martes, 2 de diciembre de 2025

Adiós a pagar por software: alternativas gratuitas, confiables y profesionales a programas muy caros

En el mundo del software y en todos sus rubros -diseño, audio, video, ofimática, etc.- existen los que se denominan "estándares de la industria", programas clásicos ya largamente consolidados, generalmente de grandes empresas. Sin embargo, casi todos tienen un problema en común: su elevado -y en ocasiones inalcanzable- precio. Pero para cada uno de ellos existen alternativas sin costo que, inclusive, a veces los superan en funcionalidad. 

(Foto: Shutterstock).

Que un programa lleve un nombre famoso, de un desarrollador muy conocido o que tenga un precio elevado, de ninguna manera es garantía de calidad, salvo honrosas excepciones. Esta modalidad, llamada shareware o "software propietario" despierta, vaya uno a saber por qué, un cierto grado de confianza entre los usuarios. Generalmente, se puede usar el programa durante un "período de prueba" y, vencido ese plazo, deberemos comprar una licencia. 

Algunos se convierten ya en "clásicos", por tratarse de productos archipopulares y consolidados a través de muchos años. El caso más emblemático es el de Adobe y su editor de imágenes Photoshop: ¿cuántos de nosotros hemos usado la palabra "photoshopear" en lugar de "editar" cuando nos referimos a una imagen modificada digitalmente?

Sin embargo, para quienes no podemos o no queremos pagar una suma -a veces injustificada- de dinero por un programa, siempre vamos a tener la posibilidad de recurrir a su equivalente gratuito que, en muchos casos, cumple con su tarea igual o mejor que el referente. Estamos hablando aquí de programas freeware y open source. La primera modalidad indica que el software es gratis tanto para uso particular como empresarial, aunque el creador conserve sus derechos de autor, y la segunda hasta nos permite descargar el código fuente del producto y modificarlo a nuestro antojo. O sea, se convierte en un programa de dominio público.

Vamos entonces a explorar algunas de estas alternativas, con aplicaciones para desarrollar diferentes tareas, desde hogareñas y cotidianas a profesionales.

 • Alternativa a Photoshop (Adobe) y PaintShop Pro (Corel): GIMP

(Foto: captura de pantalla).

Comenzando con el recién mencionado Photoshop (hoy sólo disponible por medio de una onerosa suscripción anual) y su equivalente de otra empresa tradicional (Corel), el también reconocido PaintShop Pro (con un precio de aproximadamente 100 dólares), para editar gráficos de matriz de puntos proponemos la que desde hace años está considerada como su más potente alternativa gratuita: GIMP (siglas de "GNU Image Manipulation Program").

Soporta múltiples capas, máscaras, es expansible mediante el agregado de cientos de plugins disponibles y tiene absolutamente todas las funciones esperables en un programa de edición de imágenes profesional, pero a un costo cero. Se encuentra disponible en muchísimos idiomas -incluyendo, por supuesto, el español- y el único punto inconveniente que podríamos señalar es el de la llamada "curva de aprendizaje", o sea, el tiempo que nos lleve acostumbrarnos a manejarlo con fluidez, en este caso por su interfaz. Si bien es ordenada y personalizable, tanto el ordenamiento de los menúes como la distribución y agrupación de las paletas pueden insumirnos un poco de esfuerzo. Una vez solucionado este pequeño escollo, GIMP no tiene nada que envidiarle a sus prestigiosos y carísimos similares.

• Alternativa a Office 365 (Microsoft): LibreOffice

(Foto: captura de pantalla).

La llamada "suite de ofimática" más popular, nuestro viejo y conocido Office se ha convertido, con el correr de los años y las versiones de Windows, en un lujo que pocos se pueden dar. Para hacernos una idea, las suscripciones anuales para el uso de su conjunto de programas van desde 37.000 pesos en la versión personal hasta casi 170.000 para la versión "premium". 

Entre algunas otras, la mejor alternativa gratuita y que incluye procesador de textos, planilla de cálculos, creador de presentaciones, diseñador de diagramas y creador de bases de datos es LibreOffice. Abre y edita todos los formatos de la suite de Microsoft (incluyendo los últimos .docx y .xlsx), es multiplataforma (puede usarse bajo Windows, Mac o Linux) y su interfaz es muy similar a la de su contraparte paga. Demás está decir que se encuentra disponible en una cantidad casi abrumadora de idiomas.

• Alternativa a Illustrator (Adobe) y Draw (Corel): Inkscape

(Foto: captura de pantalla).

