega. Anteriormente, en 2016, la misión Venus Express (ESA) descubrió un potencial eléctrico de 10 voltios alrededor de Venus. Con esto llegó una pregunta, ¿tiene la Tierra un potencial eléctrico similar?

"Creemos que una de las razones por las que la Tierra puede ser habitable es porque tenemos un potencial eléctrico muy débil", afirmó en su momento Collinson. En agosto de 2024 por fin tenemos la respuesta.


El cohete Endurance despega desde Ny-Ålesund, Svalbard (Foto: Andøya Space / Leif Jonny Eilertsen).

El nombre de la misión Endurance no fue escogido al azar: rinde homenaje al famoso barco utilizado por el explorador Ernest Shackleton en su expedición a la Antártida en 1914. Este simbolismo refleja tanto la dificultad técnica de la misión como la determinación y perseverancia necesarias para llevarla a cabo.

Endurance es un cohete suborbital, lo que significa que no alcanzó una órbita alrededor de la Tierra, sino que fue diseñado para realizar un vuelo en arco antes de descender nuevamente a la superficie. Esta característica es crucial, ya que permite realizar mediciones en la atmósfera superior, en una región donde el campo eléctrico ambipolar se manifiesta con mayor fuerza.

El descubrimiento del campo eléctrico ambipolar

El concepto del campo eléctrico ambipolar no es nuevo. Desde la década del 60, los científicos han teorizado que un campo eléctrico débil pero extenso podría estar presente en la Tierra, especialmente en las regiones polares, donde se observaba una fuga constante de partículas cargadas hacia el espacio, un fenómeno conocido como "viento polar". Aunque se sospechaba que un campo eléctrico era responsable de este fenómeno, medirlo había sido imposible por problemas técnicos que la ciencia no había superado hasta ahora.

La misión Endurance, un esfuerzo internacional liderado por la NASA, fue concebida específicamente para resolver este misterio. El cohete suborbital fue equipado con instrumentos de última generación diseñados para detectar el tenue campo eléctrico en la atmósfera superior. El lanzamiento desde Svalbard, una ubicación estratégica cerca del Polo Norte, permitió a los científicos maximizar las oportunidades de medición en un entorno donde el campo eléctrico ambipolar se manifestaría con mayor claridad.


La ilustración simboliza cómo las partículas salen despedidas al espacio como si fuesen por una cinta transportadora (Foto: Leonardo.Ai / Eugenio Fdz).

Los datos obtenidos por el cohete Endurance revelaron varias características críticas del campo eléctrico ambipolar terrestre. Este campo, que comienza a formarse aproximadamente a una altitud de 250 kilómetros, es fundamentalmente bidireccional, lo que significa que afecta tanto a las partículas cargadas positivamente como a las negativamente en la atmósfera.

Las partículas negativas, como los electrones, son extremadamente ligeras y tienden a ser impulsadas hacia el espacio por este campo. Por otro lado, las partículas cargadas positivamente, como los iones, son considerablemente más pesadas y, bajo la influencia del campo eléctrico, son levantadas a alturas mayores antes de ser atraídas de nuevo hacia la Tierra por la gravedad.

La magnitud del campo eléctrico ambipolar medido es del orden de pocos milivoltios por metro, pero, aún así, tiene un efecto acumulativo significativo en la dinámica de la atmósfera superior. Este campo no sólo facilita el escape de partículas hacia el espacio, sino que también actúa como un regulador, evitando que la separación de cargas eléctricas en la ionosfera sea excesiva, lo que podría llevar a inestabilidades atmosféricas.

El tipo de partículas más abundantes en el viento polar son los iones de hidrógeno. Experimentan una fuerza hacia el espacio que es 10,6 veces superior a la gravedad de la Tierra. "Eso es más que suficiente para contrarrestar la gravedad; de hecho, es suficiente para lanzarlos hacia el espacio a velocidades supersónicas", explica Alex Glocer, científico del proyecto Endurance en el Centro Goddard de la NASA y coautor del artículo.

Además, se descubrió que la intensidad del campo varía con la actividad solar y las condiciones geoespaciales. Durante periodos de alta actividad solar, el campo podría intensificarse, aumentando la tasa de escape de partículas, mientras que en periodos de baja actividad, el campo podría debilitarse, permitiendo una mayor retención de partículas en la atmósfera superior.

