miércoles, 20 de noviembre de 2024

Agenda Cultural: como todas las semanas, el Palacio Libertad (ex Centro Cultural Kirchner), renueva sus propuestas multidisciplinarias en CABA

Cine italiano, teatro, gastronomía coreana y, como siempre, mucha música, forman parte de esta programación de acceso libre y gratuito para toda la comunidad, en Sarmiento 151, CABA.


• Mes de la Cultura Coreana: Día Nacional del Kimchi en Argentina

Junto con el Centro Cultural Coreano en Argentina y el Centro Nacional de Patrimonio Intangible de Corea, se lleva adelante un fin de semana con actividades dedicadas a la cultura coreana: música, teatro, danza, cine, talleres y charlas en el marco de la celebración por el Día Nacional del Kimchi en Argentina.

Viernes 22 al domingo 24 de noviembre - Diversas salas y espacios.


• Las películas de mi vida, de Ana María Bovo

Ana María Bovo ofrece su espectáculo "Las películas de mi vida", centrado en la influencia del cine italiano en su vida personal y familiar. La actriz propone un reencuentro con el romance que diferentes generaciones de espectadores hemos sostenido, con la rica producción cinematográfica italiana.

Domingo 24 de noviembre, 18:30 - Salón de Honor.


• Concierto inmersivo: Tano, con Esteban Masturini

Un espectáculo de imágenes, música y cine con una puesta en escena inmersiva, en el que el actor y músico Esteban Masturini recorre el cancionero tradicional italiano y recupera aquellas melodías que se encuentran grabadas en el inconsciente colectivo de generaciones de descendientes de italianos.

Jueves 21 a domingo 24 de noviembre, en diferentes horarios - Sala Inmersiva.


• Conferencias Boom Boom Borges, de Ignacio Bartolone

En la cuarta fecha del ciclo Teatro Federal, el dramaturgo Ignacio Bartolone presenta "Conferencias Boom Boom Borges", una nueva emisión en vivo del último género que el gran escritor argentino practicó con maestría: las entrevistas.

Viernes 22 de noviembre, 19:00 - Sala Federal.


• Exhibición: Más allá del espacio

Una exhibición que propone la intervención artística del sexto piso de La Gran Lámpara, con obras de tres referentes internacionales de la pintura, la escultura y la instalación: Graciela Hasper, Marcela Sinclair y Luciana Lamothe.

Inauguración: 20 de noviembre, 18:00 - Miércoles a domingos, 14:00 a 20:00 - La Gran Lámpara.


• Copa Representar Freestyle, cuarta jornada

Llega la cuarta etapa de la Copa Representar Freestyle, certamen de ingenio y creatividad mediante la rima improvisada, con algunos de los referentes más creativos del país para disfrutar en familia. Con Pluzito como host y musicalización a cargo de NYQST.

Domingo 24 de noviembre, 18:00 - Plaza Seca.


• Grabado en Buenos Aires: Destinología, de Tan Biónica

En diálogo con el público, el técnico de sonido Eduardo Pereyra comparte historias, anécdotas y detalles de la grabación de "Destinología" (2013), el tercer álbum de estudio del grupo Tan Biónica. También habrá escucha en alta definición del disco.

Domingo 24 de noviembre, 18:00 - Auditorio 411.


• Teatro: La luna que te parió

Una obra teatral escrita y dirigida por Tamara Limes Alamprese, que invita al público a un viaje poético y musical por las doce lunas del Zodíaco.

Domingo 24 de noviembre, 19:00 - Sala Argentina.


• Maglia, Zalcman y Berlioz, por la Orquesta Sinfónica Nacional

Bajo la dirección de Annunziata Tomaro, el organismo nacional presenta dos estrenos: "La trama oculta", de Fernando Maglia, y el "Concierto para timbal y orquesta" de Guillermo Zalcman, con Marcos Serrano como solista invitado. Además, interpretará la "Sinfonía fantástica" de Héctor Berlioz.

Miércoles 20 de noviembre, 20:00 - Auditorio Nacional.

(Fuente: prensa Palacio Libertad)

Día de la Soberanía Nacional: ¿por qué se celebra hoy, 20 de noviembre?

El evento marcó un antes y un después en la resistencia argentina frente a la intervención extranjera, reafirmando el derecho del país a controlar sus recursos y su territorio

La Ley 27.399 regula la movilidad de feriados para favorecer la economía

Cada año, el calendario argentino reserva el 20 de noviembre para conmemorar un episodio clave en la historia del país: la batalla de la Vuelta de Obligado. Este enfrentamiento marcó un punto de inflexión en la defensa de la soberanía nacional frente a potencias extranjeras. 

Por qué el 20 de noviembre se celebra el Día de la Soberanía Nacional

El Día de la Soberanía Nacional se instauró en homenaje a la batalla de la Vuelta de Obligado, librada el 20 de noviembre de 1845. En este conflicto, la Confederación Argentina, liderada por Juan Manuel de Rosas, se enfrentó a una coalición formada por Inglaterra y Francia. Estas potencias buscaban imponer la libre navegación de los ríos argentinos para favorecer sus intereses comerciales y estratégicos.

El enfrentamiento simbolizó la resistencia argentina frente a la intervención extranjera, reafirmando el derecho del país a controlar sus recursos y su territorio. A pesar de la desigualdad de fuerzas, la lucha evidenció la capacidad de los argentinos para defender su soberanía. Este espíritu de resistencia se convirtió en un símbolo de unidad nacional.

En 1974, bajo el gobierno de María Estela Martínez de Perón, el historiador José María Rosa promovió la declaración de esta fecha como un acontecimiento emblemático. Finalmente, en 2010, la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner estableció el 20 de noviembre como feriado nacional, reforzando la memoria de esta gesta heroica.

La batalla de la Vuelta de Obligado ocurrió el 20 de noviembre de 1845

¿Qué pasó en la batalla de la Vuelta de Obligado?

La batalla tuvo lugar en un recodo estratégico del río Paraná conocido como la Vuelta de Obligado, cerca de la localidad de San Pedro, en la provincia de Buenos Aires. El 20 de noviembre de 1845, las fuerzas argentinas, lideradas por el general Lucio Norberto Mansilla, se enfrentaron a una poderosa flota conjunta de Inglaterra y Francia.

El conflicto surgió en el contexto de la Guerra Grande, cuando ambas potencias buscaban garantizar la libre navegación de los ríos argentinos para comerciar con provincias opositoras al gobierno de Rosas. En respuesta, la Confederación Argentina estableció defensas ingeniosas: cadenas que cruzaban el río, sostenidas por pequeños barcos cargados de explosivos, y fortificaciones en las costas.

 
Las fuerzas argentinas enfrentaron a Inglaterra y Francia en el río Paraná (Oleo de Manuel Larravide)

Aunque la superioridad numérica y tecnológica de la flota anglo-francesa les permitió superar las defensas, la batalla tuvo un impacto significativo al consolidar la posición argentina en las negociaciones diplomáticas posteriores.

Lo más importante sobre la batalla de la Vuelta de Obligado

La batalla simbolizó la resistencia frente a las potencias extranjeras en condiciones desiguales. Mientras que la flota anglo-francesa contaba con 22 barcos de guerra, 92 buques mercantes y 418 cañones, las fuerzas argentinas apenas disponían de seis barcos mercantes, un bergantín y 60 cañones.

