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lunes, 21 de octubre de 2024

Publican por primera vez en español los "Libros Negros" de Carl Jung: la confrontación con el inconsciente

Los siete volúmenes que contienen el registro de visiones y sueños de uno de los grandes hombres del psicoanálisis, permiten comprender en profundidad el sentido de sus experiencias visionarias.

Editorial El Hilo de Ariadna lanza "Los Libros Negros" en español (Foto: Alejandro Guyot).

En octubre de 1913, el psicólogo suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) tuvo en tres oportunidades inquietantes visiones de gran parte de Europa devastada por un diluvio de muerte y sangre que, sin embargo, no afectaba a Suiza, pues sus montañas se elevaban a modo de dique de contención. El ya renombrado Jung temió que se tratara del prólogo de un brote esquizofrénico, pues en aquel entonces era difícil prever que en julio de 1914 estallaría la Primera Guerra Mundial, declarada oficialmente el 1 de agosto de ese mismo año.

No obstante, en esa oportunidad Jung no se limitó a calificar a sus visiones de meramente "premonitorias", sino que comprendió que la cultura y la historia se gestan en la profundidad de cada uno de los seres humanos, aunque ello no se advierta. Éste es quizás el primer mensaje de toda la obra junguiana, el cuidado de sí, de un "sí" que en buena medida desconocemos y cuya debida atención es condición necesaria para el cuidado de la humanidad y del mundo. Pero esta conclusión es el resultado de una lenta maduración que nace fundamentalmente de las experiencias sobrecogedoras, posteriores a las antes mencionadas, que Jung decidió registrar en unas libretas de tapas negras, acompañadas de algunas reflexiones, ahora publicada por la Editorial El Hilo de Ariadna por primera vez en castellano bajo el título "Los Libros Negros".

Se trata de siete volúmenes. El primero contiene un estudio preliminar de Sonu Shamdasani y el resto los respectivos facsímiles en escala uno a uno, del manuscrito alemán con la traducción directa a nuestra lengua, supervisada por Bernardo Nante y llevada a cabo por Laura Carugati, Romina Scheuschner y Gastón Rossi. Estos volúmens no son, en sentido estricto, un "diario", sino lo que antiguamente se denominaba un "noctario", es decir, el registro de visiones y algunos sueños, en algunos casos acompañados de reflexiones.

"Los Libros Negros" registran las experiencias iniciales que completan "El Libro Rojo" (Foto: Alejandro Guyot).

Desde el punto de vista de la obra junguiana como tal, por un lado, "Los Libros Negros" completan a "El Libro Rojo", pues Jung anotó inicialmente sus experiencias con lo inconsciente en éste y no llegó a copiarlas todas. Los negros comienzan el 12 de noviembre de 1913 y terminan el 15 de diciembre de 1932, mientras que el texto del rojo se inicia en la misma fecha y finaliza el 6 de junio de 1916, aunque contiene numerosas imágenes posteriores que llegan a fines de la década del veinte. Mientras que "Los Libros Negros" registran las experiencias, "El Libro Rojo" las retoma y realiza una elaboración simbólica e imaginativa, aunque nunca "teoriza" en el sentido estricto de la palabra.

Con la publicación de esta obra tenemos un documento único, en varios sentidos de la palabra. Por lo pronto, al complementar y completar el texto rojo, permite comprender un poco más cuál fue el sentido de esa serie de experiencias visionarias que están imbricadas por hilos misteriosos, pero que deben ser abordadas en su conjunto. La lectura de estos textos es, en principio, una experiencia sacra, que no compite con ninguna confesión, pero que toca fondos insondables del alma. Por otra parte, estas obras constituyen el meollo oculto de toda la obra teórica de Jung, tanto de su psicología científica, como de sus propuestas psicoterapéuticas.

Jung, basado en su gran formación cultural y académica, intentó recrear en un lenguaje audaz, pero hasta cierto punto aceptable para la comunidad científica, aquellas experiencias cruciales que también en parte pudo constatar en muchos de sus pacientes y, por cierto, en un sinnúmero de tradiciones míticas y espirituales. En todo caso es fundamental insistir que Jung no propone recetas ni doctrinas, solamente comparte confrontaciones con lo inconsciente y modos de abordarlo para que cada uno, si su anhelo se lo indica, haga su propia experiencia.

