La Galería Del Infinito porteña (Av. Quintana 325, CABA) presenta "Nuevo Mundo", una exposición que recorre el camino previo de los dos artistas en Europa en los primeros años del siglo XX, ante de regresar y cambiarlo todo con su vanguardia. El acceso a la muestra es libre y gratuito.
Xul Solar y Pettoruti, en un portal hacia la histórica revolución del arte argentino, en Galería Del Infinito (Foto: prensa Galería Del Infinito).
En 1916, Xul Solar cruza raudo una calle de Florencia, Italia, en dirección a un bar poblado de personas, donde Emilio Pettoruti se tomaba un descanso.
- ¿Usted es Pettoruti?- pregunta Xul.
- Sí, ¿quién es usted?
- Alejandro Xul Solar.
- ¿Y cómo es posible que sepa quién soy y no otra persona?, ¿cómo me encontró?
- Me guiaron mis pasos y usted no podía ser otro.
Palabras más, palabras menos, ese es el comienzo de una de las grandes amistades de la historia del arte argentino. Una relación de la que surgió una muestra icónica, además, como si fuera poco, la de Pettoruti en las galerías Witcomb en 1924, de la que se cumplió un siglo, y que generó en su época tal escándalo que unos años después en los periódicos y revistas detractores y defensores continuaban su enfrentamiento verbal y que, en aquella tarde del 13 de octubre, llegó a los golpes que sólo se detuvieron bajo la intervención policial.
Xul y Pettoruti regresaron a la Argentina aquel ‘24, luego de deambular por Europa, conocer vanguardias, realizar obras, en un viaje que "habían planeando durante mucho tiempo, de hecho, hay cartas desde el '18 en las que empiezan a decir 'volvamos, volvamos, le damos pelea'", cuenta Javier Villa, curador de la muestra "Nuevo Mundo", en Galería Del Infinito.
"Farfalla", de Pettoruti (Foto: prensa Galería Del Infinito).
En tono con la efeméride modernista, la exposición invita a los espectadores a realizar aquel periplo europeo a través de obras, algunas nunca vistas, y textos, previo al gran y escandaloso desembarco, en una especie de "coming-of-age" en en el que se van desenvolviendo los elementos que integrarían lo más reconocible de su lenguaje artístico.
"Buscamos dar una visión integral de un montón de conceptos de ambos. Se ven obras que normalmente tampoco salen del Pan Klub y la Fundacion Pettoruti, quienes fueron muy generosos con nosotros", comenta Julián Mizrahi, director del espacio. Y agrega: "Es una muestra muy atípica y nos parecía importante mostrar ciertas cosas, que si bien no son todas de esa época, construyen sus carreras".
Es una muestra necesaria, tanto para los que aman lo contemporáneo como para los que tienen su corazón moderno, que le hace más que justicia al centenario. La selección preciosista que, en los 140 m² del espacio, se distribuyen marcando bloques temáticos, en una suerte de puesta boutique minimalista, con los trabajos esenciales para capturar el espíritu de época, y que dejan de lado lo más conocido, lo primero que viene a la mente cuando se piensa en la dupla.
Se construye así una mirada alternativa y original, que evita los lugares comunes pero en la que se ven los guiños, los destellos, generando una viaje cautivante al interior de dos artistas que patearon con sus formas el tablero del arte nacional. Así, el trabajo de selección y presentación es museístico.
La puesta abre con un autorretrato y un retrato de Xul, ambos hechos por Pettoruti en el '17 (Foto: prensa Galería Del Infinito).
La puesta abre con un autorretrato y un retrato de Xul, ambos hechos por Pettoruti en el '17, y una pequeña obra de Xul, en la que se observan dos barquitos, dos destinos que se encontrarán en ese "nuevo mundo", así como textuales de ambos, que matizan todo el recorrido.
"Ellos comparten muchas ciudades, se quedan un tiempo, se separan, se reencuentran. Comparten incluso unas vacaciones en Zoagli, Italia, en la casa de una tía de Xul" dice Villa. Y agrega: "Y siempre planeando esa vuelta juntos para exponer, pero finalmente Xul se echa atrás, no se sabe porqué, y Pettoruti me parece que, en su autobiografía, no lo quiere decir, pero sugiere como que no estaba seguro".
Marcan el itinerario unos telones semi diáfanos que juegan con la idea de los laberintos de Xul en un punto y también ciertas ideas de Pettoruti, sobre todo cuando elabora mucho con planos más translúcidos para trabajar la luz y, a su vez, las veladuras permiten que todas las obras ingresen en un diálogo desde cualquier ángulo.
Una selección de pequeñas obras como artistas callejeros en las calles europeas (Foto: prensa Galería Del Infinito).
Ese juntos a la par se observa inmediatamente, incluso cuando aún no se conocían, con una selección de pequeñas obras como artistas callejeros en las calles europeas, algunos de Xul del '13, y otros, de los mismos paisajes que compartieron durante unas vacaciones que compartieron en el '16, en los que ya empieza a despuntar ciertas características del lenguaje posterior.