A pesar de la derrota táctica, las pérdidas sufridas por las fuerzas invasoras ―unos 40 muertos y 150 heridos― debilitaron su posición política. Por su parte, la Confederación Argentina, con más de 400 bajas, logró que tanto Francia como Inglaterra reconocieran la soberanía argentina sobre los ríos en los años siguientes.

El papel de Juan Manuel de Rosas

El liderazgo de Juan Manuel de Rosas fue fundamental en este episodio histórico. Como encargado de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina, Rosas adoptó una postura firme frente a las demandas extranjeras. Su gobierno implementó políticas destinadas a defender la autonomía nacional, regulando la navegación de los ríos y enfrentando con decisión las presiones internacionales.

Juan Manuel de Rosas fue fundamental en este episodio histórico

Rosas designó al general Lucio Norberto Mansilla para organizar la resistencia en la Vuelta de Obligado. Además, su política pragmática combinaba una firme defensa del territorio con la apertura a relaciones comerciales bajo términos soberanos.

El legado de Rosas en la batalla quedó inmortalizado en el testamento del general José de San Martín, quien elogió su firmeza al sostener el honor de la República frente a las injustas pretensiones extranjeras.

La conmemoración de este día refuerza la importancia de proteger la soberanía e independencia de la República Argentina en un contexto global.

(Fuente: Infobae)

Robirosa y García Uriburu: la experiencia humana más allá de lo evidente

En “Como agua sobre una piedra”, la galería Oda coloca obras del artista y activista con la serie de bosques de la pintora, en un diálogo que indaga sobre lo íntimo dentro del paisaje y la conciencia sobre el medioambiente.

Robirosa y García Uriburu: el dolor detrás del verdor

Entre diferentes tonos de verde, un ecosistema pleno de belleza y (también) de dolor se propaga en la sala principal de la Galería Oda, donde a través de las obras de Josefina Robirosa y Nicolás García Uriburu, se construye una exposición que explora los puntos en común que surgen entre la pintura, los dibujos, los objetos y las intervenciones de los artistas, con un énfasis especial en la conciencia medioambiental y la preocupación por la naturaleza.

Es verdad que Como agua sobre una piedra. Ecopoéticas del ambiente ingresa en sus imaginarios más naturalistas. Él, artista, arquitecto y militante ecológico; ella, pintora, dibujante y muralista. “Los dos tenían como una conciencia sobre el medio ambiente, quizás a lo mejor relacionado un poco con el tema de la vida o de una manera más metafórica: el paisaje para pensar en lo humano”, explica Daniel Fischer, curador de la muestra.

“El título de la exposición enfatiza la conexión entre la naturaleza, la creación artística y lo humano, pulsando inmediatamente la cita a un pasaje de un poema de Alejandra Pizarnik. Quien conozca su literatura, podrá pensar en cómo la autora puede ‘mostrar’ lo que a veces le parece ‘innombrable’”, destaca Fischer.

En “Como agua sobre una piedra”, la galería Oda coloca obras del artista y activista con la serie de bosques de la pintora

La exhibición es un cuidadoso ambiente, en el que la potencia del verdor se presenta como señal inconfundible de la marca “verde Uriburu” pero también sirve como un marco, como base, para que aquello que rompe con ese cromatismo sobresalga como fuegos fatuos hacia nuestro interior.

Hay, entonces, infinidad de detalles en los que detenerse. Gestos de los artistas que, por aquí y allá, se desprenden y saltan de las obras, como los rojos de las pequeñas llamaradas de Robirosa, que se asimilan al crepitar al interior de los ombúes de Uriburu o, regresando a la pintora, esos rayones en un acrílico de la serie Señales, perteneciente a sus obras de los bosques. La puesta entonces, nos sumerge en un juego colorimétrico, en el que el fondo predominante otorga la posibilidad de internarse en lo disruptivo.

“Si bien Robirosa no fue una activista, lo fue desde un lugar más silencioso, más brumoso. Gran parte de las primeras piezas, de la serie de psicoanálisis, son estas personas que están creando una dimensión como aurática, una especie de reverberación sobre los cuerpos. En este uso de lo geométrico y la participación colectiva, nos invita a pensar el ambiente no solamente como un espacio natural, sino también en la dimensión humana, porque en realidad lo que nosotros le cargamos al arte es una mirada humana sobre esa dimensión del paisaje. Entonces todo es paisaje, paisaje humano, paisaje natural, paisaje”, dijo Fischer sobre la inclusión de las obras más pop de la artista.

“Si bien Robirosa no fue una activista, lo fue desde un lugar más silencioso, más brumoso", dijo Fischer

En la sala se erigen unas instalaciones de Uriburu, que como en un Palo Borracho despliegan sus púas en una especie de revancha de la naturaleza que, de lo industrial, se metamorfosea hacia una forma primigenia.

“¿Por qué me miras así? Tienes una espina en cada ojo”, dice una mujer, a su marido, el violento Leonardo, en la eterna Bodas de sangre, de García Lorca. La espina como metáfora del dolor, de lo que incomoda; la espina como referencia inequívoca de que cuando ingresa, como un aguijón, nada puede silenciarla.

La espina que hizo sentar al niño en el Spinario o Fedele, el bronce helenístico del I a. C., la que coronó al Cristo o que le hizo cantar a Morrissey que aquel boy with the thorn on his side tuviera un deseo asesino de amor detrás de aquel odio. La espina que resurge, que en un acto evolutivo de defensa, aparece en espaldas, colas de animales y en los troncos de las plantas, de los árboles, como los que se presentan en Como agua sobre una piedra.

De "Víctima y su memoria" en el piso y de la serie "Víctimas y victimario" colgadas, de Uriburu

Resulta sensato entonces que Espinas sea el nombre que llevan esas instalaciones que sobre unos troncos de cartón pintados al óleo, en verdes y rojos, lógicamente, parezcan vigías del recorrido.

Aparecen además la serie de muebles Víctimas y victimarios y de pintura Víctima y su memoria, en los que las mesas de trabajo, con elementos como sierras o serruchos, parecen advertir que los elementos, aún habiendo sido arrancados de su hábitat, a la larga se volverán en contra de sus captores. Hay, en las últimas décadas, una creciente narrativa dentro de las industrias culturales sobre futuros distópicos en los que la naturaleza se vuelve contra el hombre, de 12 Monos a la más reciente The last of us, surgida del gaming.

“Nicolás parece querer decirnos que el mueble quiere volver a ser árbol. Por eso está atravesado por sierras y por pinches, no está contento con lo que es. Cuando vi estas obras en la Fundación García Uriburu, automáticamente lo asocié con Josefina y sus bosques. Por supuesto, hablamos de distintos lugares, Nicolás como activista y Josefina quizás más poéticamente, pero queríamos ver que podía salir su reuníamos a dos artistas que nunca fueron exhibidos juntos”, dijo Laura San Martín, directora de la galería, sobre el origen de la exhibición, a este medio.

En el centro "Víctimas y victimarios 05", de Uriburu, y detrás bosques y un tapiz de Robirosa

En el caso de Robirosa, se puede pensar, las espinas van por dentro. Más allá de los óleos pop de los ‘70 en torno a la figura humana, con el trabajo de la línea que quizá sea lo más conocido de la artista, en la muestra se presentan los acrílicos Memoria de la Pampa de Achala de los ‘80, y las ya nombradas pinturas de Señales y Todos los fuegos el fuego I, ambas de los ‘90, con lo boscoso como es.

