lunes, 30 de junio de 2025

Edgar Allan Poe, el maestro literario del terror gótico

Poeta y narrador americano, Edgar Allan Poe nació en Boston el 19 de enero de 1809 y falleció en Baltimore el 7 de octubre de 1849.

 

Edgar Allan Poe (1809-1849)

Es conocido por su narrativa de terror y su maestría en el relato de influencia gótica. Asimismo, es considerado uno de los maestros de la literatura universal y padre del género detectivesco.

Huérfano de padre y madre, Poe pasó por una educación irregular, de Estados Unidos a Escocia e Inglaterra, hasta su breve paso por la Universidad de Virginia, donde publicó anónimamente su primer libro, y por el ejército, publicando su segundo libro.

Poe comenzó a trabajar para diversos periódicos y revistas con los que se ganaba a duras penas la vida. Viajó por varias ciudades de California junto con su esposa, Virginia Clemm, quien era su joven prima. Su muerte en 1847, apenas cumplidos los 24, significaría el derrumbe psicológico de Poe, que se tradujo en algunas de sus mejores y más oscuras obras al tiempo que se abandonaba al alcohol y las drogas.

Edgar Allan Poe con su esposa Virginia Clemm

Con anterioridad a la muerte de su esposa, Poe ya había sido incapaz de mantener un empleo fijo en los periódicos con los que colaboraba debido a su alcoholismo, que trataba de controlar. En 1845 publicó el que sería su poema más celebrado, El cuervo.

Poe practicó varios géneros a lo largo de su carrera literaria, tratando de una manera casi obsesiva temas como la muerte, el entierro en vida o el duelo. En este sentido son muy conocidos relatos como El pozo y el péndulo, La máscara de la muerte roja, El corazón delator o Berenice, entre muchos otros.

Además, Poe creó al primer detective moderno de la literatura, Auguste Dupin, personaje que influyó inequívocamente a autores como Arthur Conan Doyle o Agatha Christie. 

En 1849, Poe apareció desorientado, vestido con ropas que no eran suyas y vagando por las calles de Baltimore. Fue llevado a un hospital, pero no pudo recuperar el habla coherente para explicar qué le había pasado. La causa de su muerte no se aclaró y se ha especulado desde entonces con problemas de drogas, meningitis, sífilis o incluso rabia.

Tumba de Edgar Allan Poe

La influencia posterior de Poe en la cultura, tanto popular como académica, ha ido creciendo con el tiempo y en la actualidad es una figura incontestable, cuyos cuentos han sido llevados al cine en numerosas ocasiones e incluso ha pasado a formar parte, como personaje, de numerosos libros, episodios televisivos o largometrajes.

Algunos de sus libros más destacados

Para bajar algunos de sus libros  click aquí

"La interpretación de los sueños": el libro que cambió la manera de conocernos

En 1899, mientras el siglo XX despertaba, se publicó una obra que cambiaría la forma en que la humanidad se interpreta a sí misma. En alemán se llamó "Die Traumdeutung". Con este libro, comenzó una revolución en el campo de la psicología: la posibilidad de que los sueños tengan sentido y de que el inconsciente dirija gran parte de nuestra vida.

Sigmund Freud (Foto: Shutterstock).

Más de un siglo después, las ideas de Sigmund Freud sirven de base a gran parte del pensamiento contemporáneo, no sólo en el ámbito de la psicología, sino en la forma en que la humanidad se entiende a sí misma.

Un deseo reprimido

Durante siglos, los sueños fueron vistos como meras fantasías sin sentido o como presagios. La revolución freudiana consistió en afirmar que los sueños tienen un significado, y que descifrarlo nos permite asomarnos al inconsciente, ese territorio oculto donde se guardan nuestros deseos, miedos y conflictos más profundos.

Freud escribió: “El sueño es la realización disfrazada de un deseo reprimido". Esta idea, simple en apariencia, sacudió los cimientos de la psicología y la filosofía occidentales.

Acceder al inconsciente

El texto no sólo introdujo el concepto de inconsciente como categoría científica, sino que también ofreció una metodología para acceder a él: el análisis de símbolos, la asociación libre, y el reconocimiento de que nuestros impulsos más íntimos se expresan a menudo de forma indirecta. 

Este enfoque abrió caminos no sólo en el campo de la clínica psicoanalítica, sino también en la literatura, el arte, el cine y la crítica cultural.

Desafío a la racionalidad

El valor del libro no radica únicamente en su teoría, sino también en su coraje intelectual. Freud, médico de formación, se atrevió a desafiar los dogmas científicos de su tiempo, proponiendo que no somos seres plenamente racionales y conscientes, sino que estamos gobernados, en gran medida, por fuerzas invisibles. Hoy puede parecer obvio, pero en la Viena de finales del siglo XIX era una idea casi subversiva.

"La interpretación de los sueños" marca el punto de partida del psicoanálisis como disciplina y establece el método de exploración del inconsciente a través del contenido onírico.

Riqueza literaria

Además, es un texto que sorprende por su riqueza literaria. Freud no sólo explica conceptos: narra, argumenta, se confiesa. Mezcla observaciones clínicas con sus propios sueños, incluyendo el famoso sueño de la inyección de Irma, inaugurando así un estilo de escritura que combina la precisión científica con la introspección humanista.

Su influencia fue inmediata en algunos círculos y resistida en muchos otros. Como suele ocurrir con los grandes innovadores, Freud fue ridiculizado, combatido y, finalmente, aceptado. Años después, sus ideas no sólo impregnaban la psicología, sino también la literatura de Kafka, el arte de Dalí o la arquitectura conceptual de las ciencias humanas.

Hoy sigue siendo un libro que interroga, provoca y estimula. En un tiempo donde la velocidad y la superficialidad dominan, Freud nos recuerda que comprendernos requiere detenernos, escuchar nuestros propios relatos oníricos y aceptar que somos más complejos -y más fascinantes- de lo que parece.

(Foto: composición propia).

Freud y la neurociencia moderna

A pesar de las críticas que ha recibido desde algunos sectores científicos, especialmente por la falta de verificación empírica de muchas de sus tesis, Freud no ha sido del todo desacreditado por la neurociencia moderna. Si bien es cierto que hoy se reconoce que los sueños no son exclusivamente realizaciones de deseos reprimidos, estudios recientes han confirmado que durante el sueño REM -fase donde los sueños son más vívidos- se activan áreas del cerebro relacionadas con la emoción, la memoria y el procesamiento simbólico.

Investigadores como Mark Solms, pionero en el campo de la neuropsicoanálisis, han defendido que ciertas intuiciones freudianas -como la existencia de conflictos inconscientes o la función emocional del soñar- tienen correlatos en la neurobiología. Así, aunque muchas teorías han evolucionado o sido reformuladas, la idea de que el sueño revela aspectos profundos de la mente humana sigue vigente, ahora en diálogo con la ciencia del cerebro.