(Fuente: Muy Interesante)

martes, 13 de agosto de 2024

¿Se esconden los extraterrestres de nosotros? La escalofriante "Teoría del Bosque Oscuro"

Mientras la teoría se hace fuerte desde una trilogía de ficción del escritor chino Cixin Liu, hace tiempo que la "Paradoja de Fermi" divide a los astrónomos en cuanto al análisis de posibles encuentros con inteligencia alienígena.


¿Podría haber una sociedad extraterrestre tecnológicamente avanzada escondida en NGC 604, una región de formación estelar de la "Galaxia del Triángulo" captada aquí por el telescopio espacial James Webb? Los astrónomos llevan mucho tiempo preguntándose por qué no hemos encontrado aún civilizaciones extraterrestres a pesar de que la humanidad es joven y nuestro universo es antiguo, un enigma conocido como la "Paradoja de Fermi" (Foto: NASA / CSA / STSCI).

La famosa Paradoja de Fermi ha hechizado a los astrónomos durante más de medio siglo. En pocas palabras: si el cosmos tiene casi 14.000 millones de años, ¿dónde están las sociedades interestelares? ¿Por qué no han venido a saludarnos? Se han propuesto innumerables soluciones a este enigma, pero quizá ninguna más escalofriante que la "Teoría del Bosque Oscuro".

Según esta suposición, la razón por la que no podemos ver a estas civilizaciones alienígenas es que están todas escondidas. A diferencia de la humanidad (cuyas transmisiones de radio han resonado durante mucho tiempo en nuestro entorno galáctico local), todas estas sociedades han llegado a la conclusión de que es demasiado peligroso transmitir su ubicación a vecinos potencialmente hostiles.

Es una idea aleccionadora, que ganó atención gracias a una trilogía literaria del autor Cixin Liu, en la que presenta al pueblo chino y los contactos y guerras seculares contra una civilización alienígena. Pero, ¿es una solución plausible a la Paradoja de Fermi? De todas las respuestas propuestas, los expertos afirman que la hipótesis del Bosque Oscuro es la menos probable.

Es posible que varias inteligencias extraterrestres, o ETI, se oculten. Pero es improbable que todas lleguen a la misma conclusión basada en el miedo y no se muestren.

"Ni siquiera vemos ese mismo comportamiento en las culturas de la Tierra", afirma Moiya McTier, astrofísica, escritora y folclorista. Algunos ETI pueden tener miembros que actúan todos al unísono. Pero otros tendrán grupos divergentes, con comportamientos independientes: algunos tenderán más hacia la agresividad o el pacifismo, la curiosidad o la reclusión. Si uno de ellos saluda, ese bosque oscuro se convertirá en una hoguera encendida para que lo veamos.

Pero técnicamente todo es posible si tenemos en cuenta que, para empezar, no tenemos ninguna prueba de la existencia de las inteligencias extraterrestres. Quizá todo el mundo se esté escondiendo de verdad. Quizá exista realmente una amenaza acechando ahí fuera, en algún lugar de la oscuridad. Y puede que la humanidad aún no se haya dado cuenta.

Vida extraterrestre: los argumentos a favor de la Teoría del Bosque Oscuro

La Paradoja de Fermi fue planteada casualmente por el físico Enrico Fermi durante una charla a la hora del almuerzo allá por 1950. Tiene muchos matices, pero en su núcleo se encuentra esta premisa central: nuestro sistema solar sólo tiene 4.600 millones de años, mientras que el universo tiene 13.800 millones de años. Eso es tiempo de sobra para que la vida en otros planetas se convierta en sociedades tecnológicamente avanzadas, capaces de cruzar el mar de estrellas y crear puestos avanzados o nuevas sociedades en innumerables mundos. Pero aún no hemos encontrado ninguna señal de estas sociedades. Entonces, ¿dónde están todos?

"Hay tantas posibles soluciones superpuestas a la paradoja de Fermi", sostiene McTier. ¿Es simplemente el espacio demasiado vasto para que las sociedades alienígenas hayan llegado ya a la Tierra? ¿Se autodestruyen todas antes de convertirse en interestelares? ¿Somos la única sociedad tecnológicamente avanzada en nuestro rincón del cosmos? ¿La evolución de la vida es cada vez más rara?

"Lo único que dice la paradoja de Fermi es que las civilizaciones son raras. No te dice por qué son raras", afirma Ian Crawford, científico planetario y astrobiólogo de Birkbeck, Universidad de Londres. "Una de las soluciones es: sí, están todas ahí fuera, pero se esconden. Si se delatan, alguien vendrá y los destruirá".

