martes, 16 de diciembre de 2025

Uniformes negros, laboratorios ocultos, nombres en clave: el increíble secretismo con el que se fabricó el primer iPhone

"Podías estar trabajando en el mismo proyecto que otra persona o grupo sin saberlo. Mucho menos debatirlo o comentarlo", es el recuerdo de uno de los ingenieros que trabajó en proyecto inicial del hoy icónico dispositivo.

Steve Jobs en una presentación del primer iPhone (Foto: Apple).

¿Cómo fue trabajar en el iPhone original? La pregunta seguramente haya rondado la cabeza de todo apasionado a la tecnología: hablamos al fin y al cabo de uno de los mayores avances en el consumo tecnológico del siglo XXI. Y es una que tiene respuesta. La dio Terry Lambert, ingeniero de Apple, hace algunos años en Quora.

A mediados de la década de los 2000, Apple sabía que estaba apostando su futuro. Steve Jobs quería un dispositivo que uniera teléfono, iPod e internet en un solo objeto. Pero también sabía que si el proyecto se filtraba, la ventaja competitiva desaparecería.

Lambert formó parte del entonces llamado "Project Purple", un proyecto ultrasecreto en el que nada más era posible trabajar si uno aceptaba no sólo jornadas interminables, sino también un ambiente en el que el secretismo era absoluto. Tanto era así que Lambert, tuvo que firmar un acuerdo de confidencialidad (NDA) no ya para garantizar que no iba a contar nada de ese proyecto: lo firmó para poder conocer el nombre del proyecto clave. Ese era sólo la primera de medidas de seguridad obsesivas que lograron proteger aquel secreto hasta el final.

Lambert fue responsable cerca del 6% (en número de líneas) del código del núcleo (o kernel) de OS X según sus cálculos, lo que suponían unas 100.000 líneas de código al año, y como él mismo indicaba, ese mismo núcleo también se utiliza en iOS. Lo primero que narraba es que cuando le ofrecieron trabajar en aquel proyecto le llevaron a una zona de la sede en la que todo el mundo vestía de negro: eso ya de por sí era señal inequívoca de que se estaba trabajando en algo ultrasecreto.

Trabajar a ciegas, casi literalmente

De hecho, Lambert bromeaba indicando que si uno quería crear un disfraz de Halloween simpático en Apple, bastaba con ponerse una sábana negra, recortar un par de agujeros para los ojos e ir de "proyecto secreto". Durante aquel proyecto jamás vio el iPhone para el que estaba programando y depurando código: "Sólo pude ver la máquina que hacía la depuración de fallos remota, no el dispositivo real, pero obviamente era un sistema basado en arquitectura ARM".

El primer iPhone (Foto: Apple).

Tras firmar el NDA que le permitía conocer el nombre en clave del proyecto -y del que por supuesto no podía comentar nada con nadie, incluida su familia- acabaría trabajando en algo que ni siquiera estaba seguro de qué era, sobre todo porque Apple mantenía grupos totalmente independientes en los que se trabajaba en pequeños objetivos que no permitían saber en qué se trabajaba en conjunto.

"Otra de las cosas que hace Apple es dar nombres en clave distintos para distintos grupos. O lo que es lo mismo: podías estar trabajando en el mismo proyecto que otra persona o grupo sin saberlo. Mucho menos debatirlo o comentarlo", recuerda.

Otro ingeniero llamado Jerry Wang, que también contestaba a esa pregunta en Quora, indicaba cómo efectivamente él, que también trabajó en la documentación de aquel dispositivo y el trabajo con las operadoras que lanzaron el iPhone en Estados Unidos, no conoció el proyecto como "Project Purple", sino como "M68".

Desde ese momento tenía acceso a un "laboratorio secreto" que estaba dentro del laboratorio principal. Sólo unos pocos elegidos tenían acceso a ese laboratorio secreto, pero "nunca llegabas a ver el diseño del producto, porque cuando estabas haciendo ese trabajo inicial, todos eran prototipos de plexiglás". Un detalle curioso: Lambert confesaba cómo los cables utilizados para "hablar" con esas unidades de preproducción eran, efectivamente, de color púrpura.

(Fuente: Xataka - varios - redacción propia).