Nuestro yo oculto

La trascendencia de este texto no reside únicamente en su ambición de descifrar el significado de los sueños, sino en algo mucho más profundo: fue el primer gran texto que se atrevió a postular, con argumentos clínicos y teóricos, la existencia de una dimensión psíquica no racional, invisible y poderosa.

Freud no sólo interpretó sueños, sino que abrió una puerta a lo que hasta entonces se ignoraba: que dentro de nosotros actúan fuerzas inconscientes que influyen en nuestra conducta, nuestras decisiones y hasta en nuestras enfermedades.

El mérito del libro fue convertir esa hipótesis en un corpus articulado, capaz de poner sobre la mesa la complejidad del alma humana más allá de la razón, invitando a prestar atención a lo que no decimos, a lo que reprimimos y a lo que se escapa de nuestra voluntad.

Más de un siglo después, Freud nos recuerda que cada sueño es un recuerdo inacabado de lo que somos, y también una promesa de lo que podríamos llegar a ser.

Para leerlo gratuitamente en cualquier dispositivo, hacer click aquí.

(Fuente: The Conversation / redacción propia)

La gran Harper Lee regresa a las librerías con la publicación en español de cuentos y artículos inéditos

En octubre se publicará "La tierra del dulce porvenir", que reúne textos que contienen el humor, ritmo y cotidianeidad de la autora de "Matar a un ruiseñor", obra por la que ganó el Premio Pulitzer en 1961.

(Foto: composición propia).

Los relatos que Harper Lee escribió antes de la legendaria novela "Matar a un ruiseñor" (1960) y que envió a algunas revistas literarias como Tomorrow, Harper’s Bazaar o The New Yorker con la intención de publicarlos, fueron encontrados en su apartamento neoyorquino tras su muerte en 2016 junto a algunas cartas de rechazo editorial. Esta edición de Lumen, que se lanzará internacionalmente, incluye un prólogo de Casey Cep, la biógrafa de Harper Lee, que conecta los relatos con la vida de Lee y con sus dos novelas (siendo la segunda "Ve y pon un centinela", de 2015), así como imágenes del manuscrito anotado por la autora.

Los cuentos que se publican ahora los escribió mientras trabajaba como encargada de reservas en una compañía aérea, con la esperanza de publicarlos en revistas, según la editorial, que considera que poseen "su distintiva voz y su inimitable humor, ritmo y cotidianeidad".

En ellos relata nuevos episodios de la vida de Jean Louise Finch -o distintos álter egos de la misma-, desde su niñez en el colegio de Maycomb, Alabama, hasta la juventud en los restaurantes y cines del Manhattan de los años cincuenta. La autora del prólogo subraya que en ellos "se intuye a Lee tratando de seguir la línea de un Jerome Salinger o un John Cheever".

Regresa Harper Lee, autora de "Matar a un ruiseñor", un clásico de la literatura estadounidense con el que obtuvo el Premio Pulitzer en 1961 (Foto: AP).

El libro también incluye, por primera vez en castellano, los artículos que la escritora publicó en diversos medios entre 1961 y 2006, con reflexiones sobre la enseñanza responsable, historias personales como la de la pareja de amigos que le brindó la posibilidad de dejar su trabajo para dedicarse a escribir su novela, una receta de cocina o sendos perfiles del actor Gregory Peck y su colega Truman Capote, indica Lumen en un comunicado.

(Fuente: EFE / Infobae / redacción propia)

Llega "Cuentos con vos", una propuesta de narración oral para los alumnos de escuelas porteñas

La Red de Bibliotecas Públicas de la Ciudad de Buenos Aires ofrece este programa destinado a las instituciones educativas de CABA.

(Foto: prensa Red de Bibliotecas Públicas de CABA).

La Red de Bibliotecas Públicas de la Ciudad de Buenos Aires ofrece el programa "Cuentos con vos", destinado a las instituciones educativas porteñas. Se trata de un servicio que busca acercar a los alumnos al mundo de los libros y las bibliotecas del barrio a través de diversos autores y géneros literarios, para que conozcan la selección de libros disponible.

"Un puente no se sostiene de un solo lado" dice el capítulo 93 de Rayuela, obra emblemática de Julio Cortázar. Tomando estas palabras como premisa, las docentes Josefina Núñez, María Laura Migliarino y Romina Santoni proponen una actividad que acerca a los alumnos de las escuelas porteñas a la lectura y la narración desde un abordaje lúdico.

Propone un enfoque participativo y creativo para fortalecer el vínculo entre las escuelas y las bibliotecas haciéndose eco del pensamiento de Julio Cortázar: enfatizar el propósito de que los alumnos participen activamente de la narración de los cuentos y poemas, generen un puente hacia su interior un puente con sus mediadores y un puente con la literatura.

Para solicitar el programa, las escuelas pueden contactarse directamente con la biblioteca que deseen visitar a través del listado de espacios o escribiendo al correo contenidosbibliotecasciudad@gmail.com.

Sobre las docentes

Josefina Núñez es Profesora y Licenciada en Letras (UBA) y Diplomada en Gestión Educativa (UTN). Docente de nivel medio, superior y universitario. Se formó en narración oral con Claudio Ledesma, Gabriela Halpern y Mabel Negri. Realizó  los espectáculos "Aquellas pequeñas cosas" con la narradora Muriel Bourgeois y "Lengua materna" con la narradora Daniela Magnone.

Romina Santoni es Licenciada en Actuación egresada de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), Licenciada en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y gestora cultural (FLACSO). Se formó como actriz con distintos maestros y participó en espectáculos y en producciones para cine y televisión.

María Laura Migliarino es Licenciada y Profesora en Ciencias de la Comunicación Social (UBA), durante 2021 y 2022 realizó la Especialización en Literatura infantil y juvenil (UNSAM). Forma parte del equipo docente del Ministerio de Cultura del GCABA y trabaja desde hace más de 15 años en diversos proyectos de promoción de la lectura para la Asociación Civil La Nube -infancia y cultura-, Plan Nacional de Lectura y editoriales, entre otros.

Al asociarse a la Red de Bibliotecas, los alumnos y docentes podrán acceder al servicio de préstamo y devolución, así como utilizar sus salas como espacio de lectura o trabajo, dependiendo del establecimiento y la disponibilidad.

El proceso para ser socio es muy sencillo. Solamente se debe completar el formulario virtual que se encuentra haciendo click aquí. Una vez finalizado este paso, se recibe un mail de confirmación para comenzar a utilizar los servicios de las bibliotecas y acceder a la Biblioteca Digital Jorge Luis Borges, con más de 1.500 títulos gratuitos disponibles a través de la nueva aplicación.