En su caso, la espina es ausencia, pero a la vez las obras parecen estar cubiertas de heridas, un aura que atrapa y succiona al espectador hasta convertirlo en prisionero de paisajes robustos, confusos, salvajes. Las naturalezas de Robirosa no parecen inocentes, no son cándidas, más bien tienen un magnetismo carnívoro, un atractivo que con sus formas direcciona el ojo hacia un campo de lo interior.

Este juego entre Robirosa y García Uriburu podría moverse en dos planos de la existencia. Por uno, el relativo a lo ecológico, lo paisajístico. “Ahora hay como una conciencia ecológica sobre el medio ambiente que ya ambos tenían en ese momento. Uno lo hace de manera más directa en su vida, ella de una manera más metafórica”, dice Fischer.

"Sin título", de la serie señales (1999) de Robirosa

Por otro, agrega el curador, es relativo a la experiencia humana, ya que “ambos piensan el paisaje para pensar en lo humano, en lo que pasa. Ellos estaban pensando como si fueran los jóvenes de hoy”. Y allí, en estas sutilezas que pueden observarse en las obras, más allá de lo enunciativo, es que se encuentra lo más potente de este diálogo que, rodeado de espinas y rayones, logra transmitir la potencia de un vínculo que se produjo sin que ellos lo supieran.

En todo cambio, hay siempre una herida, una espina, que más allá de que pueda expresarse a través de una obra que se anuncia sobre lo macro, nace en lo micro, en la propia relación con ese entorno que se piensa, con un entorno que se siente. Una herida que, en el desarrollo de ese dolor, necesita expresarse. En este caso, en arte.

Sobre los artistas

García Uriburu (1937-2016) es reconocido por su activismo, sobre todo cuando en 1968 realizó una intervención que cambiaría el curso del arte contemporáneo. Durante la Bienal de Venecia, tiñó de verde fluorescente las aguas del Gran Canal, un acto que no solo capturó la atención mundial, sino que también se convirtió en un hito del Land Art.

Nicolás García Uriburu en el Gran Canal de Venecia, en 1968

El pigmento utilizado por García Uriburu era inofensivo para el medio ambiente, una elección deliberada tras meses de investigación. La intervención en Venecia fue solo el comienzo de una serie de acciones similares en ciudades como Buenos Aires, París, Bruselas y Londres, todas ellas con un fuerte mensaje de conciencia ambiental. En 2010, junto a Greenpeace, tiñó de verde las aguas del Riachuelo en Buenos Aires para denunciar la contaminación.

La carrera de García Uriburu no se limitó a estas intervenciones. Colaboró con artistas como Joseph Beuys en la documenta de Kassel en 1982, donde plantaron siete mil robles como parte de una acción ecológica. También exploró otros medios y formatos, desde la pintura de ombúes al estilo pop hasta el diseño de muebles en la serie “Víctimas y victimarios”, que se presentan en la muestra.

Josefina Robirosa

Robirosa (1932-2022) formó parte del grupo Siete pintores abstractos, junto a Martha Peluffo, Rómulo Macció, Clorindo Testa, Víctor Chab, Kazuya Sakai y Osvaldo Borda, además del influyente Instituto Di Tella, un centro de vanguardia en el arte y la cultura de Buenos Aires.

Su legado artístico incluye murales en estaciones de metro de Buenos Aires y en la Estación Argentina del Metro en París, según información disponible. Realizó murales en edificios públicos, en dos estaciones de subte y en la Estación Argentina del Metro en París. Sus pinturas abstractas son hipnóticas por su geometría y por sus colores, y sus obras del “periodo de los bosques”, que se encuentran en la exhibición, remiten a la mística de la naturaleza.

*Como agua sobre piedra. Ecopoéticas del ambiente, de Josefina Robirosa y Nicolás García Uriburu podrá visitarse hasta el 13 de diciembre, en galería Oda, Paraná 759, de lunes a viernes, de 15.00 a 19.00. Entrada gratuita.

(Fuente: Infobae)

Se lleva a cabo el Encuentro Internacional de Bibliotecas de América Latina y el Caribe

Desde hoy y hasta el 26 de noviembre, en las ciudades de Buenos Aires y Santiago de Chile, se realizará este encuentro organizado por la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA). La Biblioteca del Congreso de la Nación será la sede porteña.


En Buenos Aires, los eventos se realizarán entre el 20 y el 22 de este mes (Foto: prensa Biblioteca del Congreso de la Nación, Argentina).

En ese marco, la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina, como sede de la Oficina Regional de la IFLA para América Latina y el Caribe, oficiará de anfitriona y abrirá sus puertas para recibir, del 20 al 22 noviembre, a las figuras más importantes del mundo bibliotecario.

Además de los países que funcionan como sede, participarán en el encuentro representantes provenientes de más de 20 países como Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Curazao, Ecuador, El Salvador, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago y Uruguay, entre otros.

De este modo, los días 20 y 21 de noviembre se realizará el "Taller Regional Bibliotecas fuertes y sostenibles en América Latina y el Caribe", organizado por la IFLA, en la Hemeroteca Diarios de la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina.

Los mismos trabajarán sobre cómo las bibliotecas pueden prepararse para el futuro, adoptando prácticas sostenibles y asegurando su relevancia a largo plazo. También debatirán sobre el valor de crear puentes entre bibliotecas y otras organizaciones para aumentar su impacto y efectividad, fortaleciendo el liderazgo de la región. A su vez, disertará sobre las diversas herramientas para medir el impacto de las bibliotecas en la comunidad y cómo abogar por su importancia a nivel local y global.

Participarán bibliotecarios, gestores y profesionales interesados en mejorar sus habilidades y conocimientos, pertenecientes al Comité de la División Regional de América Latina y el Caribe de IFLA, junto con autoridades de su Sede Central. Además, concurrirán líderes emergentes de la región, quienes no sólo contribuirán a generar nuevas perspectivas sobre el campo, sino también a ampliar su alcance y participación.

El viernes 22 de noviembre, a las 9:00, se realizará una actividad sobre el Derecho de Autor en el Salón de Conferencias Delia Parodi de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina.

La intención es que no solo sea una instancia de aprendizaje, sino también de intercambio y colaboración entre colegas de diferentes países, lo que la convierte en una experiencia enriquecedora.

Luego, ese mismo viernes 22, a las 14:00, en el Salón de los Pasos Perdidos del parlamento argentino se realizará un evento de celebración por los 50 años de la creación de la IFLA-LAC, y por los 20 años del primer y único Congreso Mundial de Bibliotecas e Información en América del Sur.

Allí se realizarán distinciones y menciones a instituciones y autoridades que formaron parte de la organización del Congreso Mundial del año 2004 en Buenos Aires. Estos eventos serán transmitidos en vivo por el canal de YouTube de la BCN, al que puede accederse haciendo click aquí.

La División Regional de América Latina y el Caribe de la IFLA cubre todos los países de la región. Tiene la misión de trabajar con otras organizaciones bibliotecarias regionales y construir una representación de sus intereses ante la Organización de Naciones Unidas y otras instituciones similares. Desde marzo de 2017, la Biblioteca del Congreso de la Nación funciona como sede de su Oficina Regional.

Finalmente, la jornada del viernes 22 de noviembre culminará a las 19:00 con una Gala Cultural en el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de Revolución de Mayo (Bolivar 65, CABA).

La segunda etapa del Encuentro se desarrollará en la ciudad de Santiago de Chile, donde se realizará una Conferencia en las Naciones Unidas para explorar el potencial de colaboración entre bibliotecas y agencias de la ONU. También se llevará a cabo una reunión del Comité de la División Regional, seguida de una conferencia sobre la relación entre las bibliotecas y la Inteligencia Artificial.

