martes, 6 de mayo de 2025

Conozcamos "Invasión", la película argentina de culto que co-escribió Jorge Luis Borges acercándose al mundo de "El Eternauta"

En medio del furor desatado por la superproducción nacional basada en la tira gráfica de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, aquí recordamos un oscuro y cautivante filme que se anticipó por mucho a ese tipo de situación apocalíptica.

Hugo Santiago, Ricardo Aronovich y Lautaro Murúa flanquean a Jorge Luis Borges en la filmación de "Invasión" (Foto: redes sociales).

Una invasión que se cierne sobre Buenos Aires y el intento de un grupo de personas por organizar la resistencia es el tema de "El Eternauta", un relato que se convirtió recientemente en un éxito global a partir de la adaptación de la historieta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López a la pantalla chica.

Pero también es el tema de una película argentina que se convirtió en una obra de culto: "Invasión", de Hugo Santiago, estrenada en 1969, es considerada una de las cumbres de la filmografía nacional y, además, marcó la presencia más fuerte de Jorge Luis Borges en una película. El autor de "El Aleph" escribió el guion junto con Adolfo Bioy Casares y el propio Santiago.

Años más tarde, Borges volvió a colaborar con Santiago en el argumento de "Los otros", película francesa estrenada en 1974. Para entonces, había cedido los derechos de su cuento "El muerto" para la película de Héctor Olivera. Y más atrás en el tiempo había escrito dos guiones con Bioy Casares: "Los orilleros" y "El paraíso de los creyentes".

El primero fue filmado por Ricardo Luna en 1975. En años anteriores se habían filmado "Hombre de la esquina rosada" y" Días de odio" (adaptación de su "Emma Zunz"), a cargo de René Mujica y Leopoldo Torre Nilsson. Sin embargo, la presencia más marcada de Borges en el cine fue con "Invasión", que tiene varios puntos de contacto con "El Eternauta".

Fotograma de "Invasión" (Foto: redes sociales).

Sólo "para mayores de 178 años"

La invasión y la resistencia que se organiza es el elemento en común. No se habla de manera explícita del "héroe colectivo" como en el caso de Oesterheld, pero esa idea recorre la película. Y así como Francisco Solano López le puso imágenes a una batalla con el estadio de River Plate como telón de fondo, el momento culminante de "Invasión" transcurre en la cancha de Boca Juniors.

El año de lanzamiento coincidió con el proyecto de la versión del Eternauta con dibujos de Alberto Breccia. La revista Gente comenzó a publicarla en forma seriada pero la interrumpió. La primera entrega fue en el número del 29 de mayo de 1969, el día del Cordobazo.

Oesterheld hizo algunos pequeños cambios, con alusiones a la dominación sobre América del Sur, pero no fue ese giro ideológico el que interrumpió la publicación, sino el vanguardismo del dibujo de Breccia, criticado en cartas de lectores. La revista justificó de esa manera su abrupto fin. Para ese entonces, el semanario reseñó de manera presuntamente ingeniosa la película de Santiago: "No nos gustó. La aconsejamos para mayores de 178 años solamente".

Fotograma de "Invasión" (Foto: redes sociales).

La equivalente a la Buenos Aires de Oesterheld es, en el film de Santiago, la sitiada Aquilea. Aunque el paisaje es fácilmente reconocible, el director y Borges se propusieron anclar el relato en una analogía con la Guerra de Troya al aludir a Aquiles. La vida cotidiana continúa como si nada mientras los enemigos avanzan sobre la ciudad y se organiza la manera de resistirlos.

El jefe de los resistentes es un anciano, Don Porfirio, cuyo aspecto es similar al de una figura mítica que fue cercana a Borges: Macedonio Fernández. En la película, lo interpretó el compositor Juan Carlos Paz. Adolfo Bioy Casares (que aparece en los títulos como responsable del argumento junto con Borges) negó que Macedonio fuera la inspiración de Don Porfirio y siempre sostuvo que, como está en los créditos, el guion fue obra de Santiago y Borges, y que su colaboración fue mínima.

