jueves, 24 de julio de 2025

Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: 40 años de "Gulp!", el comienzo de una revolución independiente

En 1985, Los Redondos debutaron con un disco que inauguró un sinuoso camino de mística e independencia musical que los convirtió en piedra angular del rock argentino.

Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: Gulp! (1985, Wormo Discos). Arte de tapa por Rocambole Cohen (Foto: captura de pantalla).

A mediados de los 80, la bruma comenzaba a disiparse en la nebulosa posdictadura, la primavera alfonsinista florecía en el pecho de los jóvenes y el camino hacia un futuro prometedor volvía, poco a poco, a emocionar a los entusiastas de la democracia. Sin embargo, un poco irónico, un poco pesimista y otro tanto desafiante -moneda corriente en la poética de su cantante y letrista, Carlos "Indio" Solari- el debut de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota abría con una singular frase en consonancia a la época: “Esta vez (¡por fin!) la prisión, te va a gustar". Aunque la dictadura había terminado, todavía quedaba algo a maltraer entre la sociedad, un mal trago que era difícil pasar por la garganta. La onomatopeya Gulp! busca dibujar ese conflicto interior.

Los Redondos ya tocaban hace varios años juntos, tras peregrinar por bares, boliches y festivales de Buenos Aires. Desde 1977 eran conocidos en el under por sus curiosas actuaciones teatrales y extra-musicales en sus shows y, desde 1982, con la grabación de sus primeros singles, empezaron a ganar popularidad.

Pero no fue hasta 1984 que pudieron costear los gastos de su primer LP grabado en los modestos estudios MIA, con Lito Vitale como ingeniero de sonido y tecladista. El resultado de esas sesiones conoció la luz de las calles el 20 de julio de 1985 (algunas fuentes apuntan al 22 de abril como otra posible fecha de publicación), convirtiendo a "Gulp!" en el primer álbum oficial de la banda.

Indio Solari y Skay Beilinson junto a La Negra Poli, manager de la banda, durante la década de los 70 (Foto: archivo Indio Solari).

Aunque siempre se mantuvieron firmes en su idea de independencia musical y discográfica, las tentaciones fueron grandes y apetitosas. Cuenta la leyenda que en una de las presentaciones de Los Redondos, en 1984, se encontraba Charly García. Luego de terminado el show, se acercó a la banda a ofrecerles producir su primer álbum, interpelado por la novedosa búsqueda musical del proyecto y reconociendo una gran proyección en ellos. En ese momento, era común que Garcia se desempeñara como productor de proyectos ajenos (sin ir más lejos, el primer disco homónimo de Los Abuelos de la Nada). Sin embargo, la negativa del conjunto ricotero fue terminante: su independencia era innegociable. 

El presupuesto limitado y la búsqueda de autenticidad hicieron que el álbum se produjera con escasos recursos, desde la producción, edición y distribución hasta el diseño gráfico. Este último estuvo a cargo de Ricardo "Rocambole" Cohen, quien realizó una primera tirada de miles de discos fabricados de forma completamente artesanal, uno por uno. La serigrafía de la tapa requirió varios intentos fallidos hasta alcanzar una estética singular, con una caligrafía trazada en plasticola.

La intención, tanto de Rocambole como de la banda, era lograr un arte llamativo y novedoso, una búsqueda común en la época para atrapar desde lo visual a los oyentes que aún no conocían al grupo. El resultado fueron portadas de distintos colores -verdes, rojas- que quedaron impregnadas en la historia por su carácter único.

El falso documento de censura contenido en la edición original de Gulp! (Foto: archivo Indio Solari).

El trabajo de guitarras de Eduardo "Skay" Beilinson y las melodías de saxo de Willy Crook -quien en ese momento tenía solo 18 años- marcaron un camino propio no sólo dentro de la expectativa musical del momento, sino también para lo que sería el sonido de Los Redondos de allí en adelante. "Gulp! es una maravilla y es algo que agradezco a los espíritus que me cuidan", diría Crook años más tarde, "porque justo cuando Los Redondos se transformaron puntualmente en una banda de rock, yo tuve la suerte de estar ahí. Felizmente intuí que ese tren iba a pasar una sola vez en la vida".

Tan disruptiva fue la intromisión de la banda en la escena argentina que hasta se autocensuraron con un comunicado apócrifo del Comité Federal de Radiodifusión (COMFER) adjunto con el disco. El documento, membretado por Presidencia de la Nación sugería a las radios y emisoras abstenerse de difundir el último track del álbum,  “Criminal mambo” por considerar su letra carente de creatividad y de sentido artístico, además de ser burda y grosera. Teniendo en cuenta que la poética del tema está compuesta por una sola frase, la advertencia del comité resulta irónicamente falsa y bizarra, pero hubo quienes sintieron verdadera preocupación por la censura explícita hacia la banda. 

Una vez publicado, Los Redondos quisieron presentar su ópera prima el 16 y 17 de agosto de 1985 en el Teatro Astros de la Ciudad de Buenos Aires. Pero Valeria Lynch, que venía haciendo una serie de shows en ese mismo escenario, sumó funciones por la alta demanda y dejó al grupo afuera de la cartelera. Finalmente, el 23 de agosto la banda pudo hacer la presentación en un mítico templo del under porteño: Cemento. Esa noche, finalmente, se completó el rompecabezas: el disco debut de Patricio Rey fue presentado en vivo y, por primera vez, tuvo lugar la legendaria e icónica misa ricotera.

Ya una obra de dominio público y parte del acervo de la cultura popular argentina, se puede escuchar completo haciendo click aquí.

(Fuente: Indie Hoy / redacción propia)