La obra no ofrece un sistema y, por ende, sino una experiencia única, sorprendente, paradójica de su lectura. En efecto, la propia alma le advierte a Jung: "Cuidado con cada sistema. Los sistemas son errores de largo aliento". El alma en cierto momento se presenta como triple: una parte es serpentina y se conecta con lo oscuro y demoníaco, otra parte opuesta es celeste con forma de ave, se conecta con lo luminoso y, finalmente, la tercera parte corresponde al yo y es "humana". Vale la pena saborear el misterioso pasaje en el que el alma le enseña su propia condición triple al mismo "yo": "Si no estoy conjugado a través de la unión de lo Bajo y lo Alto, me divido en tres partes: la serpiente y vago en esa o en otra forma animal: viviendo la naturaleza demoníacamente, suscitando miedo y deseo. El alma humana viviendo por siempre en ti. El alma celeste como tal morando con los Dioses, lejos de ti e ignorada por ti, apareciendo en la forma de un ave. Entonces cada una de estas tres partes son independientes".

Los escritos sugieren una mayor interconexión humana para un sentido renovado (Foto: Alejandro Guyot).

Esta condición -por así decirlo- "mercurial" del alma le permite al yo acceder a escenas inesperadas y a conectarse con otros personajes ignotos que van entretejiendo una trama singular que transforma al "yo", tornándolo polifónico. Fanes, el Dios luminoso o el rostro luminoso de Dios le dice al "yo" de Jung "La voz una de todos los seres habla en ti". El alma da cuenta de toda la oscuridad que se anida en la interioridad y que es un correlato del mal en el mundo. Pero, asimismo, se va advirtiendo cómo estas tomas de consciencia a través de un recorrido caleidoscópico hacen que se vaya configurando una nueva imagen de Dios en el seno del individuo. Esto se evidencia cuanto más se está en "sí mismo" y no en el mero "yo". "Tú eres en Dios, cuando tú eres en ti mismo". Pero esto no significa un encerramiento subjetivo, sino que la comunidad de seres visibles e invisibles también está presente en nuestra interioridad, de manera tal que el renacimiento de la imagen de Dios responde a esa "muerte de Dios" anticipada entre otros por el filósofo Friedrich Nietzsche.

Por ello esta "nueva religión", que no reemplaza las confesiones es, en realidad, una religiosidad renovada que destaca una vocación profunda de nuestra psique abocada a rescatar el sentido y que remarca la necesidad de una mayor interrelacionalidad entre todos los seres humanos. Es así que esta obra centenaria de algún modo hoy cobra una vigencia mayor que en su época. En un mundo en donde a menudo predomina el utilitarismo y una racionalidad científica puesta al servicio de la codicia, estas obras no ofrecen una respuesta moralista, no proponen una nueva ideología, ni invitan a un sincretismo irracional.

De alguna manera dan a entender que el ser humano, en realidad cada ser humano, está llamado a cultivar su interioridad y, de este modo, a colaborar con el renacimiento de un sentido que, sin negar lo útil y lo racional, orienta a la humanidad y colabora con la gestación de una nueva imagen de Dios o de una totalidad que también abraza la materia, lo femenino y el mal. El ser humano es una suerte de canal entre lo indiferenciado y lo diferenciado, lo infinito y lo finito. A través del alma que recibe el corazón del individuo, éste último se une primero a lo divino manifestado oscuramente y luego asciende luminosamente. Esta misión es condición necesaria para la pacificación de todos los seres y la orientación de una humanidad en crisis. Tal parece ser la vocación de esta época. "Cada era del mundo", leemos en Los Libros Negros, "tiene algo que conocer por encima de todo, y algo que no le está permitido conocer por encima de todo".

(Fuente: Bernardo Nante / Infobae)

viernes, 15 de diciembre de 2023

Los ocho tipos de personalidad de Jung en los que te podés encontrar

 

Se cumplen 140 años del nacimiento del psicólogo Carl Gustav Jung.

Todos nos sentimos únicos en cierta forma, con personalidades diferenciadas de los demás. "Yo soy irrepetible", dicen los presuntuosos; "Yo, un bicho raro", replican los que están más bajos de autoestima.

Es difícil saber cuán original es uno, pero si no te identificas con ninguno de los ocho tipos de personalidad que describió el doctor Carl Gustav Jung, quizás puede que en verdad hayas roto el molde al nacer y seas verdaderamente genuino.


Carl Gustav Jung fundó la psicología analítica.

Es un buen momento para comprobarlo, ya que este domingo 26 de julio se cumplen 140 años del nacimiento del psicólogo y psiquiatra suizo (1875-1961), una de las figuras clave del psicoanálisis y un influyente ensayista que fundó la psicología analítica, también llamada de los complejos o psicología profunda.