Las actividades se desarrollarán en la Biblioteca del Congreso de Chile, la Biblioteca Nacional de Chile, y en la Biblioteca Hernán Santa Cruz de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas.

Este evento es posible gracias al financiamiento de Global Libraries - Information Society (SIGL), una organización enfocada en apuntalar a las bibliotecas públicas, especialmente en países en desarrollo, proporcionando recursos que promueven el acceso a la información, la educación y el fortalecimiento comunitario a través de sus bibliotecas.

Más información, haciendo click aquí.

(Fuente: soybibliotecario.blogspot.com)

Cómo es la pedagogía Waldorf y qué etapas tiene

Sustancias naturales, canciones, cuentos y relatos orales, tareas domésticas y rutinas previsibles, algunos de los infaltables de esta forma de educación alternativa. 

Una corriente de educación alternativa, sin notas ni esquemas. Foto: ilustración Shutterstock.

La pedagogía Waldorf se desarrolla en un ambiente autónomo donde cada chico, desde edad muy temprana, potencie sus propias habilidades manuales y artísticas. Que sean ellos mismos quienes, con la guía de los adultos, pero en un ámbito no dirigido, "marquen" su propio ritmo para adquirir sus conocimientos.

Que transiten sus etapas evolutivas con libertad y se evite la comparación con otros niños. Sin notas o calificaciones numéricas que evalúen el desempeño de los alumnos. Por el contrario, una valoración positiva de las tareas realizadas y el estímulo del maestro para animarlos a mejorar.

Además del trabajo con las manos, la preocupación por la ecología y la conexión con la naturaleza, el planeta y el universo, un entorno donde puedan desarrollar sin barreras la imaginación. Pero, ¿cómo es la pedagogía Waldorf y qué etapas tiene?

La esencia de una pedagogía centenaria que -aunque sigue la currícula de cada ministerio de educación para poder ser homologada-, cuenta con un método de enseñanza particular que rompe con el paradigma de la formación tradicional. 

Cómo es la pedagogía Waldorf

Existen unos 2000 jardines de infantes, 1000 escuelas y 650 centros de estudios superiores Waldorf en 60 países, en su mayoría, independientes y sostenidos con la participación y el trabajo de los padres y los maestros y, en ocasiones, por la colaboración de la comunidad donde se encuentran.

Sus aulas, sin embargo, no son idénticas entre sí: cada escuela es única y cuenta con una gran autonomía para definir los contenidos, el método de enseñanza y hasta la organización de sus autoridades, además de estar adaptados a la cultura y el contexto de cada país en función de idiosincrasias tan diferentes como las de Suecia, Brasil, Sudáfrica, China o nuestro país.

Pero tienen una base en común centrada en la antroposofía -una corriente de pensamiento controvertida por su trasfondo de espiritualidad y a la que muchos atribuyen componentes de secta y adoctrinamiento- que entre sus fundamentos sostiene la capacidad del ser humano de obtener a partir de sí mismos un saber, desarrollando su habilidad innata de conocer e intuir.

"Ser libre es ser capaz de pensar los propios pensamientos: no los pensamientos meramente corporales o de la sociedad, sino pensamientos generados por nuestro ser más interno y profundo, más original, más esencial y espiritual, nuestra individualidad", definió el propio Rudolf Steiner, nacido en el antiguo imperio austríaco (en la actual Croacia) y creador de esta filosofía hace ya más de un siglo.

Si uno quisiera preparar una receta con los ingredientes infaltables de la pedagogía Waldorf, sin duda deberá incluir una buena cuota de sustancias naturales para pintar o modelar hechas, por ejemplo, de cera de abejas, materiales reciclados como lana, telas y madera, canciones y cuentos -pero no sólo libros-, relatos orales que estimulen a los niños a conectar con su imaginación creativa.

También, horarios, menús y rutinas previsibles para que los chicos desarrollen su ritmo interior. Y en cuanto a los juguetes, se optará por aquellos que ofrezcan soluciones múltiples, que les permitan a los pequeños desarrollar un papel activo en la resolución.

La semana incluirá tareas domésticas para que los chicos participen desde el principio hasta el fin en el cuidado de las plantas, la limpieza o la cocina, elaborando pan, pizza, galletas.

Habrá además una dosis importante de movimiento físico y, fundamental, el contacto con la naturaleza para que los niños puedan descubrir sus maravillas: la tierra, el agua, la arena, las plantas, los insectos.

Pero el menú diario no contendrá, definitivamente, aparatos de tecnología en el caso de niños pequeños ni un contacto muy elevado en los mayores. Tampoco ámbitos de juego sobrecargados para que el espacio visual sea tranquilo y no reciban una hiperestimulación sensorial. Mucho menos habrá noticias de actualidad en su vida cotidiana para que los niños desarrollen su propia imagen del mundo como un lugar en el cual confiar.

Qué etapas tiene la pedagogía Waldorf

Para la pedagogía Waldorf, las personas están compuestas por espíritu, alma y cuerpo y la ejercitación de sus capacidades (pensar, sentir, actuar) se van forjando en tres etapas de la infancia, de siete años cada una, a las que denominan septenios (ciclos de siete años consecutivos).

Steiner las clasificó en:

  • Primer septenio (desde el nacimiento hasta los 7 años)
  • Segundo septenio (de los 7 a los 14) 
  • Tercer septenio (de los 14 a los 21).

El Primer septenio está apoyado en la imitación: ponerse de pie, adquirir el lenguaje y la capacidad de pensar e incorporar actitudes y gestos que descubren en los adultos de su entorno. Es un período en el cual todas las energías de los niños están abocadas a construir su propio cuerpo y concluye cuando se les caen los dientes de leche.

En el Segundo septenio, el cambio físico ya es muy importante y por fin se liberan las energías necesarias para el crecimiento corporal. Está caracterizado por la imaginación y los niños pueden centralizarse en los contenidos escolares, siempre en un contexto de libertad creativa: no se trata de incorporar datos y conceptos abstractos sino de un aprendizaje donde muchas de las asignaturas tienen una impronta artística y se realizan de acorde a las necesidades, los deseos y los tiempos de cada niño.

La etapa del Tercer septenio pone el foco en que los jóvenes experimenten su capacidad de emitir juicios y opiniones, por lo que la Pedagogía Waldorf plantea que cada profesor encuentre maneras creativas de presentarles los contenidos -evitando que estudien de memoria- para que cada alumno saque sus propias conclusiones. El arte también está presente en este período, como una forma de estimulación del alma que les permita desarrollarse como personas íntegras donde la voluntad y el sentimiento se unan para que pueden realizar las tareas que ellos consideren vitales.

(Fuente: Clarín)

martes, 19 de noviembre de 2024

Se publicó una biografía de Martha Argerich, la enorme pianista argentina

Escrita por Olivier Bellamy, funciona como un "mapa de vida" de la notable artista. La acompaña en sus diversas etapas y describe las particularidades de una estrella mundial que detesta las relaciones exclusivas, el estrellato, los precios prohibitivos de las entradas, la solemnidad del mundillo de la música clásica y los artificios del sistema.

(Foto: Wikimedia).

A los seis años, Martha Argerich vivió uno de los momentos más significativos de su vida: sentada en una butaca del Teatro Colón, escuchó el "Concierto n°4 en sol mayor", de Beethoven, interpretado por Claudio Arrau. El impacto se parecía a un trauma y ella nunca quiso tocarlo. "Tal vez sea algo demasiado sagrado. Como si me fuera a morir sobre el escenario", dijo.