El Juan Salvo de "Invasión" se llama Julián Herrera y lo personificó uno de los nombres determinantes de la historia del cine argentino: Lautaro Murúa. Herrera está al frente de un grupo y hay algo del compañerismo de Salvo y sus amigos con los que juega al truco al comienzo de la nevada mortal de "El Eternauta".

Santiago plasmó esa idea de la amistad entre hombres en la escena en la que Roberto Villanueva entona la "Milonga de Manuel Flores" de Borges, musicalizada por Aníbal Troilo. Como el Salvo oesterheldiano, Herrera tiene su compañera, que es Irene (Olga Zubarry). El elenco también contó con, entre otros, Lito Cruz, Martín Adjemián y Juan Carlos Galván.

Afiche de "Invasión", en ocasión de su estreno en Francia (Foto: Nicolás Jara).

"Tomamos una resolución heroica"

En su monumental  biografía "Borges", Bioy sitúa la génesis del argumento en junio de 1967. En esas semanas había publicado con Borges "Crónicas de Bustos Domecq", que fue tapado por un huracán firmado por Gabriel García Márquez y titulado "Cien años de soledad". La escritura de "Invasión" se demoró por el casamiento de Borges con Elsa Astete Millán y un viaje a Estados Unidos.

El 19 de junio, Bioy escribió en su diario: "Come en casa Borges. Acelerada invención de episodios y personajes para el filme". El 3 de julio decidieron entregar un resumen del film a cambio de no firmar un contrato que ya tenía estipulados sus honorarios. "Tomamos una resolución heroica", escribió Bioy. Y añadió: "Los productores no comprenderán nuestra resistencia, nuestra poca disposición a firmar y cobrar".

El 8 de julio, Santiago fue a almorzar con Borges a lo de Bioy. El autor de "La invención de Morel" tomó la palabra: "Tengo, para usted, una buena y una mala noticia. La buena es que hemos concluido el resumen del filme y que se lo regalamos para que haga lo que quiera. La mala es que no haremos el libreto". Santiago aceptó y se mostró complacido con el material que le pasaron. En ese encuentro, el director definió que la película se llamaría "Invasión". Durante los días siguientes, Borges y Bioy trabajaron en nuevas escenas.

Borges se mostró satisfecho con la película. La definió como "un filme fantástico", lejano, sin embargo, de Ray Bradbury y H. G. Wells. "Los invasores no llegan de otro mundo", apuntó en una de las "Siete conversaciones con Jorge Luis Borges", de Fernando Sorrentino. Resaltó que los resistentes "son hombres como todos los hombres, no son especialmente valientes ni, salvo uno, excepcionalmente fuertes. Son gente que trata simplemente de salvar su patria de ese peligro y que van muriendo o haciéndose matar sin mayor énfasis épico". Casi una descripción del grupo de "El Eternauta".

Filme de culto y mítico con el correr de los años, "Invasión" sufrió los avatares de la última dictadura militar, en lo que significó el gran ensañamiento contra Borges en la represión cultural. Ocho bobinas de los negativos originales de la película fueron robados en 1978 por un grupo comando que ingresó a los laboratorios Alex. Santiago, fallecido en 2018, y Aronovich reconstruyeron la película en base a algunas copias que circulaban, y así hay una versión restaurada.

Los espectadores del presente pueden constatar algo que pasó desapercibido en 1969: "Invasión" es una película profundamente política, que se amoldó a su manera al clima de insurgencia que iba a envolver a la Argentina de los primeros años '70, al hacer alusión a la dictadura de Juan Carlos Ongania de mediados de los años '60, autodenominada "Revolución Argentina", y a la resistencia en muchos puntos a ese gobierno militar y autoritario. Como también era político el Eternauta que conocieron sus primeros lectores en 1957. Borges y Oesterheld: dos maneras, o quizás la misma, de encarar la resistencia.

(Fuente: Página 12 / Wikimedia / redacción propia)