(Fuente: soybibliotecario.blogspot.com / redacción propia)

Hace años que pulsamos en "Cancelar suscripción" en correos electrónicos: puede ser justamente lo que muchos ciberdelincuentes esperan

Algunos enlaces para desuscribirnos son usados para verificar correos activos o lanzar ataques, y sólo con hacer clic podemos quedar expuestos a estafas o malware. Hay formas más seguras de limpiar la bandeja sin abrir la puerta al riesgo.

(Foto: Freepik).

La bandeja de entrada de nuestro correo electrónico suele convertirse en un caos. O, al menos, en un basurero digital donde acaban mensajes que no hemos pedido ni queremos. Las razones son sencillas: en casi cualquier trámite online, por más inocente que parezca, nos piden una dirección de correo. Desde darnos de alta en la web de nuestra compañía eléctrica hasta conectarnos al wifi gratuito de una cafetería, el email siempre va por delante.

Entonces llega un momento en el que decidimos poner algo de orden en este espacio tan personal. Una de las formas más evidentes de empezar es dejar de recibir correos que no nos interesan. Y para ello, el paso más lógico suele ser hacer clic en ese enlace que algunos mensajes incluyen al final. Puede aparecer como “Cancelar suscripción”, “Si quieres darte de baja, pulsa aquí” o el clásico “Unsubscribe”. La promesa es clara: pulsamos y ese remitente desaparece. Ésto, supuestamente.

El problema es que, aunque esta función es legítima -y para las empresas, de inclusión obligatoria-, también puede ser aprovechada con fines maliciosos. Según DNSFilter, hay centenares de enlaces de cancelación que en realidad conducen a sitios potencialmente peligrosos. Y eso convierte un gesto inofensivo -quitarnos de encima un correo molesto- en una puerta de entrada para problemas mucho más serios.

Un ejemplo real del botón “Cancelar suscripción“ que aparece en muchos correos. En este caso se presenta como “Darse de baja“ (Foto: captura de pantalla).

Cuando hacemos clic para cancelar una suscripción estamos saliendo del entorno controlado de nuestro proveedor de correo. Nos lleva a una página web externa, y ahí empieza el riesgo. Puede que el enlace no tenga como objetivo darnos de baja, sino confirmar que nuestra dirección está activa. Como esas llamadas telefónicas que cuelgan al instante: si contestamos, ya saben que existimos. Aquí pasa algo parecido, pero por email.

Con esa simple verificación, quien está detrás puede desde bombardearnos con más publicidad hasta lanzar ataques de phishing o intentos de estafa más elaborados. Y eso no es todo.

Existen otras posibilidades aún más peligrosas. Algunos enlaces maliciosos pueden intentar inyectar malware en nuestro sistema. Es técnicamente complejo, sí, pero no imposible. También es frecuente que nos redirijan a páginas que imitan servicios legítimos. Ahí, podemos acabar introduciendo nuestras credenciales o compartiendo datos personales bajo una falsa promesa de cancelación.

Llegados a este punto, la duda es inevitable: ¿y entonces qué hacemos? ¿Nos resignamos a una bandeja de entrada saturada de correos basura? La respuesta es no. Hay alternativas que permiten mantener el control sin asumir tantos riesgos. El primer paso, como ya hemos mencionado, es ser conscientes del peligro. Entenderlo nos permite actuar con la cabeza fría. Veamos algunas otras.

Usar la función integrada de cancelar suscripción. Algunos servicios de correo, como iCloud, Gmail o Yahoo, incorporan esta opción directamente en su interfaz. Es una alternativa más segura que hacer clic en los enlaces del mensaje. Suelen aparecer en la parte superior o inferior del correo, y forman parte del entorno del proveedor, no del remitente.

Gmail (arriba), Mail de iOS (centro) y Yahoo Mail (abajo) incluyen botones integrados para cancelar suscripciones desde la propia app, sin necesidad de abrir enlaces dentro del correo (Foto: capturas de pantalla / composición propia).

Marcar el mensaje como spam. Otra opción es señalar el correo como no deseado. El efecto es inmediato: el mensaje desaparece de la bandeja de entrada y el sistema aprende a bloquear futuros correos similares. Pero ojo, conviene usar esta herramienta sólo cuando tengamos claro que se trata de spam. De lo contrario, estaríamos entrenando mal al sistema.

Utilizar direcciones de correo desechables. Es una tercera vía muy útil, con una lógica muy simple: si el problema está en compartir nuestra dirección real, lo más eficaz es evitar hacerlo. Existen muchísimas páginas que ofrecen ese servicio, tanto en forma gratuita como paga, como YOPmail, TempMail, Maildrop o GuerrillaMail, siendo éstos sólo unos pocos ejemplos.

Todo esto se suma a las recomendaciones clásicas: mantener el software actualizado y contar con una herramienta de protección contra malware. No son garantías absolutas, pero sí suman capas de seguridad que marcan la diferencia.

No estaremos 100% seguros, ningún sistema lo está. Pero sí podemos estar informados y tomar algunas medidas para evitar caer en las trampas que tienen los ciberdelincuentes.

(Fuente: Xataka / redacción propia).

Demolerán y ampliarán el mítico Luna Park porteño para construir un nuevo estadio contra la normativa vigente

Fachada clásica, 53% más de aforo, cocheras y vips: cómo es el proyecto para el nuevo Luna Park, un negocio del Arzobispado porteño y empresarios cercanos al actual poder ejecutivo.

El Luna Park fue concesionado por el Arzobispado de Buenos Aires y la congregación salesiana, sus propietarios (Foto: Soledad Aznarez).

La enorme historia del mítico estadio Luna Park de la ciudad de Buenos Aires está a punto de sumar un capítulo más. Pero a diferencia de aquella gloriosa trayectoria, esta vez se trata de una polémica en torno a la demolición de todo el interior del estadio ubicado en el bajo porteño, y la construcción de un nuevo edificio en su lugar, que aumenta el volumen en alrededor de 80% y duplica la altura actual, al agregarle más fachada y un nuevo techo más grande. Todo ello, a pesar de que está prohibido por las leyes de protección histórica tanto de la Nación como de la Ciudad.

La controversia gira en torno a un proyecto y a una limitación que existe sobre el edificio. La considerable intervención que se pone en marcha si avanza la iniciativa presentada por la empresa DF Entertainment, propiedad del empresario argentino Diego Finkelstein, viola numerosas normas que prohíben expresamente ampliar su volumen, alterar la fachada y demoler todo el interior.