Esa prudencia puede rastrearse en el plano musical y personal. El escritor y periodista francés Olivier Bellamy asegura que ella jamás podría haber cruzado palabra con Marlon Brando -su actor preferido- y cuenta que cuando se encontró por azar con Gérard Depardieu -su voz siempre la perturbó- corrió a esconderse.

"Quizás sea esta la razón por la cual la mayoría de sus amores fueron, ante todo, amigos. Y quizás sea también la razón por la cual los conciertos que toca más a menudo no son necesariamente los que más ama", explica Bellamy en "Martha Argerich. Una biografía", recientemente publicado por Blatt & Ríos, con traducción de Silvia Kot.

Esos misterios explora el libro que se presenta como un "mapa de vida": cada capítulo transcurre en una ciudad diferente. El primero transcurre en Buenos Aires y se titula "Jardín de infantes", donde la pequeña Martha descubrió ese monstruo magnético de teclas blancas y negras. Una señora tocaba canciones de cuna a la hora de la siesta, pero su lazo con el instrumento empezó cuando un compañerito la desafió: "¿A que no sos capaz de tocar el piano?". Eso bastó para que la obstinada Marthita levantara la tapa del instrumento y replicara sin errores una de las melodías. El lazo perdura hasta hoy y a lo largo de los años tuvo sus vaivenes. Bellamy sabe narrarlos con encanto y elegancia. Después de todo, esta es la historia de amor entre Martha y el piano.

(Foto: El Espejo Libros).

El autor se remonta a los orígenes familiares y se detiene en el rol de Juanita, la madre, quien lograba lo imposible y exigía lo mismo de su hija. Bellamy deja claro que la relación siempre fue compleja, pero también que sin ella no hubiese llegado adonde llegó. Martha tuvo dos grandes maestros: Vicente Scaramuzza y Friedrich Gulda. El italiano llegó a Buenos Aires en 1907 e inventó un sistema de enseñanza que combinaba el conocimiento del piano con el de la anatomía humana. Era un genio de la pedagogía y el terror de sus alumnos. Solía rechazar a los niños prodigio pero hubo dos excepciones: Martha y Bruno Gelber empezaron a estudiar con él a los cinco. Los pianistas se ven esporádicamente, pero cada vez que se encuentran resurge la complicidad por haber compartido esa experiencia rica y tortuosa. "Sus clases eran consecutivas. Cuando se cruzaban, el que salía le indicaba al otro con gestos si el maestro estaba de buen o mal humor", cuenta Bellamy.

"¿Decime, ñatita, ¿adónde querés ir?", le preguntó un día Juan Domingo Perón a Martha. Con la misma decisión con que había pedido a sus padres reemplazar el piano de juguete por uno real, ella respondió: "A Viena". La anécdota es bastante conocida pero aquí Bellamy la cuenta en detalle. El presidente le concedió una beca y envió a sus padres como diplomáticos. Al final de la reunión, ella le entregó su libreta de autógrafos y el general escribió: "¡Adelante, Marthita!". En tiempos en los que se niega la importancia del Estado en los trayectos artísticos, la escena es reveladora. Martha quería ir a Viena porque ahí estaba Gulda, el maestro que al oírla tocar le dijo: "¡Oh, Argerich, creo que pertenecemos a la misma familia!". Él ablandó la formación rígida que ella traía del método Scaramuzza; entre otras cosas, supo mostrarle que en la música también había humor.

Sobre su estilo se dijeron muchas cosas. Aquí el autor comparte miradas de críticos, maestros y colegas con muy buen criterio. "Su manera de tocar es una mezcla de erotismo y misticismo", sintetiza Bellamy. "La elasticidad digital de Horowitz, la electricidad que emana de sus gestos, la colosal potencia de sus octavas, la imaginación del fraseo, la inmaterialidad de sus piannisimo, la vida interior de las voces intermedias, la capacidad de hacer nacer una infinidad de matices, son cualidades que también se encuentran en Martha. El arte de ambos pertenece tanto a la hechicería como al gran estilo", describe el francés.

Un psicoanalista le aseguró que ella no tenía una identidad sexual definida y Gulda solía decirle que probablemente era hermafrodita. Martha alega que el piano también lo es porque "tiene todo: graves, agudos, melodía, armonía" y "se basta a sí mismo". El pianista brasileño Nelson Freire explica que cuando tocan juntos él es "fecundado" por Martha porque ella es el elemento masculino del dúo. La totalidad habita en esta mujer como si fuera una criatura mítica. Otro misterio. De cualquier modo, es difícil poner en palabras lo que Martha hace con el piano. Quizás por eso ella prefiere no hablar demasiado sobre música.

Argerich padeció toda su vida el pánico escénico y no es una pose. A los 8 años dio su primer concierto en público y se le lanzó una amenaza terrible: "Si tocás una sola nota en falso, te vas a morir en el acto". Ese terror quizás explique sus famosas cancelaciones, algo que al inicio pensó como manifiesto estético. Sin embargo, Martha se ganó su lugar: siempre es perdonada y vuelve a ser invitada. Uno de los capítulos narra su lazo con Japón, donde el público la venera como a una diosa; esa relación empezó con el pie izquierdo por una cancelación a raíz de una pelea con Charles Dutoit (director de orquesta y ex pareja suya), pero con el tiempo el recelo se convirtió en devoción.

El amor es otro misterio. Aquí se explora el amor por la música, por el piano, por los compositores (Chopin es su "imposible"), sus padres, hijas y amigos, los maestros y colegas. Sin embargo, da la sensación de que nada de eso la define. También se dedican varias páginas a los hombres con quienes compartió grandes historias de amor, padres de sus tres hijas: Robert Chen (padre de Lyda), Charles Dutoit (padre de Annie) y Stephen Kovacevich (padre de Stéphanie). Bellamy dice que "Martha se ganó una fama de mujer fatal, de devoradora de hombres, que no correspondía en absoluto a la realidad". Ella dice con gracia: "No sé por qué me hicieron esa fama. Yo era muy miope y entrecerraba los ojos para ver a las personas: quizás eso le daba a mi mirada una expresión extraña".

En el aura Argerich hay varios datos pintorescos: su proverbial desorden, sus rutinas nocturnas ("Soy un poco Draculina", se autodefine), su interés por la astrología ("Demasiado capricornio para mí"), su vínculo con el dinero ("He tenido mucho y muy poco a lo largo de mi vida"), su memoria sobrehumana, su amor por la vida en comunidad.

En los '80 compró un orfanato del siglo XIX y esa casa siempre estaba llena de gente: nuevos talentos, músicos en crisis o -como decía Juanita- "parásitos". Esa efervescencia fue atenuándose con los años pero siempre le gustó estar rodeada de amigos. Detesta las relaciones exclusivas, el "star system", los valores prohibitivos de las entradas, la solemnidad del mundillo de la música clásica y los artificios del sistema. "La derecha es el dinero. Yo no vengo de allí", declaró alguna vez.

Por supuesto, el libro consigna los momentos destacados de su carrera (premios, concursos, discos), sus años sin tocar y su lucha contra el cáncer. Pero lo más atractivo no reside en la información pública sino en eso que es más íntimo y profundo: su lazo afectivo e irremediable con el piano.