Jung empezó a reflexionar sobre los tipos de personalidades en el Hospital Psiquiátrico Universitario Burghölzli de Zürich, uno de los más importantes del momento, que entonces estaba dirigido por Eugen Bleuler, pionero en ese momento en la investigación sobre la esquizofrenia.

Sigmund Freud y Jung conectaron inmediatamente. Después su relación se deterioró.

Pero el hombre que significó un antes y un después para él fue el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, al que conoció en 1907.

En su primer encuentro, maestro y discípulo quedaron inmediatamente cautivados el uno por el otro. Se dice que su primera conversación duró 13 horas.

Jung estaba impresionado por el concepto de Freud de la represión de las ideas y deseos en el inconsciente como mecanismo de defensa y por sus teorías de interpretación de los sueños.

Sin embargo, el encanto no duró. En 1913 rompieron su colaboración por las diferencias de Jung sobre la importancia del trauma sexual en ese concepto de represión.

A partir de 1916 comenzó la formulación de sus conceptos sobre la estructura del inconsciente, dejando una vasta obra, como explica la Asociación Internacional de Psicología Analítica.

Los tipos de personalidad

De sus teorías han quedado conceptos de uso común como inconsciente colectivo, arquetipos, los complejos… conceptos usados no sólo por la gente común, sino tenidos en cuenta por literatos, artistas y filósofos para desarrollar sus obras

Pero uno de los legados más importante en psicología son los estudios de la personalidad.

¿Han oído alguna vez los conceptos de introvertido o extrovertido?

Fueron acuñados por Jung y abren la puerta a su teoría de los tipos de personalidad, junto a las funciones racionales del ser humano (pensar y sentir) y las irracionales (percibir e intuir).

Jung dividió el mundo entre introvertidos y extrovertidos.

A saber, los primeros son tímidos, se retraen de la compañía; Jung pensaba que dirigían su atención y su "líbido" (energía) al interior, hacia sus propios pensamientos y estados internos, según explica Susan C.Cloninger, profesora y doctora en psicología por la Universidad de Michigan en su libro Teorías de la personalidad.

Y los extrovertidos son sociales, dirigen su energía hacia la gente "y las experiencias del mundo".

Desde esas premisas se constituyen los ocho tipos de personalidad de Jung:

  • Pensamiento-introvertido

Interesado en las ideas en lugar de los hechos, le importa la realidad interior y pone poca atención en las personas, según explica Cloninger.

"Es muy terco y tenaz para defender y llevar a cabo sus ideas, pero a la vez es influenciable y explotable fácilmente, porque no percibe las intenciones ajenas por la poca relevancia que da a lo externo", dice de este tipo el psicólogo Rafael Navarro en un trabajo de la Universidad de Valencia.

  • Sentimental-introvertido

Es un tipo de persona ligeramente reservada, pero simpática y comprensiva con los amigos cercanos u otros que lo necesiten. "Es amoroso pero no demostrativo" de esa condición.

"Se percibe callada, inaccesible, difícil de comprender y melancólica", explica Navarro.

  • Sensación- introvertido

Pone énfasis en la experiencia subjetiva, en lugar de los hechos por sí mismos. Se nutren de sus impresiones sensoriales y viven inmersos en sus sensaciones internas. "Es un perfil típico de músicos y artistas", opina Cloninger. Pueden vivir en un mundo irreal.

  • Intuición- introvertido

Está interesado con las posibilidades futuras más que en lo que actualmente está presente. Está en contacto con su inconsciente. Son soñadores.

  • Pensamiento-extrovertido

Es un individuo interesado fundamentalmente en los hechos y a partir de ahí elabora sus teorías. Reprime la emoción y los sentimientos. Descuida a los amigos y a sus relaciones sentimentales.

"El tipo reflexivo extravertido no solo se subordina a su fórmula para tomar decisiones, sino que pretende que lo hagan así, por su propio bien, cuantos le rodean", escribió Jung.

  • Sentimiento-extrovertido

Perfil muy interesado en las relaciones humanas, se ajusta al ambiente social. Jung consideraba que se da con frecuencia en las mujeres: "Es amado el hombre que conviene y no otro", escribió Jung.

"Su actividad intelectual está restringida a lo que sienten", opina el psicólogo de la Universidad de Valencia.

  • Sensación-extrovertido

Pone énfasis en las percepciones que le provocan las realidades tangibles. "Manifiesta una tendencia acusada a la búsqueda del placer", explica Cloninger.

