Se trata de una rama literaria que, a través de la ficción, explora un contexto histórico determinado, así como hechos reales que tuvieron lugar en esa época. Para desarrollar la trama, el autor hace uso de personajes que pueden ser tanto reales como ficticios.
(Foto: composición propia).
Dependiendo de en qué elemento narrativo se coloque el foco, existen diversos tipos de novela histórica: novela histórica clásica ("Memorias de Adriano", de Marguerite Yourcenar), saga familiar histórica ("Los pilares de la Tierra", de Ken Follett), misterio histórico ("El nombre de la rosa", de Umberto Eco), romance histórico ("Forastera", de Diana Gabaldon), y otros que veremos luego.
Un libro de novela histórica, sea del tipo que sea, cumple una función narrativa y tiene un alto valor cultural, en cuanto a que preserva el pasado, educa al lector y ayuda a conocer y comprender mejor otras épocas.
Definición
La definición de novela histórica la encontramos en el Diccionario de la Lengua Española de la RAE: "Novela que desarrolla su acción en épocas pasadas, con personajes reales o ficticios". Cabe apuntar también que este género literario, que entremezcla historia y ficción, pretende recrear de forma verosímil el ambiente, las costumbres y la mentalidad de la época.
Para que una novela se considere histórica, debe contar con una serie de elementos imprescindibles: retrato de un contexto histórico real, ambientación detallada, presencia de personajes ficticios y/o históricos, trabajo exhaustivo de documentación por parte del autor y verosimilitud a la hora de plasmar la época.
No obstante, es necesario diferenciar la novela histórica de la novela ambientada en el pasado. La diferencia entre novela y novela histórica reside en el enfoque y la importancia que se le da a la parte histórica; mientras la novela histórica se centra en un periodo histórico específico y utiliza personajes y hechos reales para explorarlo con bastante fidelidad, la novela ambientada en el pasado utiliza el contexto histórico como mero telón de fondo, pero la trama puede ser enteramente ficticia y no busca ser una representación certera y precisa de la época.
Características
Debido a su naturaleza, que requiere de un elevado rigor histórico, es fácil caer en algunos de los errores más comunes de las novelas históricas, a saber: anacronismo -introducir en el texto elementos (inventos, expresiones, costumbres…) que no corresponden a la época-, revisionismo histórico -tergiversar y distorsionar eventos pasados en pos de favorecer una u otra postura ideológica-, documentación pobre o insuficiente, falta de equilibrio entre ficción e historia… Partiendo de estos fallos, ¿cuáles son los elementos que definen a la novela histórica?
(Foto: composición propia).
• Documentación rigurosa: se trata de uno de los factores clave para hacer de una novela histórica una buena novela histórica. Para documentarse, el escritor debe realizar una investigación exhaustiva tanto del período como del lugar en el que se ambienta la historia. Para ello debe acudir a fuentes primarias (documentos de la época como cartas, diarios, periódicos, actas, leyes…) y secundarias (libros de historia, estudios académicos, etc.). También es de interés contactar con expertos en el tema, generalmente historiadores, para obtener información valiosa para el libro.
• Ambientación cuidada: además de documentarse a nivel histórico, el autor debe hacerse una idea muy fidedigna de cómo era el lugar en el que se desarrollan los hechos, para así plasmarlo de la forma más realista posible en la obra. Para ello, puede apoyarse en mapas de la época y, en la medida de lo posible, visitar esos sitios para visualizarlo mejor.
• Contexto histórico bien definido: en la novela histórica, el contexto social y político es fundamental, ya que este sirve de marco para el desarrollo de los personajes y la trama. A raíz de esta situación, se generan los conflictos a los que deberán hacer frente los personajes a lo largo del libro. Un contexto histórico bien delimitado y explicado ayudará a configurar apropiadamente la estructura de una novela histórica.
• Verosimilitud: lo anteriormente mencionado debe dar lugar a una obra verosímil, es decir, que refleje fielmente la época en la que se ambienta. Del mismo modo que hace una novela costumbrista, la novela histórica debe retratar de forma realista y detallada la sociedad del momento, describiendo sus costumbres, tradiciones y modos de vida. No obstante, en este subgénero narrativo no todo tiene por qué haber sucedido realmente, hay espacio para la ficción; eso sí, el autor debe cerciorarse de que al ficcionar la historia en su novela histórica, no cae en contradicciones ni distorsiona la realidad del período ni los eventos históricos que lo representan. En este punto, es importante que el autor deje claro, de su novela, qué es narración y relato ficticio y qué está basado en hechos reales y personajes reales; con este fin, puede escribir una nota de autor al final de la obra.
