Las primeras bibliotecas son casi tan antiguas como la aparición de la escritura en las civilizaciones antiguas. Ya sea en forma de papiros, pergaminos, tablas de arcilla o más tarde los libros, la humanidad ha tenido la necesidad de almacenar toda esta documentación, obras científicas y literarias en un lugar donde pudieran ser consultadas e incluso compartidas, en ocasiones, con una comunidad.
Así nacen tanto las grandes bibliotecas del mundo antiguo como sus versiones más modernas, que a día de hoy podemos encontrar en casi cualquier ciudad, barrios y universidades.
Durante la Edad Antigua, las primeras civilizaciones se desarrollaron de tal forma que su importante legado es parte de nuestras sociedades actuales. Las bibliotecas, como centro documental, son parte de esta herencia cultural y han permitido que el conocimiento trascienda el paso del tiempo, para que a día de hoy podamos estudiar la evolución de la humanidad.
Casi todos los grandes imperios de la antigüedad construyeron sus propias bibliotecas: Babilonia, Roma, Grecia, Egipto o Bizancio, entre otros. Algunas de estas grandes edificaciones todavía están en uso en la actualidad, mientras que otras han sido redescubiertas por los arqueólogos a lo largo de la historia, habiendo sido destruidas por motivos principalmente bélicos o religiosos.
Sin más, vamos a la lista:
Biblioteca de Alejandría

Tolomeo Soter construyendo el museo de Alejandría, que contenía la famosa biblioteca (Roger Viollet/Cordon Press).
Con este motivo nace esta mítica biblioteca, cuyos años exactos tanto de construcción como de destrucción no se han podido confirmar. La versión más popular cuenta que fue destruida por Julio César en un incendio, pero la realidad es que los historiadores barajan, por lo menos, otras 3 posibilidades distintas.
La Biblioteca estaba integrada dentro del Museo y el Palacio de los Ptolomeos, sin tener su propio edificio. Su objetivo era el de obtener los textos de mayor calidad de los autores más destacados.
Biblioteca de Pérgamo

La Dinastía Atálida mostraba gran interés por la cultura y, entre otras cosas, la bibliografía. Este hecho los llevó a coleccionar más de 200.000 títulos y su biblioteca fue reconocida como la segunda más relevante del mundo antiguo.
Sirvió como centro de estudio e impulsó el auge cultural de la ciudad.
Biblioteca Ugarit

La ciudad de Ugarit en el siglo III a.C., actual Ras Shamra, ubicada en territorio sirio. Su biblioteca albergó manuscritos con escrituras antiguas (Georg Herster/Age fotostock).
Contenía documentos de temáticas muy diversas y que, además, utilizaban distintos tipos de escritura entre los que se incluyen jeroglíficos egipcios, escritura cuneiforme, sumerio o ugarítico.
Biblioteca Real de Asurbanipal
Contenía una de las mayores colecciones de escritura cuneiforme del Antiguo Oriente Próximo, debido a que el rey Asurbanipal mandó recopilar tablillas de distintas partes del mundo.
La decadencia de la ciudad de Nínive y el asedio de reinos neobabilónicos y medos hicieron que la biblioteca desapareciera, pero fue redescubierta en el año 1847 en el Palacio de Senaquerib por un arqueólogo británico que llevaba a cabo excavaciones en la ciudad.
Biblioteca de Celso

La fachada de la biblioteca de Celso, en Éfeso, Turquía (Carles Campsolinas/Age fotostock).
Biblioteca Imperial de Constantinopla