La idea de que estos alienígenas del espacio son simplemente reacios a revelarse ha figurado en la narrativa de ciencia ficción durante muchas décadas. Liu, en su libro de 2008, dio a la hipótesis un nombre pegadizo.

Describe el universo como un "bosque oscuro" en el que cada sociedad alienígena es como un cazador temeroso y armado que avanza con cautela. Si ese cazador encuentra "otra vida (otro cazador, un ángel o un demonio, un bebé delicado o un anciano tambaleante, un hada o un semidiós) sólo puede hacer una cosa: abrir fuego y eliminarlos. En este bosque, el infierno son los demás".

Tener miedo tiene sus ventajas evolutivas: podemos estremecernos ante un ruido extraño en la noche y, aunque la mayoría de las veces es inofensivo, nuestra cautela puede salvarnos la vida la única vez que provenga de una amenaza real.

"No se puede negar que hay cierto valor de supervivencia en ser agresivo", dice Seth Shostak, astrónomo senior del Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre de California. Eliminando preventivamente a la competencia podremos dormir más seguros mientras obtenemos recursos extra. La historia de la humanidad, y su presente, está plagada de sombríos ejemplos de ello.

Los argumentos en contra de la Teoría del Bosque Oscuro

Afortunadamente, el bosque oscuro tiene una plétora de problemas difíciles de resolver: el más obvio es que resulta extremadamente difícil ocultar un mundo tecnológicamente avanzado.

Mucho antes de que la búsqueda activa de vida extraterrestre se convirtiera en una práctica científica global, las señales de radio de las comunicaciones cotidianas entre especies de la Tierra han estado emanando hacia el vacío, algo que una sociedad alienígena cercana con la esperanza de encontrar un nuevo aliado, o un nuevo objetivo, podría detectar fácilmente.

Aunque hayamos empezado a comprender la hipotética amenaza, tampoco es que vayamos a quedarnos completamente en silencio. "Nunca hemos pensado lo más mínimo en apagar todos los radares porque pudiera ser peligroso", dice Shostak. "Simplemente no va a ocurrir".

Incluso si una inteligencia extraterrestre intentara ocultarse, podría no ser lo suficientemente sofisticada como para funcionar. Algunas sociedades alienígenas pueden haber encontrado la forma de disimular todo su ruido, pero otras pueden seguir dando el juego accidentalmente sin darse cuenta. "La forma en que los hombres de las cavernas se esconden es muy diferente de la forma en que se esconden los klingons", argumenta el astrónomo senior del Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre de California.

La analogía del bosque también se desmorona cuando se considera la verdadera naturaleza del universo, o simplemente de nuestra propia galaxia gigantesca. El bosque puede parecer enorme e interminable en la oscuridad, pero eso es una miseria comparado con el espacio.

"Puede que haya alienígenas hostiles ahí fuera", dice Shostak. Pero es probable que las distancias entre ellos sean insondablemente vastas, hasta el punto de que la idea de que sientan la necesidad de atacarse preventivamente unos a otros parece extraña. Incluso si se temieran mutuamente, la extensión entre ellos significa que probablemente no necesitarían competir por los recursos; cada uno tendría mundos casi ilimitados, asteroides e incluso estrellas que explotar.

El hecho de que la Tierra sea, según los estándares universales, una sociedad tecnológica joven, ruidosa y vulnerable, también implica por defecto que, si hay vida ahí fuera, no todas pueden ser instintivamente agresivas.

"Si hay tantas civilizaciones, y algunas de ellas podrían destruirnos, entonces tenemos que explicar cómo no ha ocurrido", afirma Karim Jebari, investigador del Instituto de Estudios Futuros de Estocolmo (Suecia). "Quizá haya un Imperio Galáctico que mantenga las hostilidades a raya, o quizá sea muy difícil... atacarse a través de distancias interestelares".

O, como ha sugerido Jebari en un artículo reciente, las inteligencias extraterrestres han llegado a la misma conclusión lógica: que siguen existiendo porque otras sociedades alienígenas avanzadas han optado por no atacarles, quizá esperando en su lugar mantener una conversación mutuamente beneficiosa. "No tenemos motivos para atacarles de forma preventiva", afirma Jebari, y agrega: "Si son listos... quizá estén pensando lo mismo de nosotros".

Que todos los alienígenas compartan el instinto tan humano de suponer lo peor de una entidad desconocida es también una presunción masiva.

