viernes, 7 de noviembre de 2025

Ya hay puertos USB verdes, naranjas y hasta morados: la "regla del color", que indicaba su tipo de tecnología o generación, se extinguió y reina la confusión

Un código de colores ayudaba a saber la velocidad del puerto USB-A, pero ya no es fiable pues hoy los fabricantes, literalmente, hacen lo que quieren. Ahora hasta usan colores como identidad de marca.

(Foto: Shutterstock).

Hubo un tiempo en que todo era más fácil. Si el puerto USB era blanco, era lento; si era negro, era estándar; y si era azul, era el más rápido. Esa regla que nos ayudaba a identificar fácilmente las generaciones de USB-A se ha ido. La llegada de nuevos estándares, funciones de carga y el marketing de las marcas ha provocado que hoy nos encontremos con un amplio abanico de puertos verdes, naranjas y morados que ya no significan demasiado.

El viejo código de colores que ya no se respeta, y hasta se amplió (Foto: storagereview.com).

El código de color original

El caos actual, como explicamos en nuestra guía del estándar USB, no estaba planeado. La organización USB-IF (USB Implementers Forum o Foro de Implementadores de USB) intentó estandarizarlo: el blanco responde al USB 1.x, el negro para el USB 2.0 (480 Mbps), y el azul (o turquesa) para el rápido USB 3.0 (5 Gbps).

Primera confusión


Es producto de los puertos de carga: el primer problema llegó cuando los colores empezaron a usarse para indicar funciones de energía, no sólo de transmisión de datos. Así llegaron los puertos amarillos, naranjas o rojos. Estos suelen indicar una función "Always on" o "Sleep & Charge" (tecnología de Toshiba), lo que significa que el puerto sigue dando energía incluso cuando el ordenador está apagado o en suspensión.

Más velocidad, más colores

Para diferenciar el USB 3.1 (10 Gbps) y el 3.2 (20 Gbps), el estándar sugirió el color azul turquesa, o en su defecto el rojo. Aquí el sistema empezó a hacer agua, y el golpe final vino de la mano del marketing.

Un cable USB morado para un dispositivo Huawei indica que es compatible con SuperCharge, su tecnología de carga rápida (Foto: Reddit).

La regla se extinguió del todo cuando las marcas decidieron usar colores como identidad corporativa. El caso más famoso es el de Razer, que tiñe sus puertos de un característico verde lima.

Del mismo modo, si vemos un puerto morado o púrpura, es probable que sea de Huawei. El fabricante chino los usa para identificar sus dispositivos compatibles con SuperCharge (su sistema de carga rápida), aunque técnicamente siga siendo un puerto USB 3.1.

Caos también en los nombres

Si ya hay lío con los colores, también lo hay con los nombres: el ya mencionado USB-IF ha contribuido rebautizando los estándares. El USB 3.0 pasó a llamarse "USB 3.1 Gen 1" y ahora es "USB 3.2 Gen 1". De forma paralela, el USB 3.1 ahora es "USB 3.2 Gen 2".

Ésto hace casi imposible para un usuario saber qué está comprando sin mirar la letra pequeña, un lío que la Wi-Fi Alliance solucionó de forma mucho más elegante con estándares como el Wi-Fi 5, 6 o el más reciente Wi-Fi 7.

El verdadero culpable: el USB-C


El clavo definitivo en el ataúd del código de colores es el conector USB-C. Es solo un conector reversible, pero lo que lleva dentro es un caos: un mismo puerto USB-C puede ser un lento USB 2.0, un USB 3.2 o un rapidísimo Thunderbolt 4. La única forma de diferenciarlos es buscar el logo del rayo que caracterizó Apple, o bien leer la hoja de especificaciones del dispositivo porque el color, por desgracia, ya no significa nada.

(Fuente: Xataka / redacción propia)