Cabe aclarar que el recién mencionado Filkenstein es socio, en muchos emprendimientos, de uno de los mayores empresarios de la construcción, Eduardo Elsztain, dueño de IRSA y de gran cercanía con el presidente Javier Milei. Sin ir más lejos, entre ambos se quedaron con otra polémica concesión: la del 100% del predio de la Sociedad Rural Argentina, en el barrio de Palermo.

Entre varias, el Arzobispado eligió la propuesta de DF Entertainment porque le pagará un canon mayor por el hecho de construir un estadio mucho más grande -y por lo tanto con mayor público- a pesar de que está prohibido. Dicha empresa tiene como accionista controlante del 51% a la corporación norteamericana Live Nation Entertainment Inc. 

Renderización del proyecto de remodelación del Luna Park (Foto: DF Entertainment).

El estadio está catalogado con "Nivel de Protección Estructural" por la Ciudad de Buenos Aires y, por lo tanto, está incorporado al Anexo I del Código Urbanístico. Asimismo, fue declarado Monumento Histórico Nacional por Decreto PEN Nº 123 de 2007, lo que le otorga la doble protección.

El nivel de protección que le otorga la Ciudad busca preservar y proteger un patrimonio cultural, histórico o ambiental de gran relevancia. Específicamente, esta categoría suele aplicarse a inmuebles que presentan un valor significativo desde el punto de vista arquitectónico, histórico o paisajístico.

Los inmuebles catalogados de esta manera tienen restricciones más estrictas respecto a su modificación, demolición o cualquier intervención que pueda afectar su integridad. El objetivo es asegurar que estos bienes se mantengan y conserven para las futuras generaciones, contribuyendo así a la identidad y a la historia de la ciudad.

La protección abarca la totalidad del estadio, es decir, no se puede demoler la cubierta (fachadas y techo) ni los elementos significativos del interior (tribunas, galerías y piso).

A pesar de estas claras limitaciones que imponen las normas, la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, dependiente del gobierno nacional, aprobó el proyecto de la Iglesia y Finkelstein en tiempo récord, el 6 de enero pasado.

En el gobierno nacional, como casi siempre en estos casos, se despegaron de la decisión: "La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos es un organismo desconcentrado de la Secretaría de Cultura de la Nación, y como tal, tiene autonomía técnica del Poder Ejecutivo en sus decisiones o recomendaciones. Las autoridades actuales de la Comisión fueron establecidas a través del Decreto 769/2022 y tiene vigencia por un período de seis años", comentaron en la Secretaría de Cultura, que tiene la tutela sobre el organismo, pero no interviene en sus decisiones.

Vista del Luna Park presentada por el Arzobispado al gobierno de CABA, en la que proyecta aumentar la altura de la fachada de los 17,5 metros actuales hasta los 35 metros (Foto: Arzobispado de Buenos Aires).

A fines de marzo, el expediente ingresó en la Subsecretaría de Gestión Urbana, dependiente de la Jefatura de Gabinete del gobierno porteño, bajo la identificación IF-2025-13421526. Se trata de una consulta obligatoria. Una fuente de la administración de Jorge Macri confirmó que el expediente "es analizado en las áreas de urbanística del gobierno de la Ciudad", y no mucho más.

De acuerdo con las constancias que están en ese expediente, los propietarios del Luna solicitan autorización al gobierno de la Ciudad para demoler 16.421 metros cuadrados, o sea, todo el interior, y ampliar la superficie construida en 34.234 metros cuadrados, llevándola aproximadamente al doble de la actual. 
El proyecto pretende, también, demoler todo el interior y el techo, además de construir dos niveles subterráneos para estacionamiento vehicular (Foto: Arzobispado de Buenos Aires).

El corazón de la polémica está, justamente, en la ampliación del volumen propuesta por DF Entertainment, que permite colocar una segunda bandeja que entrega más capacidad y, obviamente, más posibilidad de pagar un canon mayor a la Iglesia, a pesar de que viola las normas vigentes. Actualmente, el estadio tiene una estructura rectangular con una cornisa de 17,5 metros de altura, sobre la que se apoya el techo. El proyecto pretende llevar esa cornisa a 20 metros y, adicionalmente, apoyar sobre ella un nuevo techo que llevaría la estructura a 35 metros de altura, el doble de la actual. Más altura y mayor volumen son las principales críticas que le caen a la iniciativa.

La inversión inicial a cargo de DF Entertainment sería de 34 millones de dólares, destinada a demoler todo el interior y construir un estadio más alto y de mayor volumen, que extenderá su capacidad de los 8.400 espectadores actuales a 13.000, lo que significa un aumento del aforo de 53% respecto del actual.

La empresa se obliga a pagarle a la Iglesia un millón de dólares de prima al tomar posesión del inmueble y, además, le garantiza un mínimo de un monto similar por año durante toda la vigencia del contrato, que estará en relación con el número de aforo que finalmente consiga que le apruebe el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires vía aumento del volumen del edificio. Lo cual, según rezan las normas, está prohibido.

Todo indica que la escabrosa historia reciente del glorioso Luna Park podría terminar en los tribunales judiciales.

(Fuente: La Nación / lapoliticaonline.com / redacción propia)

viernes, 27 de junio de 2025

Tres poemas de Mary Shelley

Mary Shelley (Siglo XIX (1797 - 1851)

¿Sabías que la autora de Frankenstein también escribía poemas? Sus versos quedaron en gran parte inéditos, y aquí traemos tres. 

Los poemas de Mary Shelley (Londres, Reino Unido, 1797-1851) quedaron en gran parte inéditos en vida de la autora y han permanecido hasta hoy prácticamente desconocidos para el público. No es raro en la historia literaria que el gran éxito de un autor en un género determinado ensombrezca el resto de su obra incluso a sus propios ojos. Pero la enorme calidad de la poesía de Mary Shelley hace necesario conocerla y sacarla a la luz como en muy pocos de esos casos.  

Dotada de esa extraordinaria intuición solo al alcance de los grandes talentos que antes de cumplir los veinte años la llevó a crear una obra maestra como Frankenstein, Mary Shelley vuelca su dolor, sus recuerdos y su profunda melancolía en unos poemas íntimos, palpitantes y obsesivos, nacidos al calor de una sensibilidad en carne viva, pero también de una mente enérgica e inconformista que desesperadamente busca asideros en el abismo de una existencia trágica. Pero, incluso cuando nos hallamos ante puras destilaciones del dolor más íntimo, los versos de Mary Shelley cuentan con una madurez creadora que sabe dar serena y sólida arquitectura a la expresión poética, tanto en sus manifestaciones más breves y musicales como en los poemas más extensos y discursivos. 
  
Amar en soledad y en el misterio  

Amar en soledad y en el misterio; 

venerar a quien nunca será mío; 

contemplar el abismo atroz que se abre 

entre el templo que adoro y mi existencia; 

mostrarme siempre pródiga y esclava... 