A diferencia de los antes mencionados en el primer punto, tanto Illustrator como Draw son editores de gráficos vectoriales, absolutamente diferentes en cuanto a su generación y manipulación con respecto a los de matriz de puntos o mapa de bits. En este rubro, Inkscape surge como la alternativa gratuita más completa para reemplazar a sus carísimos similares.

Su interfaz es clara y simple -aunque no por eso menos poderosa-, soporta capas, funciones de alpha bending, es multiplataforma e importa y exporta todos los formatos de Illustrator y Draw (.ai, .cdr, .vsd, etc). Un detalle curioso es que una gran mayoría de los usuarios que han podido hacer comparaciones, señalan que es notablemente más rápido que los dos pagos.

• Alternativa a Premiere (Adobe): Kdenlive

(Foto: captura de pantalla).

Si de software de edición de video se trata, sin dudas el primer nombre que nos viene a la cabeza es el Premiere de Adobe. Como todos los programas de la empresa y como casi todos los demás en este nicho de trabajo -el de edición de video-, son de altísimo costo, pero por suerte disponemos de varias alternativas gratuitas. La que recomendamos desde este espacio es Kdenlive, igualmente poderoso y repleto de funciones.

Soporta edición multipista ilimitada tanto de video como de audio, efectos animables, transiciones, edición de video 4K y un abanico de recursos y características que sería tedioso enumerar aquí.

Su interfaz es muy similar a la mayoría de las de los programas de edición de video, personalizable mediante el uso de "pieles", se encuentra disponible en los principales idiomas y es de código abierto.

• Alternativa a 3D Studio (Autodesk): Blender

(Foto: captura de pantalla).

En el caso de diseño, modelado y animación 3D (otro rubro en el cual el software suele ser impagable), el nombre casi excluyente y más popular es el de un viejo conocido: 3D Studio, de la empresa Autodesk. Lo que no es popular es su precio: la licencia anual anda cerca de los 100.000 pesos.

Blender surge como la alternativa gratuita más poderosa, con una completa y prolija interfaz, importación y exportación de los formatos de archivos 3D más habituales y -algo importante- una comunidad de usuarios de todo el planeta muy activa y solidaria.

• Alternativa a InDesign (Adobe): Scribus

(Foto: captura de pantalla).

Vamos a meternos en un rubro bastante específico: el de la maquetación y diseño para creación de medios impresos y digitales, como ser revistas, libros, folletos, etc. En este nicho, InDesign de Adobe es el nombre líder en el mercado aunque, tratándose de esta empresa, la barrera a veces infranqueable para el usuario es (otra vez) su precio. 

Scribus es una alternativa igual de versátil y poderosa, multiplataforma, con soporte para colores CMYK, gestión de color  ICC y un completo set de herramientas de dibujo vectorial. También ofrece control sobre la disposición de las páginas, opciones de formato de texto, manipulación de objetos, y creación de tablas, entre una innumerable cantidad de opciones.

• Aternativa a ProTools (Avid) y Cubase (Steinberg): Reaper

(Foto: captura de pantalla).

Sea para hacer música en nuestra casa como para trabajar profesionalmente en un estudio, los editores de audio multipista son, también, piezas de software de un precio que, en la mayoría de los casos, no se justifica pagar. Miles de estudios profesionales de todo el mundo cuentan con herramientas como ProTools o Cubase, dos de las más usadas, pero hay un nombre para reemplazarlas que viene haciendose lugar a gran velocidad: Reaper.

Su modalidad de licencia es bastante curiosa: no es freeware (de hecho, su precio es de 60 dólares), pero la compra de la licencia es opcional. O sea, aunque no paguemos, vamos a poder seguir utilizando el programa indefinidamente y sin ningún tipo de restricción en cuanto a su funcionalidad.

Funciona bajo Mac, Linux y Windows, desde el viejo y noble XP hasta el actual 11, en 64 o 32 bits; el instalador pesa solamente unos absurdos 15 Mb, y una vez abierto corre ágil y sin problemas. 
Su interfaz es agradable, clara, en español y todos los idiomas existentes, modificable mediante el uso de  "pieles" según la preferencia estética de cada uno. Es compatible con todos los plugins VST2, VST3 y DX existentes. Soporta todos los formatos de audio, en cualquier profundidad de bits y frecuencia de muestreo.

Tiene excelente soporte técnico, detallados y didácticos manuales en varios idiomas incluyendo, por supuesto, el español.

(Fuente: varios / redacción propia)