(Fuente: Página 12)

El Teatro del Bicentenario de San Juan homenajea al gran compositor Giacomo Puccini con una gala lírica

La prestigiosa sala rendirá homenaje al gran compositor italiano, con una concierto que reunirá las icónicas melodías de sus óperas más reconocidas.

(Foto: prensa Teatro del Bicentenario de San Juan).

El Teatro del Bicentenario, en el marco de los homenajes realizados mundialmente por cumplirse el centenario de la muerte de Giacomo Puccini, ofrecerá una gala lírica, bajo la dirección musical del maestro Ezequiel Silberstein. El espectáculo brindará un recorrido por los fragmentos de sus grandes óperas, con títulos clásicos como "Tosca", "Madame Butterfly", "La Bohème" y "Gianni Schicchi", entre otras.

La gala contará con la participación de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ y el Coro Universitario de la FFHA de la Universidad Nacional de San Juan, la soprano Mónica Ferracani y el tenor Enrique Folger, como así también con participantes del Programa Opera Training del TB, bajo la dirección artística de la reconocida soprano argentina de trascendencia internacional Verónica Cangemi, y con la preparación en técnica vocal y repertorio de las maestras Beatriz Fornabaio y María Teresa D’amico.

(Foto: prensa Teatro del Bicentenario de San Juan).

La audiencia disfrutará de un recorrido musical por las emblemáticas composiciones operísticas que enaltecieron al gran Puccini, en conmemoración de los 100 años de su fallecimiento.

La gala lírica se llevará a cabo el día sábado 30 de noviembre a las 21:30 en la Sala Principal del Teatro del Bicentenario, ubicado en Las Heras Sur 430, San Juan. Las entradas generales tienen un valor de $7.000 y están disponibles en la boletería del TB, de lunes a viernes de 9:30 a 14:00 y de 16:00 a 20:00, y sábados de 10:00 a 14:00, o hasta una hora antes de la función. También pueden adquirirse a través de Tuentrada.com haciendo click aquí.

(Fuente: Noticias Argentinas)

Argentina, única en el mundo por una magnífica obra de ingeniería: ¿cuál es y dónde está ubicada?

 Fue inaugurada en 1931 para mejorar la comunicación y el comercio en una zona clave del país.

(Foto: Agencia Noticias Argentinas / Turismo Argentina).

Carmen de Patagones, en la provincia de Buenos Aires y Viedma, capital de la provincia de Río Negro, son las ciudades testigo que desde hace 94 años cada día sus ciudadanos utilizan una obra única de la ingeniería mundial. Simplificó la vida social y comercial especialmente de la región, pero conecta a todo el país, como lo hace el Túnel Subfluvial que abre las puertas del litoral uniendo las capitales de Santa Fe y Entre Ríos.

Se trata del puente levadizo que une las provincias de Buenos Aires y Río Negro que funcionó hasta 1957 con su sistema basculante, siendo la primera conexión ferroautomotora entre ambos estados provinciales.

En este caso, la fastuosa obra es una gigantesca estructura de acero, recorrida antaño en ambas direcciones por trenes y autos y que permitía el paso de embarcaciones. También, y a causa del paso del Río Negro y el gran tránsito fluvial, los barcos ingresaban por allí a las ciudades. El puente tiene un tramo que se abría con frecuencia, tras el accionar de un operario habilitando el paso de grandes embarcaciones por lo que los vehículos terrestres debían esperar, teniendo el placer de contemplar el paisaje natural combinado con la majestuosa obra humana. Actualmente no tiene todas las funciones, pero aún es un ícono de la región.

El puente levadizo Carmen de Patagones-Viedma, único en el mundo

Gracias a un minucioso trabajo de restauración, realizado entre los años 2012 y 2013 con el fin de preservar la obra de ingeniería que marcó una época, hoy el puente le da la oportunidad a los turistas que visiten Carmen de Patagones y Viedma de disfrutar a este gigante de 2.500 toneladas, que se conserva a 17 metros de altura sobre el río Negro. La mole tiene 268 metros de longitud y 7 metros de ancho y por su pasarela metálica transitan peatones y ciclistas.

(Foto: Agencia Noticias Argentinas / Turismo Argentina).

El puente se conserva como atractivo turístico por donde visitantes y lugareños lo cruzan en bicicleta y caminando. Asimismo, el puente levadizo a contrapeso hidráulico, único en el mundo, continúa habilitado también al tránsito vehicular con la sustancial diferencia que, si bien se conserva el mecanismo, hoy es una mera decoración que denota los vestigios de la historia opulenta que supo tener auge en otra etapa de la cronología Argentina: hoy ya no se abre al paso de los barcos.

Un dato histórico que le valió el título ser el único en el mundo data del periodo 1939-1945 cuando en Japón uno similar fue destruido en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, Argentina tiene el único puente levadizo a contrapeso hidráulico del mundo, diseñado para el paso de vehículos motorizados, trenes de carga y de servicios de pasajeros.

El puente está compuesto de cuatro tramos firmes sobre pilares, de los cuales uno es basculante. Es decir, se podía levantar mediante un mecanismo, para permitir el paso de las embarcaciones. Es historia, pero, interesante de conocer por el crucial papel que cumplió en la región. Dichos movimientos cobraron importancia con frecuencia entre 1931 y 1943, cuando pasó el último barco. Así y todo, fue en 1957 que dejó de cumplir su tarea ya que, para evitar daños en el sistema, el encargado de accionar el tramo levadizo continuó con la tarea.

La obra comenzó su curso en 1927 con la construcción de su estructura de acero hecha con materia prima alemana donde participaron 150 obreros distribuidos en turnos de 8 horas, durante todo el día para llegar a la inauguración el 17 de diciembre de 1931. Por su imponente estructura le valió un lugar en la Exposición Mundial de Ingeniería de Alemania en 1935, destacándolo como uno de los cinco puentes más importantes de Sudamérica.

(Fuente: Noticias Argentinas)

Cómo visitar gratis uno de los "jardines secretos" más lindos de la Ciudad de Buenos Aires

Se encuentra en el barrio de Belgrano y forma parte del actual museo que, en su momento, fue residencia de un conocido escritor. 


La ventana de una típica casona de otra época porteña, en la ochava de la misma, supo tener un lienzo desplegado con la leyenda grabada que decía: "Un jardín que es un museo".

La frase en sí misma no dice mucho, pero la historia que guarda tras sus muros es un verdadero tesoro del patrimonio de los citadinos de Buenos Aires que a diario pasan por la esquina de Juramento y Vuelta de Obligado en la Comuna 13, y que llama la atención de todo turista y mucho más de los amantes de la literatura, ya que se trata de la casa de un reconocido escritor que caminaba el barrio y su legado sigue siendo un bien preciado de la cultura.

En medio de la ajetreada vida urbana de Belgrano, a tan solo dos cuadras de la intersección de Cabildo y Juramento, se encuentra un rincón de paz que parece transportarnos a otro tiempo y lugar: el Jardín Hispánico del Museo Larreta. Con sus fuentes, plantas exóticas y arquitectura inspirada en la tradición mudéjar, este espacio es uno de los secretos mejor guardados de la Ciudad de Buenos Aires, y, afortunadamente, los viernes se puede visitar de manera gratuita.

El Museo de Arte Español Enrique Larreta fue la casa del escritor y coleccionista donde hoy en día conviven en sus salas permanentes las manifestaciones del arte español del Siglo de Oro, el teatro, la literatura y la cultura española.