"Es un tipo que necesita cambiar de estímulos constantemente y atribuye un valor incluso mágico a los objetos de una forma inconsciente", opina Navarro.

  • Intuición-extrovertido

Aventurero. Su interés por una cuestión permanece hasta que consigue el objetivo, luego necesita nuevas perspectivas.

Tiende a entusiasmar a otros en sus proyectos y suelen ser carismáticos.

"La moralidad del intuitivo no es intelectual ni sentimental. Tiene su moral propia, que es la fidelidad a su intuición y el sometimiento voluntario a su fuerza. Es escasa su consideración por lo que se refiere al bienestar de los que lo rodean", explicó Jung en su obra.

Estos tipos de personalidad de Jung son el fundamento de los importantes test Myers-Briggs, que se utilizan en terapias para ayudar a una persona a identificar algunas de sus preferencias personales más importantes, explicó a la BBC el filósofo Mark Vernon.

La Psicología Analítica de Jung y sus aportes a la psicoterapia

Carl Jung y la psicología analítica: "Cuando tienes miedo quedas petrificado y mueres antes de tiempo".

Jung recibió a la BBC en su casa de Zúrich. Fue una de las últimas entrevistas de su vida.

En 1959, Carl Jung era el psicólogo más famoso del mundo. A sus 84 años, pasaba su retiro en su casa de toda la vida, junto al lago de Zúrich, cerca de sus 19 nietos y ocho bisnietos.

"Vienen a la casa a jugar y se llevan hasta mis sombreros", bromeó la eminencia médica suiza durante una entrevista íntima que le realizó en su hogar el popular programa de televisión de la BBC "Face to Face" (Cara a cara).

Jung respondió las preguntas que le hizo el presentador británico John Freeman en la que resultaría ser la última entrevista que le realizó la BBC. Casi 20 meses más tarde, el prestigioso fundador de la psicología analítica falleció luego de una breve enfermedad.

Aquí hacemos un repaso de esa histórica entrevista en la que Jung habló sobre su carrera, su relación con Sigmund Freud y su visión sobre la muerte, que estaba próxima.

También reveló un dato sorpresivo: si hubiera podido elegir, se hubiera dedicado a otra profesión completamente diferente.

"Yo en realidad quería ser arqueólogo", confesó. "Pero no tenía el dinero suficiente para seguir esa carrera".

Jung se había criado cerca de Basilea y su familia -encabezada por su padre, un pastor luterano- no tenía los recursos económicos para enviarlo a estudiar más allá de la universidad local, donde no enseñaban esa disciplina.

La medicina ni siquiera fue su plan B. "Mi segundo amor era la naturaleza", contó, "en particular la zoología".

Jung estudió medicina en Basilea, luego de descartar sus dos opciones preferidas.

Se inscribió en la Facultad de Ciencias Naturales. "Pero pronto me di cuenta de que si seguía esa carrera, mi destino sería ser maestro de escuela, porque no tenía dinero, y eso no cumplía con mis expectativas", declaró.

Fue así que la medicina resultó ser "una elección oportunista".

"Recordé que mi abuelo había sido médico y sabía que si estudiaba medicina tendría la oportunidad de estudiar Ciencias Naturales. Además, un médico puede desarrollarse, tener un consultorio y elegir su especialidad y tendría mejores perspectivas que siendo un maestro", agregó.

"Hacer algo útil con seres humanos me resultaba atractivo".

El vuelco hacia la psicología también se dio por casualidad

"Ya había acordado trabajar como asistente de uno de mis profesores y estaba estudiando para mis finales cuando me crucé con un libro sobre psiquiatría. Hasta ese momento, jamás le había prestado atención porque en esa época nuestra profesión no era particularmente interesante", recordó.

"Nomás con leer la introducción al libro, que planteaba que la psicosis era una inadaptación de la personalidad, le dio en el clavo. En ese momento pensé: 'Tengo que convertirme en un alienista'", señaló, utilizando el término con el que se llamaba a comienzos del siglo XX a los psicólogos que trataban a las personas con enfermedades mentales (los "alienados").

Fue amor a primera vista: "Mi corazón latía alocadamente en ese momento y cuando le dije a mi profesor que no sería su asistente y que estudiaría psiquiatría, él no lo entendió y mis amigos tampoco, porque en ese momento la psiquiatría no era nada".

Sigmund Freud

El hito siguiente en su carrera fue conocer a Freud.