"Para mí, [el bosque oscuro] es una de las explicaciones menos convincentes de la paradoja de Fermi, porque se basa en unas cuantas suposiciones antropocéntricas que no me parecen justas", establece McTier. El miedo es algo poderoso, pero también lo es la curiosidad.

El escenario de la pesadilla sobre la existencia de vida extraterrestre

Esto no significa necesariamente que la hipótesis del bosque oscuro sea inviable. El problema es que para abordar los agujeros de la teoría hay que aumentar el factor terror.

"El escenario de pesadilla es suponer que los que se esconden tienen razón", dice Crawford. "Supongamos que, en algún momento de la historia de la galaxia, una civilización tecnológica... decidió que siempre que se encontraran planetas con vida o tecnología, iban a destruirla".

En otras palabras, si el objetivo era el exterminio por el exterminio mismo, entonces el bosque oscuro parece más plausible. "Si algo así ha estado ocurriendo en la historia de la galaxia, entonces sí que explicaría la paradoja de Fermi", afirma Crawford.

Puede que nuestro rincón del cosmos sea tranquilo porque la vida es una rareza extrema. Tal vez estemos solos porque las sociedades alienígenas tienen la mala costumbre de aniquilarse a sí mismas en cuanto descubren algo como las armas atómicas.

O, tal vez, "no los vemos porque no están ahí", explica Crawford, porque una entidad asesina va de estrella en estrella extinguiendo cualquier señal de vida. "Eso es lo realmente aterrador".

(Fuente: National Geographic).

martes, 25 de junio de 2024

Los océanos del mundo están cambiando de color: ¿cuáles serán las consecuencias?

No sólo Groenlandia se está volviendo verde. El océano Ártico se está calentando más rápido que cualquier otro lugar de la Tierra (cuatro veces más) y lo que habitualmente es un océano de aguas cristalinas de color turquesa se está tornando en franjas acuáticas cada vez más verdes. Y el principal culpable podría ser el cambio climático. Así lo atestigua un nuevo estudio de la Universidad de Manitoba y la Universidad de Colorado.

El hielo marino que una vez cubrió una vasta extensión de océano durante todo el año ahora es estacional, derritiéndose y desapareciendo de grandes áreas durante los meses de verano. La masa de hielo no para de adelgazar y la profundidad de la nieve ha estado disminuyendo en las últimas décadas. En los últimos tiempos, los satélites han registrado diferencias de color graduales y sutiles en el 56% de los océanos de la Tierra, un área que es más grande que toda la masa terrestre de la Tierra combinada. 


Un océano de la Tierra se está volviendo verde por culpa del cambio climático.

¿Por qué cambia de color el océano?

El hielo y la nieve más gruesos significan que menos luz puede llegar a las algas debajo del hielo. Así, una consecuencia inesperada del derretimiento del hielo en el Ártico va mucho más allá que las tristes imágenes que hemos visto de osos polares buscando refugio en pequeñas piezas de hielo en medio del océano. El color del océano refleja el crecimiento de organismos vivos en las aguas superficiales de los mares terrestres. Aunque este cambio de color no es visible a simple vista, los estudios satelitales pueden mapear el cambio.

"A medida que el hielo y la nieve se adelgazan, penetra más luz hasta el fondo del hielo marino. Este régimen de luz cambiante tiene el potencial de impactar todo el ecosistema marino, que comienza con las algas", explica Julienne Stroeve, investigadora de la Universidad de Manitoba y la Universidad de Colorado.

Es como si las algas convirtieran el agua en una especie de césped submarino; este "césped", es la base de la red alimentaria del Ártico: de él se alimenta el zooplancton, que a su vez alimenta a los peces, las focas y, en última instancia, a los osos polares.

El reciente informe sobre el estado del clima en Europa, publicado en abril de 2024 por el Servicio Climático Copérnico de la Unión Europea descubrió que la clorofila, un pigmento fotosintético que se encuentra en el fitoplancton y las plantas y que les da su tono verde, era entre un 200% y un 500% más alta que el promedio en el mar de Noruega y el océano Atlántico al norte del Reino Unido en abril de 2023, por ejemplo. Una señal, según los científicos, del calentamiento de las temperaturas del océano.

Y tenemos nuevos datos. El satélite Cryosat de la Agencia Espacial Europea ha estado monitoreando el hielo polar de la Tierra durante 14 años. Uniendo esta información a la de Copernicus Sentinel-3 y el ICESat-2 de la NASA, han logrado modelar la penetración de la luz a través del hielo.