¿Qué habría de cosechar de esa semilla? 

 
Amor responde con sutil engaño, 

encarnando tan dulces apariencias 

que, sin otra arma más que su sonrisa, 

llenando su mirada de ternura, 

logra rendir mi firme resistencia 

y que mi alma a su credo se consagre.


  
Ven a verme en mis sueños, amor mío 

Ven a verme en mis sueños, amor mío. 

No habría para mí mayor regalo. 

Ven, mi amor, con la luz de las estrellas 

y acaricia mis ojos con tus besos. 


Así fue, según fábulas antiguas, 

cómo Amor visitó a una joven griega 

hasta que ella rompió el sagrado hechizo 

y vio desvanecida su esperanza. 


El dulce sueño velará mi vista; 

la lámpara de Psique se hará sombra 

cuando, entre las visiones de la noche, 

vengas a renovar así tus votos. 


Ven a verme en mis sueños, amor mío. 

No habría para mí mayor regalo. 

Ven, mi amor, con la luz de las estrellas 

y acaricia mis ojos con tus besos. 



Olvidaré tus ojos cargados de ternura  

Olvidaré tus ojos cargados de ternura; 

tu voz que me llenaba de dulces emociones; 

tus promesas perdidas en este laberinto; 

la presión turbadora de tu mano, tan suave, 

y hasta lo más querido: el intercambio diario 

de nuestros pensamientos, que tanto nos unía, 

pues los dos corazones fundía en una mente 

sin miedo ni esperanza más que en nosotros mismos. 


Olvidaré las flores con las que me adornaba. 

¿No son ya flores muertas las que ayer te ofrecí? 

Olvidaré la cuenta de las horas del día. 

Aunque sea de noche, tú no regresarás. 

Pero, si he de olvidarme incluso de tu amor, 

quiero cerrar los ojos, anegados de lágrimas 

desde el amanecer, y buscar el reposo 

para mi pensamiento que la tumba le brinda. 


Quién fuera como aquella que, transformada en árbol, 

ya no puede llorar ni seguir lamentándose, 

o aquella solitaria que, temblando de frío, 

siente que arde su pecho al volverse de piedra. 

Quién pudiese beber el agua del Leteo, 

que aniquila igualmente la tristeza y la dicha. 

Aunque puede que ni ella, al cabo, me sirviese. 

Esperanza, amor, tú, ¿cómo voy a olvidaros? 

Mary Shelley

Descargar gratis, algunos libros haciendo click aquí

(Fuente: eternacdencia.com.ar)

Cuando el psicólogo es una IA: ¿puede un bot ayudar a tratar la salud mental?

Investigadores de la Universidad Nacional de San Luis entrenaron a asistentes virtuales para atender casos de consumos problemáticos. Si bien hubo escucha activa y respuestas técnicas, los bots subestimaron signos de riesgo para la salud del paciente.

(Foto: Shutterstock).

Durante el último tiempo creció significativamente el uso de los therapy bots, es decir, robots creados con Inteligencia Artificial (IA) con fines psicoterapéuticos. Sin embargo, según diversos estudios, estos bots pueden ayudar a mitigar los síntomas psicológicos de un cuadro, como la depresión, en un corto plazo, pero no logran revertir los trastornos de los usuarios de manera definitiva.

En Argentina, los doctores María Paz Hauser y Horacio Daniel García, de la Universidad Nacional de San Luis, (UNSL) realizaron una investigación donde entrenaron a distintos asistentes virtuales con varios enfoques teóricos, como el psicoanálisis, para interactuar con casos simulados de trastornos por consumo problemático. Si bien estas herramientas se mostraron con capacidad de escucha activa, coherencia y respuestas técnicas, también subestimaron signos e indicadores de riesgo para la salud del paciente.

“Muchas personas utilizan las redes como el único espacio donde, de alguna manera, expresan o muestran signos de su padecimiento. Entonces, el sistema digital debería contar con recursos para lograr identificar, en principio, situaciones de alarma en materia de salud mental y poder actuar de manera preventiva. Una de las propuestas que aparece cada vez más es la del chatbot terapéutico”, manifiesta María Paz Hauser, doctora en Psicología.

Frente a este escenario, Hauser y el doctor García llevaron adelante la investigación Adicciones en la era digital. Para ello, entrenaron varios asistentes virtuales con enfoques teóricos diferentes, como el psicoanálisis y el Modelo Cognitivo Integrativo, para que interactúen con casos simulados de trastornos por consumo problemático, como cannabis, cocaína, alcohol o juego patológico. Los seis casos fueron simulados para no exponer a pacientes con problemas reales a dialogar con un chatbot.

“Evaluamos la capacidad de interacción, intervención y pertinencia de las respuestas de cada asistente virtual. Los resultados mostraron un desempeño satisfactorio en habilidades de interacción como escucha activa, capacidad empática, ajuste ético y capacidad analítica. Sin embargo, éstas eran limitadas con respecto a la necesidad real presentada por los casos. A su vez, demostraban cierta subestimación de signos e indicadores de riesgo”, explica Hauser.

Por ejemplo, según cuenta la especialista, ante una situación de urgencia e incluso de riesgo de vida, como ideas suicidas, el chatbot se limitaba a advertir al individuo la necesidad de buscar ayuda profesional. No contaba con habilidades de contención necesarias para una situación de crisis que garanticen la integridad psicofísica de la persona.

La oferta de bots para realizar terapia en el mundo es amplia y poco regulada. Por ejemplo, existen chatbots conversacionales, como Replika, que utilizan modelos extensos de lenguaje para dar lugar a interacciones aparentemente humanas. Mientras tanto, también están aquellos especializados en salud mental, como Wysa, cuyo uso es aconsejado por el sistema público de salud del Reino Unido.

Con más de 6 millones de usuarios, esta herramienta escucha y responde a los pensamientos y emociones del usuario, a la vez que recomienda habilidades y técnicas que pueden ser útiles para la dificultad específica que esté experimentando. Sus técnicas están basadas en la terapia cognitivo-conductual, sus respuestas se generan con IA y ofrecen un servicio pago de coaching llevado adelante por humanos. 

“En conclusión, observamos que los asistentes virtuales tienen potencial como herramientas complementarias en el tratamiento de problemáticas de consumo, pero de ninguna manera pueden sustituir ni ser el único recurso de intervención. A diferencia del chatbot, un terapeuta humano entrenado evalúa un amplio abanico de estrategias preventivas y de intervención en consideración de la persona concreta que tiene enfrente, y no da propuestas genéricas como puede ofrecerlas un asistente virtual”, detalla Hauser.