El siguiente espacio, al que el curador considera "del quiebre", se puede ver la influencia que tuvo en Pettoruti el haber observado una muestra de futurismo italiano en Florencia. "Ahí la cabeza le hace crack, y a diferencia de los italianos él representa la energía, la velocidad, el movimiento, a través de dibujos que son abstracción pura, pocos años después de Kandinsky, y no a través de la figuración en la que repetían varias veces una pierna o una rueda para expresar la idea".
Con respecto a Xul, sostiene, que "su verdadero quiebre se produjo en el '24, cuando conoce a Alister Crowley. Ya se habían cruzado antes, pero en ese año él se inicia en todo lo que es el Grupo hermético gnóstico de Crowley, quien le enseña las técnicas de meditación a partir de los símbolos que Xul tomará para toda su vida a través del I Ching. De allí saca los signos para sus visiones, que transforma en un portal que atraviesa para llegar al viaje en el plano astral".
Dibujos futuristas de Pettoruti y el "Rezue" de Xul (Foto: prensa Galería Del Infinito).
Varias obras de la serie "Man plantas", de Xul (Foto: prensa Galería Del Infinito).
Otra de las rarezas son las pinturas de "Man plantas", "Man trees" o "Androdendros" de Xul, jamás mostradas en el país, de "la época no sólo de las plantas, sino también de los Ángeles de las ofrendas, esos seres que entregan su corazón, y a los que se los puede mirar desde un plano contemporáneo del especismo con elementos simbióticos".
También se presenta "el primer 'Pan tree' "que aparece en el catálogo razonado cronológicamente, que es el '51", de los que al final de su vida realizó alrededor de 100, que es, simplifica Villa, "como el árbol de la vida de la Cábala, al que transforma en su propio sistema astrológico".
Casi enfrentadas se encuentran las dos obras más grandes de la muestra. Por un lado, "Farfalla" (Mariposa) y "7 Rishis" (7 reyes). En la primera serie, Pettoruti se aleja de los temas urbanos que marcaron gran parte de su carrera en Argentina, como los músicos y arlequines, para regresar a la abstracción y encontrar inspiración en la naturaleza.
La extraña "7 Rishis" se presenta como un portal hacia lo espiritual (Foto: prensa Galería Del Infinito).
Por otro lado, "7 Rishis", se presenta como un portal hacia lo espiritual. A diferencia de "Rezue", que ilustra un método de meditación personal, ésta enorme obra -que no se asociaciaría a priori con el artista- se centra en la meditación colectiva de los siete sabios del hinduismo y su conexión con el Ser Supremo.
La desconcertante pintura, explican, podría haber sido concebida para un grupo dedicado a la meditación o una orden hermética, sugiriendo un proceso de separación del plano astral de los cuerpos materiales de los sabios. Así, ambas obras, aunque diferentes en su enfoque y ejecución, comparten la idea de un portal hacia nuevas dimensiones de percepción y comprensión.
Dentro de lo más reconocible de Xul, pero no por eso menos extraño, se encuentra el primer paisaje realizado en torno al Tigre, realizado en el '22 en Europa. "Él era de San Fernando, así que el paisaje del Tigre era algo típico de su infancia. Los artistas, como se unieron, también se separaron casi al mismo tiempo. En '53, Pettoruti regresa a París, donde muere en el '71, mientras que en el '54, Xul compra su casa en el delta y comienza con el famoso proyecto de fachadas, de los que hizo más de 200 obras".
Uno de los temas que atraviesa toda la muestra es el regreso a los bosques por parte de los dos. Desde aquellas "obritas" hechas para ganar unas monedas de los peatones, pasando por los "Man tree", o por unas obras de Pettoruti, que va de la figuración a la abstracción con la naturaleza platense como eje, hasta el último proyecto de Xul, inacabado en vida, la creación de un bosque propio, que fue llevado adelante por su esposa, Lita.
En "Witcomb - Bar" se recrea la histórica muestra del '24 (Foto: prensa Galería Del Infinito).
"En el '17, en Europa, Pettoruti pinta un bosque de La Plata. De hecho él dice 'los colores y las formas que tuve cuando niño las llevé conmigo por donde quiera que fuesen mis pasos y están en mis telas'. En ese momento él iba y venía de la abstracción a la figuración, pintaba distintos bosques en simultáneo”, retoma Villa.
Por su parte, cuando Xul fallece en el '63, deseaba plantar un bosque alrededor de Li-Tao, que finalmente lo llevarían adelante Lita y un grupo de amigos, y que en la exposición se corporiza a través de un slide de fotografías en los que se observa el crecimiento forestal.
La última parada de la muestra es el "Witcomb - Bar". "Nuestra idea primero era rehacer la muestra del ‘24, pero era imposible por la gran cantidad de obras que están en los museos de todo el mundo. Entonces, decidimos construir este camino de sus obras previas y reconstruir la exposición de Witcomb a partir del archivo de Pettoruti, mediante las fichas técnicas de las obras que se sabe que estuvieron allí, en las que él hacía anotaciones a mano", dice Mizrahi.
El nombre completo de la muestra es "Nuevo mundo. Emilio Pettoruti y Xul Solar. A un siglo de la primera irrupción de la vanguardia en Argentina", y es una oportunidad imperdible para conocer la historia de vida y el arte de estos dos grandes artistas argentinos.
(Fuente: Infobae)