El resultado es que el Ártico está experimentando una tendencia al calentamiento, con un hielo más delgado y un derretimiento más temprano que facilita que llegue más luz solar a las aguas del océano debajo del hielo y se produzcan floraciones de algas más tempranas. Si hay menos nieve, influye considerablemente, ya que se produce una mayor penetración de la luz y posibilita floraciones no solo mucho antes sino también más masivas.

Antes, el Ártico era solo una masa helada de color blanco y azul.

¿Y por qué es negativo esto?

Las implicaciones son muy significativas para el planeta, ya que esta proliferación temprana y grave de algas puede alterar el delicado equilibrio del ecosistema ártico. Al haber más luz, las algas producirían nutrientes diferentes a los habituales, algo que podría alterar toda la red alimentaria del océano. La riqueza de especies disminuiría en los trópicos y aumentaría dramáticamente en aguas templadas y subpolares, lo que provocará mayores efectos desconocidos en cadena en las redes de comida interconectada y los peces que dependen de estas criaturas.

"Comprender la radiación fotosintéticamente activa que penetra el hielo marino respaldará estudios más amplios para comprender qué le está sucediendo a la vida en el Océano Ártico debido al cambio climático", dice Stroeve.

"Los rápidos cambios que se están produciendo en el Ártico tendrán consecuencias generalizadas que nos afectarán a todos", señala también Tommaso Parrinello, director de la misión de CryoSat.

En esencia, lo importante no es el color en sí del agua, sino que ese cambio de color refleja una transformación profunda en el ecosistema. Y no sabemos el destino que le deparará al Ártico con este empuje imparable del cambio climático impulsado por el hombre.

Todo es a causa del cambio climático.

Pérdida de hielo.

(Fuente: National Geographic)

jueves, 30 de mayo de 2024

Qué es la "anomalía del campo magnético" de la Tierra y porqué afecta a Sudamérica

Los científicos la definen como una "abolladura" del manto protector que rodea nuestro planeta y lo protege de la radiación solar. Las consecuencias que podría tener a futuro.


El campo magnético terrestre nace de los polos y protege a la Tierra de la radiación solar.

El campo magnético de la Tierra tiene una extraña anomalía que fue detectada hace ya décadas por científicos que estudian nuestro planeta, pero que en los últimos años se ha intensificado.

Esta anomalía, a la que los expertos llaman "abolladura del campo magnético", se sitúa sobre un área comprendida entre Sudamérica y el Atlántico sur. Se trata de una peculiaridad geomagnética, y se caracteriza por una disminución significativa de la intensidad del campo magnético en comparación con otras áreas del planeta.

Si bien la Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS) ha sido objeto de estudio durante décadas debido a su singularidad y su posible relación con procesos geodinámicos y geofísicos subyacentes, el gobierno de Estados Unidos reveló que aumentó su debilidad en Sudamérica durante los últimos cuatro años, con un crecimiento del 7 %.


Durante años, científicos especializados observación de la Tierra han detectado una anomalía magnética en el sur del planeta

Tanto la NASA, la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial (NGA) de Estados Unidos y el Centro Geográfico de Defensa (DGC) del Reino Unido confirmaron esta creciente actividad de la falla.

Las teorías que elaboran los científicos para explicar este fenómeno son varias. Una de las hipótesis sugiere que podría estar relacionada con la presencia de una acumulación de rocas basálticas de edad antigua en el manto terrestre, que afecta la generación del campo magnético en esa área.

Otra teoría plantea la posibilidad de que haya corrientes eléctricas en el núcleo líquido de la Tierra que interactúen con la estructura de la corteza terrestre en esa región, alterando así el campo magnético.

Preocupación de los expertos


El Sol está atravesando un período de máxima actividad, con incremento de sus tormentas magnéticas (Foto: NASA / Solar Dynamics Observatory / The New York Times).

La preocupación principal que tiene esta anomalía en ascenso es el potencial del impacto en la humanidad y los seres vivos terrestres.

Es que el campo magnético que protege la superficie del planeta actúa como un escudo protector natural que repele las nocivas partículas que emite el Sol, como la radiación cósmica y los vientos solares, que pueden causar grandes impactos tanto en la salud como en nuestra tecnología. Un campo magnético más débil permite un mayor paso de estas partículas, acercándose cada vez más a la superficie terrestre y generando una potencial amenaza.