• Personajes reales y ficticios: en la novela histórica, está aceptado incluir junto a personajes reales personajes ficticios. Gracias a estos últimos, el autor deja de estar tan constreñido y limitado a la época, al lugar y al momento, y puede expandir el relato hacia las direcciones que más le interesen. Sin embargo, poder introducir personajes ficticios en la historia no da carta blanca para tomarse excesivas licencias literarias: éstos deben seguir manteniendo la verosimilitud en la forma de hablar, actuar y pensar de la época.
Tipos de novela histórica
Dentro de la novela histórica existen varios subgéneros, surgidos a raíz de mezclarla con otros géneros como la narrativa, la romántica, el thriller, etc.
(Foto: composición propia).
• Novela histórica (genérica): es aquella que recrea un período histórico determinado, ciñéndose a eventos y personajes reales, a la vez que incorpora elementos ficticios. Algunos ejemplos ambientados en la antigüedad son la saga "Señores de Roma", de Collen McCullough -encuadrada en la antigua Roma-, "El reino de los réprobos", de Anthony Burgess -autor de la celebrada "La naranja mecánica" y ambientada en la misma época que la antedicha- y "Talos de Esparta" de Valerio Massimo Manfredi, que relata las guerras médicas entre griegos y persas durante el siglo V a.C.
• Ficción histórica: son novelas con ambientación histórica pero cuyos personajes y eventos son ficticios. Es decir, la historia pasa a ser el telón de fondo de lo que quiere contar el autor. Ejemplo de este tipo de narrativa son "Lo que el viento se llevó" de Margaret Mitchell (Guerra de Secesión estadounidense) o la famosa saga "Los hijos de la Tierra", de Jean Marie Auel (Prehistoria).
• Misterio histórico: también conocida como "thriller histórico", inserta elementos de intriga y suspenso en un contexto histórico determinado. Títulos que se encuadran en este subgénero son "El código Da Vinci", de Dan Brown (hace referencia a eventos históricos y figuras clave como Leonado Da Vinci), "El perfume", de Patrick Süskind (Francia poco antes de la Revolución francesa) y "La hermandad de la Sábana Santa" de Julia Navarro (época de Jesucristo).
• Saga familiar histórica: es aquella novela -o serie de novelas- que siguen a una familia a lo largo de varias generaciones, atravesando con ello varios periodos históricos. Ejemplo de este tipo de novela es "Los Buddenbrook", de Thomas Mann, ambientada entre 1835 y 1877 y que abarca cuatro generaciones de una familia alemana de comerciantes. También es buen ejemplo la saga, antes mencionada, "Los pilares de la Tierra", de Ken Follett, que recorre la Inglaterra de la Edad Media a través de las vivencias de varias familias conectadas por la construcción de una catedral.
• Aventura histórica: relata las experiencias de personajes que, en un contexto histórico determinado, se embarcan en apasionantes misiones y viajes. Dentro de esta categoría se encuentran, por ejemplo, la saga "Las aventuras del capitán Alatriste", de Arturo Pérez-Reverte (Siglo de Oro español), las novelas históricas ambientadas en el descubrimiento de América como "El español", de Jorge Molist, de exploración como "Hacia los confines del mundo", de Harry Thompson, que relata la mítica expedición de Charles Darwin, y obras de carácter náutico como la serie de libros "Aubrey y Maturin", de Patrick O’Brian, que transcurre en alta mar durante las Guerras Napoleónicas.
• Romance histórico: muestra una relación amorosa que se desarrolla en un contexto histórico concreto. Algunos de los ejemplos más aclamados son "Orgullo y prejuicio", de Jane Austen (época georgiana en Inglaterra), la saga "Los Bridgerton", de Julia Quinn, ambientada en la Regencia inglesa, y la también citada saga "Forastera", de Diana Gabaldon, que parte de la Escocia del siglo XVIII durante los levantamientos jacobitas y la Revolución Americana y a través de los viajes en el tiempo, explora otros eventos históricos como la Segunda Guerra Mundial y la posguerra.
• Biografía ficticia: se trata de una novela histórica que se centra en una figura histórica, pero añade elementos de ficción para profundizar en su vida, su personalidad y sus relaciones. La novela histórica española cuenta con muchos ejemplos de este tipo de libro, como es el caso de la serie "Julio César", de Santiago Posteguillo, que arranca con el volumen "Roma soy yo", ambientada en la Roma del 77 a.C. y que, a través de un narrador omnisciente, acerca al lector a la juventud de Julio César y su ascenso político.
(Fuente: lecturalia.com / varios / redacción propia)