El mercado siempre por detrás

A pesar de las dudas que pueda generar la aparición de bots que simulan ser terapeutas, es cierto que pueden ser una vía hacia el cuidado de la salud mental en un contexto donde ésto no es muy accesible, aunque sea como un recurso de complementación. En la actualidad, en el sistema privado, el precio de una sesión individual con un psicólogo ronda entre los 20 y 30 mil pesos. Mientras que, en el sistema público las entrevistas de admisión de pacientes suelen demorar bastante tiempo por lo que muchos deciden no tenerlo como opción.

En ese marco, los chatbots representan una alternativa de descarga simple y gratuita, aunque el mercado está siempre por detrás. Por ejemplo, en el caso de Wysa, si bien su atención es gratuita, el servicio para tratar eventualmente con un ser humano es premium y, por ende, tiene un costo adicional. Como si se tratara de un capítulo de una serie de ciencia ficción, la salud queda al servicio de los intereses del mercado.

(Fuente: Agencia de Noticias Científicas / UNQ)

Con donación de libros, las bibliotecas de Bahía Blanca comienzan su largo proceso de recuperación

Las bibliotecas populares perdieron gran parte de sus colecciones durante las inundaciones de marzo. Organizaciones culturales como la Fundación El Libro y FILBA lideran campañas de donación. 

La campaña Libros para Bahía Blanca, a cargo del FILBA, busca restaurar el acervo de las bibliotecas tras la inundación de marzo (Foto: Freepik).

La Fundación Filba lanzó la campaña Libros para Bahía Blanca con un mensaje dirigido a la comunidad: “Las bibliotecas de Bahía Blanca perdieron, tras la inundación de marzo, gran parte de sus catálogos. Libro a libro podemos repoblar las bibliotecas, pero necesitamos tu ayuda”, mientras la Fundación El Libro, junto con la CoNaBiP, enviaron alrededor de 8.000 libros de los más diversos géneros.

La campaña apela a la donación de libros estimados, que estén en buen estado, para darles una nueva vida y colaborar en la restauración del acervo de las bibliotecas de la ciudad bonaerense afectada por el temporal de marzo. Hasta el 21 de julio, se podrán entregar ejemplares en la librería Eterna Cadencia -Honduras 5582, CABA- de 10:00 a 2:00. Desde la organización señalan: “Esta es una campaña abierta, todos los aportes son bienvenidos, pero te pedimos que elijas cuidadosamente los libros que vas a donar”.

Fundación El Libro, CoNaBiP y la Secretaría de Cultura enviaron 8.000 libros a Bahía Blanca para reponer catálogos perdidos (Foto: Adrián Escandar).

Por su parte, más de 8.000 ejemplares fueron reunidos en Tecnópolis por parte de la Fundación El Libro, CoNaBiP y la Secretaría de Cultura nacional, para ser enviados a Bahía Blanca, seleccionados entre aportes de editoriales agrupadas en la Cámara Argentina de Publicaciones y la Cámara Argentina del Libro.

Entre los títulos se destacan "El chiste de leer", de Luis Pescetti, "En el recreo me divierto y leo", de Adela Basch, "De Profundis", de Oscar Wilde, "La hora de la estrella", de Clarice Lispector, "El Eternauta", de Héctor Oesterheld y Enrique Breccia, "Cuento que sube y baja", de Laura Devetach, "Embrujos", de Angeles Durini y "Cuentos difíciles", de Silvina Ocampo, entre otros de una larga lista.

El sector público y privado colaboran en la recuperación de las bibliotecas de Bahía Blanca tras el temporal (Foto: Adrián Escandar).

Junto con el presidente de la Fundación El Libro, Christian Rainone y el titular de la CoNaBiP, Raúl Escandar, el Secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli, supervisó los preparativos para el envío y expresó que cree que la gestión colaborativa entre el sector público y el sector privado genera un uso más eficiente de los recursos del Estado.

Por su parte, Rainone declaró que tras lo sucedido en marzo con las bibliotecas y las librerías, desde la entidad que preside comenzaron a pensar en una acción de donación. Se pusieron a disposición de la CoNaBiP, y mientras que las cámaras “se mostraron con ganas de ayudar y con ganas de apoyar”, empezó la búsqueda del lugar para almacenar los libros, y se pensó en Tecnópolis.

Asimismo, agregó que una vez que las bibliotecas fueron reconstruidas y en pie, se procedió al envío, y esta semana comenzó la entrega.

La donación de libros en buen estado puede realizarse hasta el 21 de julio en la librería Eterna Cadencia, en CABA (Foto: prensa Eterna Cadencia).

Desde la Fundación Filba, por su parte, agregaron que también están recibiendo libros nuevos de parte de muchas editoriales que, junto con las donaciones particulares, serán entregados a las bibliotecas en el marco del próximo Festival Nacional, que será celebrado en la ciudad desde el 31 de julio al 2 de agosto, trece años después de la primera edición.

“En 2012, Bahía Blanca fue sede de nuestro primer Filba Nacional. Trece años más tarde, volvemos con un nuevo Festival, que además de sumar encuentros y actividades literarias, busca ayudar a las bibliotecas populares y comunitarias de la ciudad que perdieron sus libros en el temporal”, señalaron. Proponen aportar títulos de literatura, poesía, ensayo y narrativa para infancias y adultos “que te gusten y que te gustaría recibir a vos”.

Para más información, hacer click aquí.

(Fuente: Infobae / redacción propia)

El ya legendario Bob Dylan lanzará un nuevo libro con más de 100 dibujos

Las obras de Dylan oscilan entre lo cotidiano y lo onírico: retratos, paisajes y naturalezas muertas, siguiendo el camino de sus dos libros anteriores. Ofrecen otra mirada a su valiosa producción musical.

(Foto: producción propia).

Bob Dylan anunció el lanzamiento de "Point Blank (Quick Studies)", un nuevo libro que reúne casi 100 dibujos en blanco y negro realizados entre 2021 y 2022. Publicado por la editorial Simon & Schuster, el volumen estará disponible en librerías a partir del 18 de noviembre.

Las obras van desde "amantes en patines" y "un canal parisino" hasta una armadura medieval, un cantante de karaoke y un rollo de cinta adhesiva. Cada imagen está acompañada por viñetas en prosa de Eddie Gorodetsky y Lucy Sante entre otros, habituales colaboradores del universo Dylan.

"El libro demuestra la maestría de Dylan para contar historias, crear atmósferas y provocar sentimientos”, explicó Sean Manning, editor del proyecto. “Las imágenes son profundamente evocadoras, a la vez inocentes y hastiadas, alegres y desoladas, humorísticas y sensuales, enigmáticas y familiares”, agregó.

Bob Dylan, 2024 (Foto: Wikimedia).