La ex residencia del escritor es una imponente mansión de estilo neocolonial, rodeada por un extraordinario jardín andaluz de 5000 m². Hoy es un activo espacio de cultura en el corazón de Belgrano.

El Museo fue inaugurado el 12 de octubre de 1962, cuando luego de la muerte del escritor y diplomático argentino, ocurrida en 1961, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires decidió comprar la propiedad para destinarla a un Museo de Arte Español.

Desde aquel día, el museo se convirtió en un espacio convocante donde tuvieron lugar todas las manifestaciones del arte, el teatro, la literatura y la cultura española.


La colección del museo es una joya en sí misma, pero su encanto se complementa con el jardín hispánico, un lugar que Larreta diseñó como una extensión de su pasión por el arte y la cultura española. Además, el museo suele organizar eventos, exposiciones temporales y actividades culturales para todas las edades.

Para visitarlo, basta con acercarse los viernes y disfrutar de una entrada gratuita, o cualquier otro día por una tarifa accesible de $5.000. Un dato importante a saber es que la entrada principal no es accesible para personas con discapacidad motora. Por eso, el ingreso accesible se encuentra sobre la calle Vuelta de Obligado  2155, pero es necesario avisar primero al personal de seguridad para que abran la puerta.


Qué tiene el jardín que lo hace tan místico

El Jardín Hispánico del Museo Larreta es un viaje a la España andaluza en el corazón de Buenos Aires. Ofrece un refugio de tranquilidad, rodeado de plantas mediterráneas, limoneros, parras y flores de colores vibrantes.

Inspirado en los jardines andaluces, este espacio es uno de los pocos jardines vivos que reflejan una expresión paisajística árabe del sur de España.

Sus senderos de azulejos, patios con fuentes y vegetación cuidadosamente dispuesta crean un ambiente perfecto para desconectar del creciente tránsito y ruido del barrio circundante que lo hace contrastar con su tranquilidad, enalteciendo así su valor. Es uno de los espacios más valiosos para conocer en el barrio de Belgrano.

Sin duda, el Museo Larreta y su jardín son uno de los secretos mejor guardados de CABA y un lugar que vale la pena descubrir.

(Fuente: El Planeta Urbano)

Arte tucumano en Buenos Aires: entre la sombra del lapacho y los mandatos familiares

La muestra "Del plexo, a la raíz", en Galería Biga, propone, a través de las obras de cuatro artistas tucumanos, una mirada sobre herencia e identidad. 

(Foto: prensa Galería Biga).

A través de pinturas, textiles e instalaciones, "En el plexo, la raíz", muestra de la Galería Biga, ingresa a la idiosincrasia, conformado por lo natural y lo cultural, del corazón de Tucumán.

La exhibición es el primer paso del proyecto Excéntrica, "que busca mostrar y visualizar artistas por fuera de Buenos Aires", explica Gabriela Campos, directora de la galería, que constará de dos exposiciones al año.

"Comenzamos a trabajar con Cecilia Quinteros Macció para generar una situación federal para salir de este concepto de Buenos Aires o el interior y empezamos con artistas de Tucumán porque tiene que ver con mi identidad, y con el contacto que habíamos tenido con Cecilia a partir del trabajo que hicimos en la Feria de Salta, donde nos fue muy bien", agrega.

Y, en ese sentido, sostiene que se trata de "mostrar lo qué pasa en el interior, en el plexo de una región, de una sociedad, de una identidad, de un pueblo, expresado artísticamente".

La exhibición es el primer paso del proyecto "Excéntrica", que busca mostrar y visualizar artistas por fuera de Buenos Aires (Foto: prensa Galería Biga).

Cecilia Quinteros Macció sostiene que el proyecto busca "visualizar a los artistas de la provincia, sin caer en cuestiones que por ahí están más en boga o de las que se habla más, como el vínculo con lo antropológico" y que busca "plantear otra visión más vinculada a los entramados de lo afectivo dentro de lo que es la construcción de lo que pensamos como identidad y las raíces".

En esta primera edición, en la galería de Retiro se presentan Eugenia Correa, Emiliano D’Amato Mateo, Florencia Vivas y Jessica Morillo, que en distintos lenguajes proponen un corrimiento interno, manifiestan una mirada sobre el terruño que termina construyéndose a través de las experiencias personales.

Por eso, agrega la curadora de la muestra, es "esta cuestión de lo afectivo, como se construyen nuestras raíces como seres humanos, algo que identifica un territorio y al mismo tiempo puede ser proyectado a nivel colectivo".

Eugenia Correa es una pintora singular, con una técnica preciosista, que suele trabajar en sus obras con la herencia de la Historia del arte, del Renacimiento al Rococó, sobre la que opera con elementos y lecturas contemporáneas para construir piezas de una belleza inquietante.

Para la serie, Correa trabajó a partir de fotografías antiguas (Foto: prensa Galería Biga).

En la muestra se presenta con su serie de "El mandato", que a través de los retratos expone ciertas dinámicas de las relaciones familiares, de esas que muchas veces se silencian y en otras se ignoran de manera consciente, pero que jamás se aceptan abiertamente. Las herencias que se cargan sin desearlo, los hijos predilectos o, en el otro extremo, los invisibilizados, las mímesis que se generan para no romper con lo que se espera. En fin, los mandatos.

"Ella trabaja a partir de las fotografías antiguas. Hizo toda una investigación sobre eso y extrapola toda esa información histórica a la propia historia de su familia y también a la propia como mujer, que de alguna manera carga con las herencias y lo que se espera de cada uno de nosotros", sostiene Quinteros Macció.

Así, los rostros se asimilan, en algunos casos casi son la misma persona, como en el caso de la madre e hija que, en una captura de una boda, expresan la misma ambigüedad, con ojos cansados, y visten de blanco, como un ciclo que ya está destinado a repetirse. O en otro, donde unos varones aparecen desdibujados, revelando la desaparición de una identidad, una eliminación de lo particular, de lo diferente, en pos de aceptar lo impuesto, lo normativo, quizá.

De la serie "El mandato", de Eugenia Correa (Foto: prensa Galería Biga).

En los fondos de algunas de las obras se despliegan constelaciones, puntos que se unen formando pequeños firmamentos que suman una lectura esotérica que sigue presente en la sociedad actual, esa increíble necesidad de creer que una serie de correlaciones, de posicionamientos de estrellas más allá de nuestra galaxia, pueden marcar la vida, el destino de alguien. En ese sentido, la artista parece decir que las farsas y mandatos no sólo son estructurales en el círculo más íntimo, sino que además se despliegan en otros ámbitos, aún cuando se los considere inocentes. La trampa está servida.

La artista textil Jessica Morillo, "que es una referente, con muchas exposiciones en Latinoamérica y con muchos premios", cuenta Quinteros Macció, presenta "una serie bastante inusual porque es la primera grande que construye y donde trabaja lo autobiográfico".

"En este caso, ella plantea lo que sucede de mujer a mujer, de abuela a madre, de abuela a nieta, de madre a hija. Y cuenta su propia historia y al mismo tiempo vincula esa historia a las configuraciones de lo femenino", agrega.

"La figura sigue intacta", de Jessica Morillo (Foto: prensa Galería Biga).

Por su parte, Florencia Vivas propone un juego entre la cuestión del material industrial, como es la chapa y la forma de la mujer, para poner el énfasis en la construcción de la imagen, a partir de gestos reconocibles.

