Desde aplicaciones como Instagram y TikTok, hay un creciente fomento de las comunidades literarias, uniendo lectores en torno al análisis compartido de libros.

(Foto: Bookmates Club).
En un contexto donde las redes sociales modelan las formas de comunicación y los vínculos personales la mayoría de las veces se construyen a la distancia, los clubes de lectura se reafirman como una herramienta cultural que permite recuperar el diálogo, la conversación y el pensamiento colectivo.
Este fenómeno, que vive un nuevo auge, se manifiesta con fuerza en comunidades jóvenes, particularmente a través de proyectos que nacen en entornos educativos.
Un fenómeno que crece: lectura y comunidad en tiempos de hiperconexión
Aunque los clubes de lectura existen desde hace siglos, su forma contemporánea se adaptó a los hábitos digitales actuales. En paralelo al avance de tecnologías que incentivan el consumo solitario de contenido, cada vez más personas deciden reunirse, de forma virtual o presencial, para leer en compañía.
A diferencia de épocas anteriores, donde los clubes funcionaban en espacios físicos limitados, hoy es posible integrar grupos desde cualquier lugar geográfico gracias a plataformas como Instagram, TikTok, Facebook o Twitter, que sirven como canales de difusión y organización.

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Este resurgimiento se explica, entre otras razones, por el deseo de conectar con otros más allá de las pantallas. Según comentaron creadoras del club de lectura Bookmates Club, los libros son la causa por la que fue necesario compartir lecturas y conversaciones, lo que las impulsó a abrir el espacio a más personas.
"Un día dijimos: ‘¿por qué hacerlo solo entre nosotras?’". Así, pasaron de una charla informal entre compañeras de carrera a construir una comunidad literaria con identidad propia.
El club, que está conformado por Luna Comoglio, Milena Virgilio, Ayelén Veraza, Laura Palacios Machado, Agostina Videla Cornejo, Karen Villalba y Victoria Ossoinak, decidieron que el acceso debía ser abierto y sin fines comerciales. La dinámica del club incluye la participación activa de sus miembros en la elección de libros.

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Cada mes proponen una temática o género, desde lo obvio, como el romance en febrero o el terror en octubre, hasta propuestas originales como leer autoras argentinas en mayo, y una encargada rotativa arma una lista de entre diez y quince títulos posibles. Luego, la elección final se hace por votación entre las integrantes o se abre a los miembros del club.
Además de las reuniones de discusión, el club incluye un podcast propio, "Spill the Mate", que funciona como un complemento sonoro del debate. "Toma la esencia de los 'booktubers', pero adaptado a nuestro estilo", detallaron. Esta apuesta por la diversidad de formatos refleja una tendencia más amplia entre las nuevas generaciones lectoras, no se trata sólo de leer, sino de generar contenido y mantener un intercambio constante.
El valor del diálogo: leer ya no es una práctica solitaria
Uno de los elementos centrales que explican el auge de los clubes de lectura es el diálogo. Para las integrantes de Bookmates Club, la lectura compartida permite enriquecer la experiencia individual al confrontarla con otros puntos de vista. "Nos resulta muy interesante ver la interpretación que tiene cada una sobre un mismo libro y el por qué de ella", cuentan.

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Este intercambio transforma la lectura en un acto social. "Tenemos a una persona en el club de lectura que nos dijo que no tiene con quién hablar de libros, ya que a nadie de su círculo le interesa. Esa persona está buscando un ida y vuelta, que su opinión no quede olvidada en un comentario de un video", comentaron.
La posibilidad de intercambiar ideas en tiempo real, de explicar o cuestionar lo que se leyó, de debatir sobre las intenciones del autor o los sentidos de una escena, son elementos que consolidan a los clubes como espacios de pensamiento colectivo.
Comunidad, pertenencia y vínculos reales
El club no sólo cumple una función intelectual. También ofrece un espacio de pertenencia que muchas veces se pierde en el consumo solitario de redes. "Crear comunidad es algo muy importante para nosotras", afirmaron sus integrantes , "porque la lectura compartida permite construir vínculos afectivos sostenidos en un interés común".

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No se trata únicamente de analizar un texto, sino de encontrarse con otros a partir de ese análisis, de compartir emociones, preguntas y sensaciones que surgen de las historias leídas.
"Poder hablar con alguien de tu lectura actual es algo muy interesante, tanto mientras leés como después. Al leer de forma individual sos vos solo con tus emociones y pensamientos, el club de lectura te ofrece otras miradas, nuevas formas de sentir y pensar el libro", explicaron.
La lectura en red: el futuro ya llegó
El fenómeno no parece detenerse. Según el grupo, los clubes de lectura van a seguir evolucionando conforme a las necesidades de la sociedad en cada momento. Hoy, ese momento se define por la hiperconectividad, y justamente por eso la lectura cobra otra dimensión cuando se comparte.

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"Leer está dejando de ser una actividad solitaria. La lectura se comparte, se comenta, y se vive en comunidad". Las redes sociales desempeñan un rol central en esta transformación: "Las 'bookstagramers', 'booktokers', 'booktwitters' y 'booktubers' están fomentando la lectura y logrando que las nuevas generaciones se adentren en ella", afirmaron.
Lo que antes era un hábito íntimo, ahora se convierte en una experiencia colectiva, con herramientas propias y nuevas formas de expresión. En ese contexto, estas iniciativas no sólo se integran a esa corriente, sino que amplían sus alcances al mantener la gratuidad, promover la inclusión y ofrecer contenido propio.
(Fuente: Infobae)