Con es libro, Dylan retoma el camino iniciado con "The Drawn Blank Series" (2008) y "Retrospectrum" (2023), reafirmando una vocación plástica que lo acompaña desde la década de los años 60, cuando sus primeros dibujos aparecieron en muchas revistas y hasta en tapas de discos.

La publicación coincide con el lanzamiento del audiolibro completo de Chronicles: Volume 1, sus memorias publicadas en 2004 y narradas por el actor Sean Penn.

(Fuente: indiehoy. com / redacción propia)

jueves, 26 de junio de 2025

Presentan una aplicación móvil para generar voces con IA desde cualquier celular

La llegada de la aplicación oficial de la empresa ElevenLabs, disponible para dispositivos iOS y Android, permite a los usuarios crear audios profesionales desde cualquier lugar. 

(Foto: captura de pantalla).

ElevenLabs ha presentado su nueva aplicación para dispositivos iOS y Android, llevando sus avanzadas herramientas de voz impulsadas por inteligencia artificial directamente a los teléfonos móviles de los usuarios. Esta iniciativa marca un paso significativo para la empresa, que hasta ahora ofrecía sus servicios principalmente a través de su plataforma web.

La startup se ha consolidado en el sector tecnológico por su enfoque en la inteligencia artificial generativa aplicada a la voz. Sus servicios abarcan desde la clonación de voz hasta la conversión de texto a voz y el doblaje en varios idiomas. Estas funciones han ganado popularidad entre creadores de contenido, profesionales del marketing, educadores y locutores, quienes valoran la posibilidad de acceder a miles de voces realistas con calidad de sonido de estudio.

La empresa ha destacado que su tecnología permite obtener resultados que antes sólo estaban al alcance de grandes estudios de grabación, democratizando así el acceso a herramientas de audio profesional.

(Foto: digit.in).

Hasta la fecha, las capacidades de ElevenLabs estaban disponibles únicamente a través de su versión web. Sin embargo, la demanda de soluciones móviles ha crecido de manera constante, impulsada por la necesidad de flexibilidad y movilidad en el entorno laboral y creativo actual.

En respuesta a esta tendencia, la compañía ha desarrollado una aplicación oficial para smartphones iOS y Android, diseñada para ofrecer una experiencia optimizada y adaptada a las características de los dispositivos móviles.

Características de la aplicación

Según un comunicado publicado en el blog oficial de la empresa, la nueva aplicación permite crear voces en off ultrarrealistas utilizando los modelos de texto a voz más avanzados. Entre ellos destaca la versión Eleven v3 (alfa), que incorpora capacidades para transmitir discursos con matices, emociones realistas y la posibilidad de generar audios con múltiples oradores.

Esta tecnología representa un avance en la generación de voz sintética, ya que logra reproducir inflexiones, pausas y tonos que aportan naturalidad y credibilidad a los audios generados.


(Foto: europapress.es).

El proceso para generar un clip de audio resulta sencillo: basta con escribir o pegar el texto deseado y seleccionar una de las voces disponibles. En cuestión de segundos, la aplicación produce un archivo de audio que puede utilizarse en redes sociales, narración de vídeos o cualquier otro contexto que requiera una voz profesional.

Uno de los aspectos más destacados de la propuesta de ElevenLabs es la variedad de voces disponibles. La empresa ofrece acceso a miles de voces realistas, lo que permite a los usuarios elegir la que mejor se adapte a sus necesidades específicas.

Esta diversidad resulta especialmente útil para quienes buscan personalizar sus proyectos, ya sea en el ámbito educativo, publicitario o de entretenimiento. Además, la calidad de estudio de las voces generadas garantiza un resultado profesional sin necesidad de equipos costosos ni conocimientos técnicos avanzados.

(Foto: captura de pantalla).

La compañía ha subrayado su compromiso con la creatividad y la innovación, facilitando herramientas que permiten a los usuarios superar las limitaciones del trabajo desde un escritorio.

El acceso a las funciones básicas es gratuito, aunque existe una limitación en el plan sin costo: los usuarios pueden generar aproximadamente 10 minutos de audio. Esta restricción permite a los interesados probar las capacidades de la plataforma antes de optar por planes de pago que ofrecen mayor flexibilidad y volumen de producción.

El proceso de generación de audio se ha simplificado al máximo. Los usuarios sólo deben ingresar el texto que desean convertir en voz, seleccionar la voz preferida y, en pocos instantes, obtienen un archivo de audio listo para ser utilizado.

La estrategia de la compañía apunta a consolidar su presencia en el mercado global, facilitando el acceso a tecnologías avanzadas a un público amplio. La disponibilidad de la aplicación en las principales plataformas móviles garantiza que tanto usuarios individuales como profesionales puedan beneficiarse de las innovaciones de ElevenLabs sin depender de un ordenador de escritorio.

(Fuente: Xataka/ Infobae / redacción propia)

¿Quién decide ahora qué es "bello" y qué no lo es en tiempos de redes sociales?

¿Nos hemos planteado alguna vez cuántas veces al día decidimos qué “nos gusta” sin apenas mirarlo? ¿Cuántas bellezas fugaces se deslizan ante nuestros ojos antes de que nuestro dedo pulse “guardar” o “me gusta”? En el universo digital, lo bello ya no se busca: se recomienda. El feed, el algoritmo y la etiqueta hacen el trabajo de selección: nosotros sólo elegimos movernos en torno a lo que aparece.

(Foto: captura de pantalla de Pinterest).

En la tradición estética occidental, Immanuel Kant sostenía que lo bello es aquello que “agrada universalmente sin concepto”, es decir, que se aprecia de forma desinteresada y con una pretensión de validez universal.

Sin embargo, la crítica contemporánea ha matizado esta idea. Autores como Pierre Bourdieu han mostrado que el gusto no es innato, sino que está profundamente condicionado por estructuras sociales y culturales. En la misma línea, Susan Sontag advirtió que no sólo aprendemos qué contemplar, sino también cómo verlo y valorarlo. Así, lo bello deja de ser una categoría universal para entenderse como una construcción histórica, simbólica y mediada culturalmente.

En un presente dominado por pantallas y feeds infinitos, navegamos por museos digitales impulsados por algoritmos. De ahí el auge de las llamadas "aesthetics", que actúan como nueva taxonomía visual: microuniversos estéticos donde se agrupan colores, gestos, objetos y emociones bajo un mismo "hashtag". No elegimos una sola imagen: elegimos una constelación de referentes que configura nuestra manera de ver y de ser vistos. 