"La mujer en esta especie de miriñaque o también como de molde en el que suceden cosas dentro. El tema del lobo feroz, el del hilo rojo y toda esa información cultural que las mujeres vamos incorporando a nuestra estructura. Y, por otro lado, el vínculo con la naturaleza, que la mantiene como suspendida en el aire", comenta la curadora.

Y agrega: "En las piezas los pies no están en la tierra, están suspendidos en una especie de incorporación de ella a la naturaleza. Y en ese juego, de alguna manera, conecta lo natural con lo cultural y con lo político de lo femenino".

"Una tarde de domingo por el paseo de espinas", de Florencia Vivas (Foto: prensa Galería Biga).

Campos agrega: "Florencia genera una situación dramática y poética, a la vez, del rol femenino en la región. Aparecen objetos que pertenecían a su familia que parecen de cierta inocencia o de infantilismo, pero que utiliza para mostrar situaciones que fueron sucediendo, difíciles, de violencia, por ejemplo".

En distintos espacios de la muestra, aparecen las piezas de Emiliano D’Amato, quien trabaja lo natural y lo cultural, en este caso a través de recreaciones de flores de lapacho que, a su vez, pueden tomarse como cabezas de osos hormigueros.

"Toma este material, el plástico, que es tan demonizado en cuanto a la ecología, a la convivencia con la naturaleza, y decide crear esta fusión contradictoria de la flora y la fauna de Tucumán", dice Quinteros Macció.

"Resonancia mórfica violeta", de Emiliano D’Amato Mateo (Foto: prensa Galería Biga).

Y agrega: "Lo que busca es mostrar todas esas tensiones que configuran una identidad de un territorio, esas tensiones en las que los artistas también van dándole su forma, de vincularse con el mundo y con los entramados de una sociedad muy particular en la que estamos en estas polaridades constantemente".

En ese sentido, Campos suma: "En Tucumán, todos los meses de agosto se llena de lapachos amarillos, violetas y rosados. Es un momento de mucha sequía, cuando la flor del lapacho aparece. Esta intervención justamente genera una poética sobre lo dramático de la tradición, en donde los ciclos florales, los de la naturaleza, van a acompañar siempre las tradiciones, pase lo que pase".

La muestra ya se puede visitar de 10:00 a 19:00 y se extenderá hasta el 6 de diciembre, en Galería Biga, Arenales 1181, CABA, con entrada libre y gratuita.

(Fuente: Infobae).

102 años de José Saramago, el escritor portugués que nos enseñó a ver

Un nuevo aniversario del nacimiento del escritor Premio Nobel de Literatura, invita a repasar su obra más importante, "Ensayo sobre la ceguera", y cómo puede ayudar a pensar el presente.

José Saramago (Foto: Europa Press / Santillana).

En 1995, el escritor portugués José Saramago publicó "Ensayo sobre la ceguera", una novela que, bajo la apariencia de una historia de ficción, se erige como una de las metáforas sociales más potentes del siglo XX. En ella, una epidemia de ceguera blanca sume a casi toda la población en el caos, exponiendo las miserias humanas que emergen cuando la estructura social colapsa. Hoy, casi tres décadas después de su publicación, la obra no sólo sigue vigente, sino que adquiere nuevas capas de significado en un mundo marcado por pandemias, crisis sociales y el auge de la desinformación.

"Estoy ciego", dice el primer afectado en la novela al quedarse paralizado en su automóvil, atrapado en medio del tránsito cotidiano. Es el inicio de un efecto dominó: la ceguera se propaga rápidamente, llevando a los personajes a situaciones de extrema degradación. Los enfermos son confinados en cuarentena, abandonados a su suerte. Pronto se instalan la ley del más fuerte, la tiranía y el abuso, con escenas que retratan un grado de desesperación y fealdad pocas veces alcanzado en la literatura contemporánea.

Sin embargo, esta obra no habla sólo de ceguera física. Para Saramago, la verdadera ceguera es la moral. "Nuestra razón está ciega en el sentido de que no usamos la razón de forma racional", explicó en una entrevista. En un mundo que enfrentaba ya en los años noventa desigualdad, guerras y un deterioro ambiental alarmante, el autor denunció que los seres humanos no empleamos nuestra inteligencia para proteger la vida, sino para destruirla.

Un espejo de nuestro tiempo

El 2020 trajo consigo una pandemia global que puso a prueba nuestras instituciones, valores y relaciones. Las imágenes de hospitales colapsados, comunidades divididas y acaparamiento de recursos evocaron directamente las escenas más desoladoras de "Ensayo sobre la ceguera". En la novela, algunos personajes roban, abusan y explotan a los más vulnerables. En nuestra realidad, la desinformación, el egoísmo y la desconfianza hacia la ciencia mostraron cuán frágil es el tejido social.

Portada de "Ensayo sobre la ceguera" (Foto: Penguin Books).

La ceguera blanca de Saramago también encuentra ecos en el presente a través de otros fenómenos:

• El auge de la polarización social: en un mundo hiperconectado, muchas veces elegimos ignorar la empatía y construir muros ideológicos.
• La crisis ambiental: seguimos cegándonos ante las consecuencias de nuestras acciones sobre el planeta.
• La desigualdad persistente: tal como en la novela, los más vulnerables son los que más sufren en tiempos de crisis.

Una lección para el futuro

Saramago, quien solía decir que "la literatura no tiene ninguna función", entendía sin embargo que su responsabilidad como escritor era advertir. Hasta sus últimos días, en charlas y debates, insistió en que su generación había dejado un mundo peor del que había recibido. En "Ensayo sobre la ceguera", nos invita a reflexionar: ¿qué sucede cuando perdemos la capacidad de "ver" al otro, de reconocerlo como un igual?

La novela concluye con una pregunta abierta: "¿Aprenderán algo de lo vivido?". En un tiempo donde enfrentamos amenazas globales sin precedentes, esa pregunta parece dirigida directamente a nosotros. ¿Seremos capaces de cambiar nuestra forma de actuar, de priorizar la vida sobre la destrucción?

El legado de este texto no está en ofrecer respuestas fáciles, sino en confrontarnos con nuestra propia oscuridad. En palabras del propio Saramago: "El mundo es un desastre. Como escritor y como persona, mi empeño es tratar de entenderlo y explicarlo". Hoy, esa búsqueda de comprensión es más necesaria que nunca.

Un escritor universal

El escritor nació el 16 de noviembre de 1922 en Portugal y se convirtió en una de las voces más emblemáticas de la literatura en lengua portuguesa y el único escritor de su país en recibir el Premio Nobel de Literatura. Este año se conmemorarían sus 102 años, y su obra sigue siendo tan relevante y provocadora como en vida.

Saramago consideraba que el escritor no debía separarse del ciudadano. Solía decir que la literatura, aunque no tiene funciones concretas, puede despertar la conciencia crítica en los lectores. En una de sus frases más recordadas, afirmó: "Hay que recuperar, preservar y mantener la dignidad humana como una prioridad de la vida".

A 102 años de su nacimiento, su legado no sólo perdura en sus libros, sino también en la Fundación José Saramago, que promueve la cultura, los derechos humanos y la sostenibilidad. Su obra sigue siendo leída, analizada y debatida como una guía ética y literaria para entender las complejidades del mundo contemporáneo.

Si bien Saramago dejó este mundo hace más de una década, su visión persiste como un faro que ilumina las zonas más oscuras de nuestra existencia. Celebrar su vida es también reflexionar sobre nuestra propia capacidad de ver, pensar y actuar en busca de un mundo más justo.

(Fuente: Infobae)