martes, 30 de septiembre de 2025

El peligro de usar chatbots de IA para todo: el MIT ha descubierto que provoca "deuda cognitiva"

Un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts demuestra que usar IA para escribir atrofia las conexiones neuronales necesarias para el pensamiento crítico.

(Foto: Xataka / composición propia).

Un estudio del MIT ha demostrado que ChatGPT y herramientas similares generan lo que denominan "deuda cognitiva": los estudiantes que recurren a ellas para un uso total acaban escribiendo mejor, pero pensando peor.

El estudio contradice la creencia de que la IA es como una calculadora: un simple apoyo que nos libera para razonamientos más complejos. En realidad, estas herramientas pueden atrofiar las conexiones cerebrales que construyen el pensamiento crítico. 54 estudiantes universitarios se han pasado meses escribiendo ensayos, divididos en tres grupos:

Grupo LLM (modelo extenso de lenguaje), el cual usó ChatGPT.
Grupo motor de búsqueda, el cual usó Google.
Grupo sólo-cerebro, sin herramientas externas.

Los investigadores midieron su actividad neuronal con electroencefalogramas y los resultados han sido contundentes: quienes usaron IA mostraron una conectividad neuronal sistemáticamente menor en todas las bandas de frecuencia. En comparación con el grupo que solo usó su cerebro, se observó una menor activación en redes clave que conectan regiones parietales, temporales y frontales, fundamentales para la atención, la memoria y el procesamiento semántico.

El contraste

Los ensayos generados con IA recibieron mejores notas, tanto de los profesores como de los algoritmos evaluadores. Pero sus autores recordaban peor lo que habían escrito minutos antes y sentían una menor autoría sobre sus textos.

Cuando forzaron a los usuarios habituales de IA a escribir sin ayuda, sus patrones cerebrales mostraron esa dependencia del apoyo externo. Habían perdido la capacidad de reactivar las redes neuronales necesarias para escribir de forma independiente.

Los estudiantes que aprendieron a escribir sin IA y después la usaron por primera vez mantuvieron su conexión neuronal. Incluso mostraron mejor memoria y reactivación de áreas cerebrales amplias. La diferencia clave: necesitamos saber pensar antes de poder pensar con máquinas.

Este patrón replica lo que vemos en otras profesiones: el conductor que se siente alienado porque el tren se conduce solo, los traductores convertidos en editores de máquinas o los creativos 3D que ya sólo retocan lo que genera la IA.

La amenaza

El estudio analizó también a universitarios que ya tenían habilidades de escritura desarrolladas. Los efectos podrían ser más severos en adolescentes que aún están construyendo estas capacidades cognitivas. Como dijo un profesor interviniente en el estudio: corremos el riesgo de crear "una generación educada con atajos de IA" que carezca de habilidades para el pensamiento independiente.

La secuencia importa más que la tecnología. Primero, se aprende a pensar. Después, se aprende a pensar con máquinas. El cerebro necesita construir esas autopistas neuronales antes de poder delegar selectivamente en la IA. El estudio concluye que las intervenciones educativas deberían "combinar la asistencia de herramientas de IA con fases de aprendizaje sin herramientas" para optimizar tanto la habilidad inmediata como el desarrollo neuronal a largo plazo.

(Fuente: Xataka)