Collage de un conjunto de imágenes asociadas a la estética Light Academia (Foto: Lara López Millán)

Por ejemplo, la estética Old Money se caracteriza por una imagen asociada a la riqueza heredada: ropa clásica (pantalones de vestir, pulóveres de cachemir, mocasines), escenarios lujosos pero discretos (clubes de campo, bibliotecas privadas, yates) y una actitud que sugiere elegancia sin ostentación. En cambio, Light Academia gira en torno al gusto por la melancolía, el conocimiento y lo nostálgico: tonos neutros, luz suave, referencias a la literatura clásica y el arte europeo. Estas estéticas funcionan como “paquetes” visuales que condensan valores, aspiraciones y modos de vida.

La fuerza de esta idea radica en dos aspectos. En primer lugar, dentro de la cultura de las redes, lo bello adquiere una función práctica: se convierte en un hashtag que organiza contenidos y comunidades, o en un filtro que estandariza y codifica la percepción. En segundo lugar, su valor ya no se mide por el placer estético que genera, sino por su rendimiento en forma de clics, likes y seguidores. Es decir, funciona tanto como una marca, así como una métrica de valor. De este modo, clasificar algo como bello se vuelve un acto estratégico, una forma de posicionarse que responde a las dinámicas de consumo y visibilidad propias de las plataformas digitales.

¿Somos entonces arquitectos de nuestro propio gusto o simples habitantes de categorizaciones algorítmicas?

Pensemos: ¿qué tienen en común las etiquetas en las redes sociales? Todas funcionan como marcadores de pertenencia: al usarlas, el usuario se inscribe en una microcomunidad con códigos muy concretos (paletas de color, objetos icónicos, poses fotográficas, tipografías). Pero también operan como filtros de atención: el algoritmo detecta afinidades y refuerza la recomendación de contenidos afines, consolidando identidades digitales compartidas.

Si bien podemos pensar “yo uso Instagram y no veo que estas clasificaciones me afecten”, aunque no sigamos conscientemente una estética, los contenidos que consumimos están marcados por ellas. Un usuario que sigue cuentas de decoración minimalista probablemente esté expuesto a la estética Clean Girl sin saberlo. O quien guarda recetas caseras, fotos de jardines y flores silvestres podría estar interactuando con contenido etiquetado como Cottagecore. Así, estas estéticas moldean qué imágenes se nos muestran y, en consecuencia, influyen en lo que consideramos “bonito” o deseable.


Foto: Lara López Millán).

En Pinterest, el usuario recopila imágenes relacionadas con un tema -moda, arquitectura, ideas para bodas, etc- en un espacio denominado “tablero”. Estos tableros no son sólo archivos personales, sino también públicos, compartibles y replicables. Así, lo que una persona guarda contribuye a la visibilidad de esa estética y refuerza su circulación.

De ese modo, plataformas como Instagram, TikTok o Tumblr se convierten en auténticos museos rizomáticos, donde no hay un único curador, sino miles de usuarios repartiendo, guardando y colocando imágenes en infinitos tableros. Cada tablero es una microexposición: un espacio de exploración y, al mismo tiempo, de contribución al acervo común de la red.

Este sistema dual -curación colectiva y clasificación automática- impulsa tanto la autoexpresión como la normalización del gusto. Por un lado, ofrece un lenguaje estético predefinido para que cada persona construya su identidad digital. Por otro, homogeneiza lentamente las formas de ver y mostrar la belleza: sólo aquello que respeta las convenciones de cada estética alcanza visibilidad suficiente como para viralizarse. 

Esto ocurre porque los algoritmos priorizan contenidos que generan interacción rápida. Una imagen mal iluminada, que no se ajusta a la paleta visual dominante o que no sigue ciertas convenciones estéticas tiene menos probabilidades de aparecer en los feeds de otros usuarios. Así, aunque sea original o interesante, no se adapta al molde algorítmico que premia lo familiar, reconocible y viralizable.

En la era del scroll infinito, lo bello ya no se define por cualidades intrínsecas o singulares, sino por su potencial replicable. Entonces, ¿podríamos decir que una imagen es “bella” en la medida en que es comprensible en un vistazo, fácil de imitar y capaz de generar interacción? Si la respuesta es afirmativa, entonces estamos convirtiendo la clasificación estética en un acto tanto creativo como estratégicamente alineado con las lógicas de las redes sociales.

Conjunto de imágenes asociadas a la estética Cottagecore (Foto: Lara López Millán).

¿De quién es la decisión?

Clasificar lo bello nunca ha sido un gesto neutro: es siempre un acto cargado de ideología y poder cultural. Actualmente, las estéticas emergen como síntomas de una sociedad que, abrumada por la sobreabundancia de estímulos, busca refugio en sistemas simbólicos de pertenencia. Estas microestéticas nos ofrecen atajos visuales y afectivos, pero también actualizan viejas jerarquías de clase, procedencia y género, mediadas ahora por hashtags y algoritmos.

Pero estas estéticas no son nuevas: en el siglo XX, subculturas como los mods (ropa elegante, música soul y scooters) o los góticos (ropa negra, estética oscura y referencias literarias) ya articulaban formas de ver y ser vistos. La diferencia es que hoy las redes sociales aceleran su difusión, las codifican en hashtags y multiplican su alcance más allá del contexto local o subcultural.

Cuando adoptamos una estética, incorporamos un conjunto de valores y prácticas -desde la moda hasta los hábitos de consumo- que nos conectan con una comunidad, pero que también nos alinean con las lógicas de visibilidad y rentabilidad de las plataformas. El arte de clasificar lo bello revela quién sostiene el poder de la mirada y qué relatos quedan fuera del cuadro.

¿Qué dice de nosotros la estética que elegimos? Quizá más de lo que nos gustaría reconocer: nuestras aspiraciones, nuestras inseguridades y nuestros moldes de pertenencia. Por ello, es urgente cultivar una práctica crítica y reflexiva de la curaduría estética: no basta con deslizar el dedo, hay que cuestionar las estructuras que determinan por qué unas imágenes son bellas y otras, invisibles. Solo así podremos reclamar cierto grado de agencia en la construcción de nuestro propio gusto.

Llegados a este punto, más que anticipar el futuro conviene reconocer que ya estamos en él. En un presente atravesado por la inteligencia artificial, la realidad aumentada y los entornos inmersivos, el acto de clasificar lo bello ha dejado de ser exclusivamente humano. Las plataformas no sólo muestran estéticas: las generan, las adaptan a nuestros hábitos, las afinan según nuestras emociones y, en algunos casos, las moldean a partir de datos biométricos. En este contexto, la cuestión no es tanto qué estética elegimos, sino hasta qué punto el gusto que creemos propio sigue siéndolo. Frente a esta estetización algorítmica del “yo”, pensar críticamente sobre lo bello no es un lujo teórico: es un gesto urgente de resistencia cultural.

(Fuente: The Conversation / redacción propia)