Freud (izq.) y Jung (der.) en un Congreso Internacional de Psicoanálisis en Alemania en 1911.

"Había leído muchos de sus textos pero recién lo conocí personalmente en 1907", contó.

Jung le había enviado al famoso austríaco un libro que escribió sobre esquizofrenia. Luego viajó a Viena a reunirse con él.

"Tuvimos conversaciones largas y penetrantes, y eso lo selló", contó sobre la histórica colaboración entre ambos.

Jung contó que rápidamente se hicieron amigos. "Él me caía muy bien, pero pronto descubrí que cuando él tenía un pensamiento sobre algo era inamovible, mientras que yo dudaba todo a lo largo", describió sobre sus diferencias.

"Era imposible discutir algo a fondo con él. Freud no tenía educación filosófica -yo estudiaba a Kant y estaba fascinado- y eso estaba alejado de Freud. Así que desde el comienzo había una discrepancia", confió, explicando las diferencias que eventualmente llevarían a una ruptura de la relación.

Jung contó que darse cuenta de las diferencias de carácter que tenía con su mentor lo llevaron eventualmente a realizar su famosa investigación sobre tipos de personalidades psicológicas.

(Relacionado: Los ocho tipos de personalidad de Jung en los que te podés encontrar)

También reveló que él y Freud analizaban sus sueños mutuamente. Pero se negó a hablar sobre las características de los sueños de su excolega y amigo, quien había fallecido en 1939.

"Es indiscreto preguntarlo, existe el secreto profesional que dura más allá de la vida de la persona", se excusó.

Freud -que falleció en 1939- y Jung se distanciaron a causa de sus diferencias profesionales.

¿Qué marcó su ruptura?

"La causa última fue la publicación de mi libro 'La psicología del inconsciente'", señaló.

"Yo no estaba de acuerdo con muchas de sus ideas. Sobre todo con su abordaje puramente personal y su desestimación del las condiciones históricas del hombre", dijo.

La famosa teoría de Jung postula que existe un "inconsciente colectivo" que es anterior al inconsciente individual, algo en lo que discrepaba con Freud.

"Somos el origen de todo mal"

En los años 30, Jung fue uno de los pensadores que advirtió que iba a desencadenarse una Segunda Guerra Mundial. En medio de la tensión que se vivía en 1957 a causa de la Guerra Fría, Freeman le consultó si creía que iba a haber una Tercera Guerra Mundial.

"No tengo indicios definitivos al respecto", respondió, pero advirtió que los sueños de sus pacientes estaban repletos de temor.

También vaticinó -correctamente- que las actitudes hacia la psicología cambiarían.

Jung creía que había que entender mejor la psique humana porque "somos el origen de todo mal".

"Necesitamos más psicología, necesitamos más entendimiento de la naturaleza humana, porque el único verdadero peligro que existe es el hombre mismo y somos penosamente ignorantes de ello", dijo.

"La psique del hombre debería ser estudiada porque nosotros somos el origen de todo mal", declaró.

Por último, Jung habló sobre la muerte, un evento que siempre consideró tan importante desde el punto de vista psicológico como el nacimiento.

La hipótesis del padre de la psicología analítica es que a la muerte hay que considerarla como una meta y que evitarla es evadir la vida y su propósito.

"¿Qué consejo tiene para las personas que están al final de sus vidas y consideran que la muerte es el final de todo?", le preguntó Freeman al experto de 84 años.

"He tratado a muchas personas de edad y es muy interesante ver qué hacen sus inconscientes con el hecho de que aparentemente están amenazadas con el final absoluto: lo ignoran completamente", aseguró.

"La vida se comporta como si fuera a continuar. Así que yo creo que es mejor para las personas mayores que sigan viviendo, que esperen la llegada del próximo día como si fueran a vivir por siglos", aconsejó.

Con sus 84 años Jung creía que había que seguir como si uno fuera a vivir "por siglos".

"Así vivirán adecuadamente", dijo.

"Pero cuando tienes miedo, cuando en vez de mirar para adelante miras para atrás, quedas petrificado y mueres antes de tiempo", advirtió.

"Es obvio que todos moriremos y que este es el triste final de todo, pero a pesar de ello hay algo en nosotros que aparentemente no lo cree".

Él mismo fallecería 18 meses más tarde en su casa junto al lago.

Lectura relacionada: "La Psicología Analítica de Jung y sus aportes a la psicoterapia", de Juan Carlos Alonso G. (hacé click aquí para leer el texto completo en PDF).