Los sistemas de refrigeración de los centros de datos de IA suelen necesitar cantidades descomunales de agua, al punto de poder hacer tambalear ecosistemas.

(Foto: Freepik).
La inteligencia artificial generativa (GenAI) ha llegado para quedarse. En la actualidad, millones de personas utilizan herramientas como ChatGPT, Midjourney o Suno para dar lugar a diversos tipos de contenido. Como usuarios, abrimos una aplicación, escribimos en un prompt y lo que queremos ver aparece como por arte de magia, aunque en términos reales esto tiene poco de mágico. Lo que vemos es producto de un complejo proceso que incluye recolección una enorme cantidad de datos, entrenamiento de modelos de lenguaje y procesos de inferencia.
Estas tareas no suelen ejecutarse en nuestros dispositivos. Las compañías que están detrás de las aplicaciones de GenAI cuentan con centros de datos con gran capacidad de cálculo que se encargan de hacer la mayor parte del trabajo. No es ningún secreto que este tipo de infraestructura necesita las más modernas unidades de procesamiento, por ejemplo las H100 de NVDIA, pero nos cuesta bastante dimensionar la cantidad de recursos que entran en juego porque no es tan fácil encontrar información al respecto. En concreto, mucha energía y agua.
Una consulta de ChatGPT, una botellita de agua
Los centros de datos consumen agua, pero ¿qué cantidad de agua? Como decimos, encontrar una respuesta no es tarea fácil, pero tenemos algunos datos que pueden ayudarnos a comprender el asunto. El presente auge de la GenAI ha llegado acompañado de un importante aumento global del consumo de agua por parte de Microsoft. Según un informe ambiental de la compañía de Redmond, esta métrica creció un 34% de 2021 a 2022. Curiosamente, ChatGPT fue lanzado en noviembre de 2021, y tiempo antes su modelo estuvo entrenándose.
¿Por qué relacionamos a ChatGPT, un producto de OpenAI, con Microsoft?: porque la compañía detrás de chatbot de IA más famoso del momento tiene una relación estratégica con los creadores de Windows. Básicamente, OpenAI utiliza la infraestructura en la nube de Azure AI para entrenar y ejecutar sus productos de IA. Pero no solo se trata de Microsoft. El consumo en todo el mundo de agua por parte de Google se disparó un 20% en el mismo período, momento en el que la IA estaba (y sigue estando) en pleno auge.