"Si el campo magnético de la Tierra no existiera, la radiación solar acabaría con la biosfera en cuestión de años", mencionan expertos.


Una simulación por computadora del campo magnético de la Tierra, que se genera por transferencia de calor en el núcleo del planeta (Foto: NASA),

También, la debilitación del campo magnético puede afectar los sistemas de navegación por brújula y las lecturas de instrumentos magnéticos utilizados en la aviación y el transporte marítimo. Además, esta anomalía puede tener implicaciones en las comunicaciones satelitales y en la protección de los sistemas electrónicos de las radiaciones espaciales.

Para comprender mejor esta anomalía y sus implicaciones, se llevan a cabo investigaciones continuas. Los científicos utilizan una combinación de datos recopilados desde el espacio, como los proporcionados por satélites especializados en la medición del campo magnético, y mediciones terrestres para mapear y monitorear la Anomalía del Atlántico Sur.

Estos esfuerzos buscan arrojar luz sobre los procesos geodinámicos y geofísicos subyacentes, y mejorar nuestra comprensión del campo magnético terrestre en esta región.

Hoy, la anomalía afecta directamente a Sudamérica, especialmente a Brasil, Argentina, Bolivia y Paraguay, donde la menor intensidad del campo magnético expone a los satélites y sistemas de navegación a altos niveles de radiación cósmica.


La mezcla de líneas de campo magnético del Sol (Foto: captura de pantalla de YouTube / NASA / Goddard).

"El desempeño del Modelo Magnético Mundial 2020 (WMM2020) se evaluó comparando su predicciones del 1 de enero de 2024 con la de un modelo más reciente inferido de los datos recopilados por los satélites Swarm de la Agencia Espacial Europea (ESA) hasta septiembre de 2023", precisan los expertos en el último informe dado a conocer a fin de 2023 sobre esta anomalía.

"En 2020, el polo de inmersión magnético norte se ha movido a una velocidad promedio de 41 km/año, y el polo sur magnético poste de inmersión a 9 km/año. Ninguno de los dos notó ningún cambio notable de dirección. Estos movimientos llevaron a cambios menores en la forma y ubicación de las zonas de bloqueo del WMM, donde la precisión de la brújula es altamente degradada", agregó el estudio.

Y concluyó: "La anomalía del Atlántico Sur, donde la intensidad del campo geomagnético es más baja, ha continuó profundizándose (aproximadamente 25 nT a nivel de la superficie) y moviéndose hacia el oeste (su centro se movió aproximadamente 20 km a nivel de superficie) en el último año. Durante el año pasado, tres tormentas geomagnéticas de fuertes a severas ocurrido, lo que llevó a efectos significativos (por ejemplo, desviaciones de declinación de más de 9 grados) pero temporales en el rendimiento del WMM, principalmente en altas latitudes geomagnéticas".


La anomalía se sitúa en gran parte de Brasil y Argentina.

De acuerdo al informe, si esta anomalía sigue debilitándose, lo más probable es que sí se vuelva un "hoyo". Esto en principio no afectará la vida en la Tierra, pero sí a los satélites que están sobrevolando, los cuales estarán expuestos a las tormentas geomagnéticas del Sol.

Estas tormentas solares se originan en las manchas solares, áreas más frías y oscuras en la superficie de nuestra estrella, donde los campos magnéticos son particularmente fuertes y retorcidos. Cuando estos campos magnéticos se reorganizan o se cruzan, liberan una gran energía en forma de erupciones solares.

Esto se dio a conocer por ejemplo cuando las partículas solares llegaron a la Tierra el 10 de mayo último y crearon una tormenta geomagnética de larga duración, alcanzando una clasificación de G5, el nivel más alto visto desde 2003. Además, el 14 de mayo, el Sol emitió una erupción solar de clase X8.7, la más grande del ciclo solar.


Cambios en el campo magnético global de la Tierra durante seis meses, medidos por la constelación de tres satélites Swarm de la Agencia Espacial Europea (Foto: ESA / DTU Space).

La última gran tormenta solar no solo iluminó el cielo con brillantes e inusuales auroras durante la segunda semana de mayo, sino que además fue tan intensa que se pudo registrar en las aguas profundas del océano.

Las brújulas magnéticas de los observatorios submarinos de Ocean Networks Canadá (ONC) registraron una distorsión temporal del campo magnético de la Tierra.

(Fuente: Infobae)